“El canto de la morena”, de Los Vinagres


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DISCOS



“El eslogan de ‘Rock volcánico en estado puro’ es doblemente cierto, por la composición ardiente del suelo que pisan y por la electricidad que generan”

 

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Los Vinagres
«El canto de la morena» (EP)
OCTUBRE/SONY

 

 

Texto: CHEMA DOMÍNGUEZ.

 

 

El Big Bang debió ser algo así como el debut de Los Vinagres. Rock, garaje, surf, punk… Un estallido de energía insólito que logra prender nuevamente la mecha que encendieron todos esos géneros. Las primeras noticias de Los Vinagres son de hace algo más de un año, cuando participan en un concurso de bandas para telonear a The Vaccines en su visita a Barcelona el pasado marzo, y cuando ya habían teloneado a todo un grupazo con tirón internacional como los jienenses Guadalupe Plata.

Ahora acumulan un doble estreno: «El canto de la morena», el epé que nos ocupa, y un single anterior jocosamente titulado «Aquí no hay playa». Sin duda, hay que sumar el buen humor como otra característica más de este trío nacido en La Palma (Canarias), así que el eslogan de «Rock volcánico en estado puro» que lanzó su compañía no solo no engaña, sino que además es doblemente cierto por la composición ardiente del suelo que pisan y por la electricidad que generan.

Y es que hay que tener muchas ganas de cachondeo para titular «Aquí no hay playa» a tu estreno siendo palmero. El caso es que Abel, voz y guitarra; Rober, batería y coros, y Sergio, bajo y coros, manejan perfectamente todos los ingredientes que escogen, superando las influencias que citan sus hojas promocionales: Black Keys, Led Zeppelin, Mars Volta o Santana. Bueno, no es que les hayan superado, sino que tienen su propio sonido desde el primer segundo y no convierten «El canto de la morena» en un tedioso ejercicio de estilo o tributo a sus influencias. De hecho su campo es muy abierto, pueden estar en sintonía con los latigazos de Jet en ‘Are you gonna be my girl’, o Strokes en ‘Last nite’. Pero también podemos transportarnos a los dos primeros discos de Siniestro Total, y a las locuras que mantienen varios discos después en piezas como ‘Diez escala drinker’.

Los Vinagres encaran el ep «El canto de la morena» produciendo, grabando y mezclando los temas ellos mismos. El dato biográfico que habla de una larga amistad entre ellos influye positivamente para evitar conflictos que se salden con una producción descafeinada. La autoría de los temas también es compartida. Todo suena ideal para engrandecer la propuesta de estos palmeros. Esa voz atrás, de medias y altas frecuencias, casi gritando desde la cueva, da más sentido a temas como ‘Veneno o algo’, ‘Aguardiente’ o ‘Piñaso en la boca’. ‘José Vélez’ pone del revés al ilustre melódico canario, con ese particular sentido del humor de Los Vinagres y una guitarra fantástica, evocadora del surf primigenio de Dick Dale.

El doble sentido también alimenta su personalidad, aquí la morena tiene forma de serpiente, habita en arrecifes coralinos y Los Vinagres aseguran que canta. ‘Morena’ es una de sus mejores piezas. ‘Me duele el pecho’ marca el contrapunto, desacelerando y dando una versión más acústica de su sonido, pasando del mojo picón, para ir en busca del mojo bluesero. Aconsejo fervientemente asistir a uno de sus directos y darse una vuelta por su web oficial. Últimamente, cuando me llega la borrasca siempre me pongo a Los Vinagres, más ahora que acaban de editar un nuevo single: «Pachanga de hierro», con una desprendida y garagera versión del clásico de Los Brincos, ‘Flamenco’.

 

Anterior crítica de discos: “El último hombre en la Tierra”, de Coque Malla.

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