El Club de las BSO: Un verano de acción

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“El espíritu melódico y clásico de Lockington termina escapándose por todas partes, y proporciona a la partitura un aire de película de acción de hace treinta años que le viene de maravilla”

 

Dos bandas sonoras sobresalen entre los primeros estrenos del verano: la música de la catastrófica “San Andrés”, obra de Andrew Lockington, y la de la comedia “Espías”, hecha por Theodore Shapiro al más puro estilo Elmer Bernstein. Por Fernando Fernández.

 

 

Una sección de Fernando Fernández.

 

 

Solo nos faltan las bebidas frescas para que no notemos tanto las altas temperaturas veraniegas que ya nos asaltan…o abrir el bar de este club. También podemos acercarnos al frescor de una sala de cine y disfrutar de los espectáculos que nos llegan.

 

“San Andrés”

Por fin llega a nuestras pantallas otra de las películas-espectáculo “made in Hollywood”: una muestra más del cine catastrófico que, periódicamente, nos llega del otro lado del charco. La cinta parece uno de los espectáculos a los que nos tiene acostumbrados Roland Emmerich, pero afortunadamente viene dirigido por un director algo más interesante y con muy buen sentido de la aventura: Brad Peyton (“Viaje al centro de la Tierra 2: La isla misteriosa”). En ella recupera para el cine de acción a Dwayne Johnson, “La Roca”, un actor que sabe proporcionar a sus papeles algo más de intensidad y carisma que otros compañeros de ring. “San Andres” hace realidad el famoso “gran” terremoto que se espera en California el día que la Falla de San Andrés termine de romperse. Y lo hace con un estupendo espectáculo de aventuras y efectos especiales.

Otro de los puntos a favor de la película es que Peyton ha sido capaz de mantener a su compositor habitual, el canadiense Andrew Lockington. Es uno de los nuevos nombres que se están abriendo camino en Hollywood, en el que probablemente sea su mayor proyecto hasta la fecha, para el que no se ha dejado nada detrás. Lockington es un compositor que cuenta con un estilo muy de la vieja escuela, que sigue la norma de los grandes compositores melódicos de acción de los 80 y 90 como Silvestri, Horner y otros, lo que hace que la partitura se disfrute muchísimo dentro y fuera de la pantalla.

Por supuesto que la película cuenta con grandes momentos de acción orquestal que serán los que más disfruten los aficionados, y eso que probablemente sean los más típicos de toda la banda sonora. Además, añade un toque electrónico que los hace ser algo más agresivos y secos en algún momento. Eso podría haber conseguido que la música hubiese sonado al habitual sonido que acompaña al cine de acción actual, sin embargo, el espíritu melódico y clásico de Lockington termina escapándose por todas partes, y proporciona a la partitura un aire de película de acción de hace treinta años que le viene de maravilla. La acción no termina de contagiarse completamente de ese tono de electrónica, y ofrece el suficiente espectáculo en momentos como ‘Natalie’s rescue’, ‘Tsunami’ o ‘Skydive’. Música de acción pura y directa, no basada simplemente en ritmo y percusión, sino en melodías y motivos que la convierten en uno de los elementos más destacados de la película.

Para ello desarrolla diversos temas principales muy melódicos que sirven de enganche. El tema principal, ‘San Andreas main theme’, aprovecha para añadir una línea vocal que carga de emoción a la música. Proporciona a la historia la base emocional que acerca a su protagonista a un nivel algo más humano y con sentimientos, en vez de ser un puro superhéroe, y le da a la película un punto de fragilidad con la humanidad que necesita la historia con momentos como ‘Divorce papers’, ‘San Francisco’ o ‘Resuscitation’, con un segundo tema principal de corte honorable y heroico que redondea las emociones de la película. En resumen, una de esas bandas sonoras que remarca un buen espectáculo y además se disfrute más de lo que inicialmente podíamos pensar.

 

“Espías”

Si hay otra trama ligera (y a la vez clásica) de los cines en verano suele ser la comedia. Si a eso le añadimos un reparto de campanillas y le aportamos buenas dosis de acción, la ecuación resultante es como mínimo interesante. En esta ocasión, el responsable de “La boda de mi mejor amiga” y “Cuerpos especiales”, Paul Feig, regresa acompañado de su habitual musa, Melissa McCarthy, para crear su versión de la verdad tras las historias de James Bond. Y es que la compañía de dos actores como Jude Law y Jason Statham es impagable.

Para la parte musical, Feig ha contado en esta ocasión con uno de los más destacados compositores de comedia americanos: Theodore Shapiro (“Cuestión de pelotas”, “Patinazo a la gloria”). Esta vez se ha encontrado con un autentico bombón de proyecto, en el que ha aprovechado para seguir una de las normas de la comedia creadas por uno de los mitos de Hollywood, Elmer Bernstein: plantea el proyecto como si fuera absolutamente serio y real, la historia y los actores se encargarán de que la comedia funcione. Así lo ha hecho Shapiro: ha compuesto una banda sonora para una autentica película de acción y espías, incluso con una canción cien por cien bondiana con ‘Who can you trust?’.

El resultado es una autentica gozada para los amantes de la música de acción y suspense. La banda sonora se encuentra cargada de música que acompaña a las andanzas de este trío de raros espías que intentan salvar una operación que parece estar yéndose al traste. El principal problema es que en ocasiones la acción parece tornarse excesivamente genérica, un problema habitual en muchas de las partituras de acción actuales. Pero al menos Shapiro es capaz de ir proporcionando toques que consiguen, que aun sonando genérico, tenga un tono personal y de calidad.

Los primeros momentos con la presentación de uno de los protagonistas en ‘Agent Bradley Fine’ y el sonido en los metales es complicado que no nos suene a John Barry y su música para James Bond. Pero no le copia; utiliza su estilo para crear lo que la película necesita. En otros momentos parece acercarse más al sonido más moderno de Bond que le aportó David Arnold recientemente, con unos toques de electrónica y percusión, en ocasiones más destacados y en otros más comedidos, que consiguen que los momentos de acción sean realmente intensos y potentes. Por ejemplo, ‘Knife fight’, que incluye sonido metálicos de cuchillos; la intensidad creciente de ‘Vespa Chase’ o la potencia de ‘Garage fight’. Una partitura muy entretenida para los amantes de la música de acción que solo se ve interrumpida por los viajes a los diferentes escenarios del mundo a los que se va desplazando. Estos últimos los aprovecha Shapiro para proporcionar ciertos toques exóticos y localistas que terminan de proporcionar variedad a la banda sonora. Todo absolutamente serio y directo, sin la más mínima referencia a que podamos estar frente a una comedia o una parodia. Todo un acierto por parte del compositor.

Con estas dos bandas sonoras inauguramos los estrenos veraniegos en el club, con el que volveremos la semana que viene para explorar la música que merezca la pena destacarse del resto. Seguro que algo podremos hacer.

Anterior entrega de El Club de las BSO: Animación Disney y suspense.

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