El disco del día: Maga

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«Ahora, reeditado en vinilo, este álbum blanco vuelve a encender un sueño lleno de luces blancas que hacía tiempo estaba apagado y al que hay que volver a aproximarse con cierta inocencia»

 

Maga
“Blanco”
LIMBO STARR

 

 

Texto: JUANJO ORDÁS.

 

 

Ese afán por no darse importancia siempre ha jugado en contra de Maga, aunque tal actitud fuera indisolube del espíritu del grupo. Quizá se trataba de un tic heredado de esa hornada de bandas británicas (con Radiohead al frente) que a partir de la segunda mitad de la década de los noventa hizo lo posible por anular la figura del artista ególatra, algo a su vez heredado del grunge y también tremenda masa de contradicciones que cada uno capeaba como mejor podía –algo que Muse han sido los primeros en desechar–. Aunque en el caso de Maga también podía tratarse de una necesidad de que el oyente se centrara única y exclusivamente en la música, de ahí esa extrema ausencia de efectismos.

Ahora se cumplen diez años de la edición de su primer álbum, aquel disco blanco sin más información en su cubierta que una cama. Lo cierto es que esa portada siempre resultó curiosa, porque Maga escapaban del minimalismo. Todas las canciones contenidas en este elepé de debut (existe un EP previo) juegan con una instrumentación rica, con ritmos complejos, arreglos que se alejan de la sencillez para crear ese extraño mundo de ensueño que hizo del decálogo de los sevillanos algo especial dentro del panorama musical español. Las texturas de ‘Piedraluna’ son un buen ejemplo de ello, un título enigmático, unos versos crípticos que hablan de algo que nunca queda claro del todo, esa caja ritmos con la que se inicia y que fluye como magma frío. Hay algo costumbrista en Maga, pero a la vez extrañamente onírico.

Ahora, reeditado en vinilo, este álbum blanco vuelve a encender un sueño lleno de luces blancas que hacía tiempo estaba apagado y al que hay que volver a aproximarse con cierta inocencia, aunque los temas que mejor sigue funcionando son aquellos que iban a por el estribillo descarado, donde el fraseo y la dicción no se peleaban, como el enorme ‘Agosto esquimal’, de lejos, el gran tema de toda la colección.

Anterior disco del día: Ben Sidran.

 

 

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