Discos: “Paradoja”, de Rafael Berrio

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Aquí no hay letras poéticas prolongadas, sino poesía de versos certeros, cortos y concisos, arropados por la aguerrida voz de Berrio y por una banda rockera que da gusto escuchar”

 

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Rafael Berrio
“Paradoja”
WARNER

 

 

Texto: JUANJO ORDÁS.

 

 

La cuestión con el nuevo disco de Rafael Berrio es que es tan tremendamente bueno, que después de escucharlo casi todos los álbumes editados este año te parecerán una puta broma. Y cuando 2015 haya terminado, pocos resistirán comparaciones con este “Paradoja”. Vosotros sabréis qué hacéis con vuestro dinero, pero podéis creerme cuando os digo que pocas veces se dan la mano el rock y unas letras tan certeras, poéticas y dolientes. Berrio es uno de los mejores escritores de canciones de nuestro tiempo. Punto. Pocos iguales se me ocurren, solo Vasallo, Quique González, Lapido y apenas algunos más. Pero es que al igual que estos, Berrio también firma el formato musical y hablamos de un formato musical de rock a secas. Que nadie se equivoque con el tema del peso de sus versos y piense en ademanes de folclorista, porque este hombre está en la misma categoría que los previamente mencionados. Es decir, “Paradoja” es un disco de rock con letras hirientes. No va a salir el sol mientras lo escuchas, pero te vas a sentir cobijado de esa tormenta que a veces es la vida. Sinceramente, dudo que próximamente se vaya a editar un disco a la altura de esta colección de diez canciones en las que no sobra nada. Son diez ejercicios que bombean vísceras, poesía e iluminación. Diría que incluso esperanza una vez ha surtido su efecto balsámico.

Empezar con un instrumental, ‘Paradoja’, es tan acertado como osado, deja las cosas bien claras. Pronto ‘Cambios a mansalva y decadencia’ te prepara para sumergirte en las olas que llegan y en la calma más tensa, con un control del tempo magistral que hace de la escucha del disco algo entretenidísimo. Y es que entra fácil, aquí no hay letras poéticas prolongadas, sino poesía de versos certeros, cortos y concisos, arropados por la aguerrida voz de Berrio y por una banda rockera que da gusto escuchar, concreta, centrada, cuyo bajista, Fernando Lutxo Neira, coproduce la obra. Hazte un favor, compra este disco y deja que se encarame al Olimpo al que pertenece.

Anterior crítica de discos: “La ruleta china”, de La Ruleta China

 

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