Discos: “Historias mínimas”, de Manolo Tarancón

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“Un álbum urdido a fuego lento y sin prisas, que desenvuelve un tapiz de registros algo más amplio –y también más amable– , entre la tradición del ‘songwriter’ en castellano con alguna inyección puntual de electricidad y las deudas con la ‘americana’ menos amanerada”

 

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Manolo Tarancón
“Historias mínimas”
LA VIEJITA MÚSICA

 

 

Texto: CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.

 

 

Resulta curioso comprobar que el paso de Manolo Taracón por los aguerridos Reno, tras la edición hace tres años del que fuera el último álbum a su nombre (“Reflexiones”, 2012), no ha redundando en un fortalecimiento de la fibra rock de su propuesta. Es como si la veta más hercúlea de su sonido ya estuviera suficientemente cubierta en el cuarteto valenciano que integra junto a miembros de los extintos Torre de Control. Eso no significa necesariamente que la evolución de su sonido no sea palpable (así ha sido a lo largo de su carrera en los últimos nueve años, con mayor o menor fortuna), ya que el folk rock espinado de anteriores entregas ha dado paso ahora a su versión más pop. Incluso en su forma de cantar. La más accesible y diáfana, apuntalada por guitarras acústicas, armónicas, acordeones, vibráfonos y dobros, y –especialmente– por las colaboraciones de tres músicos que ceden parte de su identidad (sin desvirtuarla) en sus respectivas colaboraciones, que sirven al mismo tiempo para enmarcar en qué coordenadas se mueve “Historias mínimas”: Xoel López (‘Casa vacía’), Mikel Erentxun (‘Cosas que nunca te dije’) y Fabián (‘Volverán’).

Quizá se eche de menos la inquietante penumbra de ‘Reflexión #2’ o ‘Me quedé en medio’ (su único equivalente actual sería ‘Frío’), o la turbia agitación rock de ‘Se me fue de las manos’, todas de su trabajo anterior, pero este es un álbum urdido a fuego lento y sin prisas, que desenvuelve un tapiz de registros algo más amplio –y también más amable– , entre la tradición del «songwriter» en castellano con alguna inyección puntual de electricidad (‘Como una sombra’) y las deudas con la «americana» menos amanerada (el inicio tan Byrds de ‘Todo me da igual si tú te vas’). Si se trata de seguir y sumar, más que suficiente.

 

 

Anterior crítica de discos: “El sonido efervescente de La Casa Azul”, de La Casa Azul.

 

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