El disco del día: Hollywood Sinners

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«Con un pie en el espíritu de las farras juveniles del viejo frat-rock y otro en el punk anfetamínico de los setenta, los de Edu Sinner ofrecen su mejor colección de canciones. También las más afiladas y poderosas en cuanto al sonido»

Hollywood Sinners
“Disastro garantito”
DIRTY WATER RECORDS


Texto: EDUARDO TÉBAR.


Hollywood Sinners llevan una racha frenética. Teloneros de los Sonics en Italia, gira por Alemania y arrolladores en Inglaterra compartiendo cartel con la crema del garaje europeo. Cuando celebran una década de actividad, los toledanos se consagran en la escena internacional gracias a su fichaje por el prestigioso sello londinense Dirty Water Records.

“Disastro garantito”, su tercer LP tras una romería de singles de siete pulgadas y otros tantos temas dispersos en numerosos recopilatorios, concentra las bases que convierten al trío en una de las propuestas más atractivas e infalibles de su negociado. Con un pie en el espíritu de las farras juveniles del viejo frat-rock y otro en el punk anfetamínico de los setenta, los de Edu Sinner –un tipo insuperable en militancia y compromiso desde distintos frentes del subsuelo, como la organización del festival Go Sinner Go– ofrecen su mejor colección de canciones. También las más afiladas y poderosas en cuanto al sonido, fiel reflejo del momento que atraviesa el grupo en directo desde la entrada de Marco Sinner a la batería (y Edu y Carmelo Tornado desatadísimos, según lo visto en los últimos meses).

Doce títulos que entran en menos de media hora. Piezas cortas, tocadas con estridencia y la biela pasada de revoluciones. Superglue para el cerebro. En especial cuando se arrojan en castellano (‘No soy bueno’, ‘Quiero una novia extranjera’), aunque en inglés tutean de manera más evidente a sus ya renqueantes ídolos de los catálogos de Crypt y Norton. ‘That’s alright’, ‘You have to ask’ o ‘That’s all she wrote’, por ejemplo, concentran toda esa armadura de guitarras machaconas, descaro, mugre y salvajismo.

Hollywood Sinners dan un paso firme para asentarse como referencia global del garaje revival. En un mundillo en el que cuesta hallar un espacio propio y marcar elementos diferenciadores, ellos lo han conseguido. Y así se lo están reconociendo por ahí fuera, donde se les presenta como unos Sonics latinos, crudos y febriles del siglo XXI. ¡Claro que hay vida!

Anterior entrega del disco del día: Arnaud Fleurent-Didier.

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