Discos: «The man upstairs», de Robyn Hitchcock

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«Tiene claro dónde se encuentra, sus aspiraciones son mínimas y su objetivo es seguir disfrutando de la música y, si puede ser, hacer disfrutar a los demás»

Robyn-Hitchcock-08-09-14

Robyn Hitchcock
«The man upstairs»
Yep Roc

 

 

Texto: EDUARDO IZQUIERDO.

 

 

Está claro que Robyn Hitchcock no es un tipo… iba a decir normal, pero me quedaré con convencional. Miembro de los imprescindibles The Soft Boys en los setenta, Hitchcock, con más de cuarenta discos a sus espaldas para los que se han utilizado referencias como The Byrds, Love, Bob Dylan, Nick Drake o Syd Barrett, lo tenía todo para triunfar a lo grande. Pero su carrera a sus 61 años ya, nunca pareció acabar de despegar más allá del cultismo. Ni siquiera su aventura tardía con Venus 3, compartiendo escenario con gente como el R.E.M. Peter Buck o el Young Fresh Fellows Scott McCaughey le pudo sacar de ese submundo en el que solo sus seguidores acérrimos (que los hay y muchos) y los amantes de lo más «underground» estaban dispuestos a sumergirse.

«The man upstairs» es su tercer disco en cuatro años, ritmo que dicho sea de paso no está nada mal. Producido por Joe Boyd, este hecho se me antoja esencial para entender ese aire a Nick Drake que sobrevuela buena parte de sus pistas. Se atreve el británico, además, con buenas revisiones de temas conocidos: ‘The crystal ship’ de The Doors, ‘To turn you on’ de Roxy Music y, sobre todo, ‘The ghost in you’ de Psychedelic Furns, probablemente la más destacada de las tres. Aunque es cuando afronta canciones menos “fáciles” para el gran público cuando lo borda definitivamente. Ahí está ‘Don’t look down’ de Grant Lee-Phillips como ejemplo. Eso no quita, pero, que el hipotético título de mejor tema del álbum se lo lleve una canción propia, una excelente ‘San Francisco patrol’ que debería estar en cualquier lista de canciones del año.

«Solo soy otro cantautor poniendo sus huevos frescos» ha asegurado Hitchcock del lanzamiento y la definición demuestra que tiene claro dónde se encuentra, que sus aspiraciones son mínimas y que su objetivo es seguir disfrutando de la música y, si puede ser, hacer disfrutar a los demás.

Anterior crítica de discos: “Recordando a Triana”.

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