El disco del día: Chacho

Autor:

«Chacho no ha tenido ni el reconocimiento ni la amplitud en la carrera de otros rumberos, y además su último disco data del año 1977»

Chacho
«Primer ministro de la rumba»
SANT GAUDENCI

 

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

 

Atesoro, en mi delirio acumulativo, algunos antiguos discos de Chacho; en unos es “Chacho y sus rumbas”, en otros “El piano de Chacho” y hasta un elepé compartido con Peret. El ojo poco avisado, en las oscuras tiendas de segunda mano donde los he ido consiguiendo, seguramente pasaría con una mueca de desprecio las portadas, y no sabría que aquí se esconde ni más ni menos que el germen del único género que la Península inventó en el siglo XX: la rumba de Barcelona. Compañero de Peret en sus correrías de juventud y participante en los primeros discos de su vecino del barrio del Portal; Josep María Valentí – Chacho–, sin embargo, no ha tenido ni el reconocimiento ni la amplitud en la carrera de otros rumberos, y además su último disco data del año 1977. Así que en los artículos y enciclopedias pasa simplemente por ser, quizá por su uso de teclados, quien “dotó de elegancia al género”.

Y sin embargo, Chacho es mucho más; y lo demuestra un reciente elepé grabado bajo la insistencia del activista Txarly Brown que desgrana antiguas composiciones interpretadas de nuevo. Y aunque parece ser que el artista no ha quedado del todo contento de la producción, déjenme decirle que es modélica y que hay por lo menos tres cortes que dejan adivinar lo que fue el estilo en sus principios; se trata del eje central con las espléndidas ‘Arriba con él’, ‘Mi catapum’ y ‘Chao chao chao buru buru’, tres bombas en las que huele directamente a juerga. Y todo ello con una instrumentación básica: ventilador, palmas, jaleo y gritos guturales; nada más se necesita, aparte de unas letras desenfadadas y populares y esa voz del cantante que parece siempre que se va a romper en afonía.

El resto, pues también son canciones de altura en las que la rumba se mimetiza en otros géneros o vive en versiones, aspectos ambos que sabe resolver a la perfección. Así se alía de sabor tropical en el ‘Usted abuso’ o de un punto flamenco y moruno en ‘El anillo’ –que también había hecho El Lebrijano– o ‘Tu pañuelo verde’. También, como la auténtica, deriva en versiones sentimentales, desgarradas –recuerden el ‘Vete’ de Los Amaya–, rumbas para escuchar que aquí se concretan, por ejemplo, en el ‘Hoy tengo ganas de ti’ que hacía Miguel Gallardo.

Se completa el disco con ocho remixes que, si no molestan, tampoco aportan nada al conjunto. Por destacar alguno, el de ‘Chao chao…’, curioso experimento con ruidos de fantasía que casi convierten una canción de Chacho en La Casa Azul, o ‘Mi catapum’, con un bajo inmenso, negro, que agranda toda la canción. Importa poco, lo que verdaderamente importa es que los que la crearon sigan ahí, porque como dijo Chacho en cierta ocasión, la rumba la hicieron ellos, entre todos. Como la verdadera poesía popular. Sabias palabras.

Anterior disco del día: Carles Dénia.

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