Edith Crash: El despertar de la crisálida

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“Componer y grabar ‘Partir’ fue como una terapia”


Francesa y afincada en Los Ángeles, Edith Crash ya está en el punto de mira de la prensa internacional, como “The Guardian” o “Rock & Folk”, además de participar en el SXSW de este año. Una entrevista de Ignacio Reyo.

 

Texto: IGNACIO REYO.
Foto: FLORENCIA P. MARANO.

 

A la protagonista de este reportaje se la mencionó de soslayo en este diario hace seis años, en una reseña de un concierto de Crystal Thomas. En aquel concierto se dedicó a respaldar con su guitarra a la cabeza de cartel, pero ya se veía un brío, un magnetismo en el escenario que incluso en segundo plano te hacía olvidar a la protagonista. Eran los primeros pasos de una crisálida que ya ha explotado, que acumula reseñas positivas en “The Guardian” o la prestigiosa revista especializada “Rock & Folk”.

Antes de todo esto, la transformación empezó con unas escuchas iniciáticas y desde el nombre. “La música me ha fascinado desde siempre, hace poco una amiga de mi madre me contó que cuando me cuidaba de niña me ponía delante del tocadiscos con los auriculares y me quedaba horas hipnotizada”, cuenta Edith Crash a “Efe Eme”. “Escucho muchos estilos diferentes, pero creo que mis primeras influencias musicales y las que me llevaron a la guitarra fueron Noir Désir, The Gathering, Ani DiFranco, The Cure… Mi primera guitarra me la regaló mi padre. En cuanto a ‘Edith Crash’, salió tras un lapsus que hice mezclando Edith Piaf y Johnny Cash. Con mi pareja nos reímos del error y empezamos a jugar con el nombre hasta llegar a ‘Edith Crash’. Pensamos que era un buen nombre para una banda. En ese momento tocaba en varios proyectos. Meses después empecé a grabar mis canciones y colgarlas en myspace utilizando ese nombre. Fue una cosa muy espontánea”. De ahí hasta tocar bajo el cielo desértico con su flamante nuevo álbum “Partir”, un trabajo de oscuro folk.

 

 

Aunque Edith hubiera grabado otros discos, en colaboración o un debut en solitario, ha sido a raíz del desgarro, la catarsis sonora de su segundo álbum como Edith Crash, que ha terminado su evolución de promesa a artista total, alcanzando la madurez creativa. Todo lo que vendrá de esta artista que es una banda en sí misma y canta en su idioma natal, el francés, rozará el cum laude. Eso sí, antes pagó un caro peaje. En su confección le ayudó la mano derecha en la sombra de Josh Homme a la producción, el legendario Alain Johannes de los desgraciadamente extintos Eleven. “Grabé “Partir” en un momento muy difícil de mi vida. Acababa de perder a mi madre, que falleció de cáncer. Componer y grabar este disco fue como una terapia, fue extremadamente importante contar con la ayuda de Alain. Cuando le conocí me dio la sensación de ver un amigo de toda la vida. Es alguien que admiro profundamente a nivel musical. Además resulta ser una persona increíble y muy humilde. Lo que más me gusta de trabajar con él es que se guía mucho por el instinto y la música en sí, no le interesa nada las superfluo que puede haber alrededor. Solo la música importa y esto no es muy fácil de encontrar hoy en día”. El productor le inyectó una dosis de autoestima: “También me ayudó a tener más confianza en mí misma y en lo que estaba haciendo. Por ejemplo, el hecho de grabar el disco en tomas únicas y sin añadir nada más. Tenía dudas sobre los arreglos, si debía añadir otros instrumentos o dejar las canciones mas desnudas. A veces los músicos o productores quieren llevarte a otro lugar, un poco para imponer su sonido. Alain en cambio no tiene necesidad de demostrar nada y como productor es muy respetuoso con la esencia musical del artista”. El proceso en sí resultó más que satisfactorio.

Con este planteamiento, el disco se grabó en directo en un día. “Al llegar había preparado un montón de micrófonos que repartió por todo el salón donde se hizo la grabación. Grababa entre tres y cuatro tomas de cada canción, elegíamos la mejor y así hasta llegar a los ocho cortes. La mezcla se hizo un par de días después también en su casa. Estoy muy feliz con el sonido que le dio al disco, especialmente sabiendo que no hemos doblado ningún instrumento”. No olvida que todo esto empezó mucho antes, que no es un simple viraje en la vida que cualquier ser humano sufre, recordando su ópera prima. “Cuando trabajo en un disco, escucho las canciones sin parar. Una vez está publicado no lo hago nunca. Cada disco es un poco como una fotografía de un momento. Al grabar ‘De L’Autre côté’ apenas estaba empezando a tocar con mi set actual que incluye guitarra, bombo y pandereta. Cuatro años después, ensayando y tocando sin parar…supongo que hay una evolución lógica en el sonido”.

 

 

Ahora, Edith no solo toca su propio repertorio, sino que ha ampliado su espectro musical hasta la creación de bandas sonoras, e incluso metiendo una canción en el término canónico de la misma dentro de una película protagonizada por Keanu Reeves. Cada día los conciertos son más numerosos en una persona que ha hecho de su propia existencia un viaje que empezó en Francia, y tiene en su pasaporte varios países, un viaje que la ha llevado a tocar recientemente en el festival SXSW, donde la han descubrieron locutores de la NPR, la radio nacional estadounidense, pinchando su música al país de las rayas y estrellas. Alguien que no hace concesiones, que continúa vislumbrándose en la mirada la pasión de quien escuchaba a sus compatriotas Noir Désir o admira a P.J. Harvey, que realiza una música que traspasa las fronteras del idioma, que irradia pasión. Termino hablando con ella sobre tocar en el famoso lugar que inspiró el disco más icónico de U2, en el que Gram Parsons iba con su colega Keith Richards… un sitio con alcurnia en el que parece haber encontrado el hogar que tanto ha buscado su sonido a través del pacífico (llegó a residir en Australia) o cruzando el atlántico. “Conocía Joshua Tree por sus leyendas y pasado musical. Al mudarme a Los Ángeles mi manager organizó un concierto allí y me enamoré del lugar. Pasa algo difícil de explicar, un poco como si el espacio y el tiempo se distorsionara (conste que no me drogo). Será por el silencio, será por la gente, será porque está totalmente aislado del caos de la ciudad, no lo sé. Siento que mi música pertenece de alguna forma a este sitio y no era consciente de ello antes de ir”.

 

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