El disco del día: Miguel Ángel Chastang

Autor:

«Cuarto volumen de la serie ‘From Harlem to Madrid’ y, como tal, refrendando una vez más la muy especial categoría de esa autopista virtual que une el jazz que se practica en los clubes de ambas metrópolis»

Miguel Ángel Chastang
«The real thing (From Harlem to Madrid Vol. 4)»
KARONTE

 

 

Texto: GERNOT DUDDA.
 

 

Cuarto volumen de la serie “From Harlem to Madrid” y, como tal, refrendando una vez más la muy especial categoría de esa “autopista virtual” –como la llama su propio protagonista– que une el jazz que se practica en los clubes de ambas metrópolis. Y con lo mejor de cada casa, formando esta vez otro quinteto de lujo con la participación de Ariel Bringuez en el saxo, Albert Bover en el piano, Chris Beck a la batería, Jorge Vistel a la trompeta y el propio Miguel Ángel Chastang en el contrabajo.

Rara es la vez que un músico repite en la serie, pero en esta ocasión lo ha hecho –y por tercera vez ya– el cubano Ariel Bringuez, cuyo saxo se ha hecho ya por méritos propios imprescindible, haciendo aquí enseguida migas con el joven batería de Filadelfia Chris Beck, el “invitado anglosajón” de esta ocasión (en cada una de las fases del proyecto ha habido uno: Larry Willis, Frank Lacy y Greg Bandy lo fueron en los anteriores volúmenes).

Precisamente Larry Willis es el responsable involuntario del título del álbum: al comienzo de aquellos míticos conciertos de Blood, Sweat & Tears era el que decía aquello de “let’s go to the real thing!”. Es el momento de la verdad, que llega con cada nuevo concierto, y por eso el contrabajista madrileño no se anda con chiquitas: va siempre al grano. E ir al grano implica aquí abrir con ese tremendo ‘Jean Luc’s mood’ y su bellísimo desarrollo modal, pieza compuesta por el propio Chastang en homenaje al gran pianista francés Jean Luc Vallet. O seguir con los mismos bríos clásicos, “coltranianos” aquí, en la propia ‘The real thing’. O versionar al siempre de moda Wayne Shorter en la poco conocida ‘Black eyes’. O regrabar ‘En el Central’, esa balada fetiche en la que agradece esos tantos buenos ratos pasados en el célebre local madrileño. O lucir solo de contrabajo entre la sofisticada vanguardia de Ornette Coleman (‘Law years’). O rematar el álbum, de nuevo como quinteto, con ‘Firm roots’, el espacioso clásico de Cedar Walton.

Cuánto de bueno entre el repertorio y cuánto talento empleado. Algún día se le hará justicia de verdad a esta grandísima idea que tuvo Chastang de llevar a un mismo ámbito la fusión jazzística de las dos orillas del océano. Tres realmente, si contamos con la aportación cubana.

Anterior disco del día: Mamá.

Artículos relacionados