Discos: “Gramola”, de Lidia Damunt

Autor:

«Conviven todas las facetas de Lidia: la intérprete delicada, emocionante, furiosa, autosuficiente, la eléctrica y la acústica»

lidia-damunt-21-07-14

Lidia Damunt
“Gramola”
TORMINA RECORDS

Texto:  EDUARDO TÉBAR.

A pocos lectores estimula la idea de un disco de versiones. En general, resulta una manera insulsa de rellenar el expediente y disimular la escasez de ideas. Vaya por delante un mensaje tranquilizador: “Gramola”, cuarto álbum en solitario de la murciana Lidia Damunt, no incurre en odiosos ejercicios de estilo, recurso habitual en las viejas glorias del rock. Conviene recordar el espíritu indómito de la guitarrista de Hello Cuca, principal abanderada en nuestro país del punk-surf feminista desde los noventa. Sus dos trabajos con el sello Subterfuge descubrieron a una cantautora folk deslumbrante, genial en la elaboración de un imaginario propio. Su arena y sus olas son las de La Manga del Mar Menor. Sus melodías parecen atrapadas del cielo. Con Hidrogenesse amplió la paleta y le cogió el gusto a un sonido espectral de guitarra eléctrica que sus adoradas Bratmobile hubieran prohibido.

En “Gramola” conviven todas las facetas de Lidia: la intérprete delicada, emocionante, furiosa, autosuficiente, la eléctrica y la acústica. La sorpresa llega en la selección de los temas adaptados. Sorpresa a medias, porque ya conocíamos sus revisiones de Hank Williams (‘Mansión en la montaña’) y Patsy Cline (‘Sueño contigo’). Ahora muestra su querencia por el floclore español y latinoamericano. Canciones popularizadas por mujeres y que Damunt retuerce hasta hacerlas totalmente suyas. La primera cara transmite una vocación más rock y acalambrada, mientras que la segunda se sumerge en la intimidad poética de las revolucionarias meridionales.

Increíble metabolización del cante de La Niña de los Peines en ‘Del mundo leguas y leguas’. Los arrebatos de voltaje se los lleva el cada vez menos denostado repertorio coplero local (‘Ay, pena, penita, pena’, el ‘Señora’ de Rocío Jurado). La autora de ‘Lady Yo’ se lo puede permitir. Que ninguna pieza flaqueé en un disco de versiones, que todas evoquen a Lidia Damunt, es el mejor aval. Hay espacio para el guiño a su amiga Julieta Venegas (‘Me voy’) y para la autocita (la elegante ‘Vive’, de Mari Trini, remite a ‘Edificios con vistas al mar’). Enorme audacia al convertir aquel calypso sintético de DeBarge (‘Al ritmo de la noche’) en un hermoso pop sincopado, con melódica y aromas de dub humeante. ¿Los mayores hallazgos? Las latinoamericanas. ‘Quizás un día así’ (Chabuca Granda) y ‘Volver a los diecisiete’ (Violeta Parra), con sus percusiones andinas, se redimensionan en la voz de Lidia, siempre espléndida.

“Gramola” desvela la riqueza de fuentes de la cantante de Hello Cuca y ofrece el bello renacimiento de unas canciones que siempre estuvieron ahí. En Malmö, donde reside en la actualidad, Lidia Damunt ha formado el grupo de punk Arre! Arre! El fan sigue echando de menos sus composiciones. Pero no, “Gramola” no es ni mucho menos un lanzamiento solo apto para completistas.

Anterior crítica de discos: «Band of brothers», de Willie Nelson.

Artículos relacionados