Discos: «Grownass man», de The Shouting Matches

Autor:

«Primer largo de una banda nueva capitaneada por el barbudo Justin Vernon: sí, el de Bon Iver»

Shouting-Matches-24-01-14

The Shouting Matches
«Grownass man»
BDC

 

 

Texto: JONBIL.

 

 

Hay tantísima novedad y reedición discográfica hoy en día que es muy fácil pasar por alto algún disco que (de haberte enterado de su existencia) sin duda hubieras escuchado y disfrutado. En este caso recupero el primer largo de una banda nueva capitaneada por el barbudo Justin Vernon (sí el de Bon Iver), que a principios del pasado año llamó a dos de sus colegas y en abril publicaron este «Grownass man». Los otros dos magos en cuestión son Phil Cook de la banda Megafaun y del proyecto pre-Bon Iver llamado De Yarmond Edison, así como Brian Moen de Peter wolf crier y de Laarks.

Son diez canciones en las que se encuentra todo lo que le pides a un buen álbum: variedad (aunque apuntando a una dirección concreta, en este caso blues rock y sureño), honestidad y contrastes. Aquí está contenido todo eso. Es justo avisar que los amantes de los sonidos de Vernon en Bon Iver no tienen porqué sentirse a gusto con éste elepé, porque ni usa su habitual falsete ni es folk de autor, más bien suena a unos colegas pasándoselo de madre mientras se recrean en algunos de los sonidos que les hacen vibrar.

En ‘Heaven knows’ suenan a los Black Keys con el primer Ben Harper como cantante, ‘Three dollar bill’ es puro blues pantanoso repleto de armónica, ‘Gallup Nm’ contiene guitarras crujientes marca Neil Young y el precioso instrumental ‘Milkman’ nos lleva de paseo rural con auténtico gozo. Cuando hablaba de contrastes me refería a cambios tipo ‘Mother, when?’ y ‘I´ll be true’: la última es una dulce tonada de carretera mientras que la primera supone un frenético ritmo, casi rockabilly, que (como dice la letra) nos incita a correr. ‘I need a change’ es el magistral cierre del álbum, despidiéndose a ritmo lento pero con una pegada increíble que recuerda a las mejores baladas de Cracker con unas gotitas de blue-eyed soul. Y con ‘Seven sisters’ encuentras algo muy pegadizo y fiestero, una auténtica joya; crucemos los dedos para que el proyecto tenga continuidad, pues son canciones sin complejos y (muy importante) sin fecha de caducidad.

Anterior crítica de discos: “Internal sounds”, de The Sadies.

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