Discos: «Sangre pop», de Tremenda Trementina

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«Tremenda Trementina se ha colocado en primera línea de promesas del pop español y ocupa un amplio espacio»

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Tremenda Trementina
«Sangre pop»
EVERLASTING

 

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

 

El grupo navarro ha construido un disco insólito. Se ha extraído como single ‘Sangre pop’, un hit certero y directo, con su estribillo repetitivo, sus disparos animosos, su puente excelentemente cuidado respecto a la versión de la maqueta, con unos celestiales vientos. Es purísimo pop que demuestra que han dado con la fórmula. Sin embargo las nueve canciones restantes se apartan en mayor o menor medida de esta plantilla que dominan. Por otro lado, su afán de perfeccionismo se demuestra en que el disco llegó a entrar en fábrica hace unos meses y al no quedar del todo contentos con el resultado se volvió a trabajar sobre él.

Porque el conjunto es un trazado deliberadamente diseñado para arriesgar, arriesgar profundamente, sin concesiones. Extraño, sí; cauces reconocibles pero llevados siempre un poco más allá, solo así se entienden ‘Sirenas’ y ‘Bendiciones’, la que abre y la que cierra. Hace falta mucha confianza para presentarse con la primera, una miniatura a capella de templado lirismo, apenas pintada por vientos, y para dejar el regusto de la segunda, un bolero desnudo e íntimo, crudo y acogedor, clásico y desfigurado, a la manera de lo que han hecho Corcobado, Claustrofobia y Klaus&Kinski.

Quizás la parte ochentera del conjunto sea la que se inscriba con mayor grado de efectividad en el pop reconocible, ‘Groupie’ y ‘El retorno’ poseen unos simpáticos toques funky y son bailables y tecnificadas, pero antes hemos tenido que pasar por la intensidad melancólica de ‘La calle del rencor’, que crece a cada escucha, o por los irresistibles guitarrazos, cuidados, envolventes, del experimento que supuso ‘Gorilas’. Y sobre todo por ‘Animal salvaje’, sin concesiones, un riff en segundo plano, una canción obsesiva, magnética, llena de metáforas salvajes y oscuridades que se resuelven en un solo de guitarra final sólido, duro, construido por Charlie, de Los Bichos. Un recorrido por el rock and roll a la manera de Espanto.

Han tardado en gestionar el disco desde la maqueta y han tardado en la grabación, pero Tremenda Trementina se ha colocado en primera línea de promesas del pop español y ocupan un amplio espacio, aquel que domina la pulsión pop directa y los recovecos de oscuridades sentimentales, con leves recuerdos de Jeannette por el lado esponjoso y de los Punsetes por el crudo. Y sobre todo, el disco está tan perfectamente cosido que llega como un escaparate abierto, sin prejuicios para utilizar cualquier técnica pop que se les pase por la cabeza. Directos y refinados, si aprovechan estos dos caminos pueden abrir una excelente carrera.

Anterior crítica de discos: “Mi teatro”, de Dani Martín.

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