El disco del día: Family of The Year

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«Lo de la banda de Boston es un soft pop de aire bucólico, que parece situado en la frontera de los sesenta y los setenta»

Family of The Year
“Our Songbook”
WASHASHORE/GREEN UFOS


Texto: CÉSAR PRIETO.


Family of The Year son de Boston, la vieja y patriarcal ciudad de los Estados Unidos, y uno diría que son los peores embajadores de su ciudad. Seria y recta, la urbe atlántica no tiene demasiado que ver con la impresión que emana de su primer álbum, grabado con las donaciones que consiguió un EP colgado en internet. El disco derrama naturalidad, melodías acogedoras, estallidos de pereza vital.

Bien es cierto que una de las bondades de este conjunto de catorce temas es su infinidad de texturas y de estampados, cada canción está vestida de galas diferentes, pero lo que queda en el ánimo es la sensación de feliz libertad: casas en el árbol, coros a lo Beach Boys, chicas de verano, la pulcritud coral de ‘I’m from Barcelona’. Un optimismo que se refleja en el bubblegum folk de ‘Let’s go down’ o el crujiente cruce entre un rapeado campestre y una voz femenina que esconde niñeces en ‘Treehouse’.

Sí, así es, un soft pop de aire bucólico, que parece situado en la frontera de los sesenta y los setenta. ‘Intervention’ luce sin trazado estructural, como esas canciones de Bubbles, ‘Surprise’ reluce con acústica y percusión y ‘Hero’ o ‘No goog at  notthing’ suenan a Fleetwod Mac. Pero a la vez entra a jugar el gospel en ‘Stupidland’, la electrónica –onírica, evanescente– en ‘The barn’ o la pureza pop de Paul McCartney en ‘Feel good track of Rosemead’.

Bien, parece todo descompuesto, demasiados estilos, demasiadas trasmisiones, pero hay un engarce común: la suprema placidez, la calma total que –días sin nubes ni viento– apunta en cada una de las canciones.

Anterior entrega del disco del día: Vinicius Cantuaria & Bill Frisell.

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