Discos: “En directo desde el teatro Arriaga”, de Fito & Fitipaldis

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«Se entiende que a Fito le apeteciera una gira así, se entiende que este show se grabara y que se ponga a la venta. Trabajos así aportan matices a un repertorio»

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Fito & Fitipaldis
“En directo desde el teatro Arriaga”
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Texto: JUANJO ORDÁS.

 

 

Un buen disco en directo debe aglutinar dos componentes esenciales, uno real y otro místico, pero ambos igualmente necesarios. Por una parte supone la puesta de largo de un trabajo realizado a lo largo de un espacio de tiempo determinado, por otro, su magia debe derivar del apareamiento entre artista y público. Obviamente, el disco debe estar compuesto por canciones, pero estas deben estar imbuidas de esa energía única que se produce al chocar la del músico con su audiencia.

Eso es exactamente lo que contiene “En directo desde el teatro Arriaga”, la nueva obra de Fito Fitipaldi. Hace ya diez años de la edición de “Vivo para contarlo”, el que hasta este momento era su único directo oficial (por lo menos en solitario: en 2008 publicó «Dos son multitud», junto a Andrés Calamaro, el álbum de la gira del mismo nombre), un trabajo que supuso la lanzadera definitiva a nivel popular de una carrera que cada vez iba cogiendo más impulso, especialmente si tenemos en cuenta que la trayectoria solista de Fito comenzó siendo un divertimento distendido. Pero ahora mismo la situación es otra. Una bastante mejor, la verdad. El músico ya es una figura consolidada en el panorama musical español, su rock de a pie y poesía juguetona son recibidos por el público con los brazos abiertos, siendo junto a Extremoduro, Bunbury y alguno más de los pocos capaces de arrastrar oleadas de fans hasta pabellones que lucen repletos.

Aunque “En directo desde el teatro Arriaga” no deja de ser la celebración de una carrera estable y exitosa, también es una obra de mimbres nacidos de la intensidad emocional más que del bramido eléctrico. El espectáculo que recoge es el de una gira especial que en lugar de basarse en la promoción de un nuevo disco lo hizo en la recreación del repertorio originalmente grabado con otro espíritu, acomodando las canciones a los teatros, a su dinámica y escenificación. La esencia es la de siempre pero el envoltorio cambia. No es nada nuevo en el rock and roll español, desde hace años son varios los artistas que deciden orientar su espectáculo hacia el patio de butacas.

Y es que el teatro cambia la actitud del músico, es casi una disciplina en sí mismo, hay que ser consciente de que el público está sentado, de que el silencio será parte del show, que el concepto de entretenimiento tendrá que enfocarse desde un punto de vista más artesanal. Fito lo entendió, como queda claro en este hermoso espectáculo.

Hay que entender un disco en directo como en un paso más dentro de una carrera, este tipo de álbumes (en este caso un doble cedé más deuvedé) son esenciales para disfrutar del crecimiento de un músico pero especialmente de ese componente místico comentado al comienzo, ese abrazo canibal entre artista y público que devora las canciones para devolverlas a la realidad del plástico enlatado de forma distinta, aquí con la intimidad como bastón.

Desde que Carlos Raya se situara como mano derecha, la música de Fito ha ganado en grosor pero también en orientación. “En directo desde el teatro Arriaga” es fruto de la voluntad de llevar las canciones hacia una plasticidad a la que se prestan sin problemas. El sonido es lujoso en los compactos, el deuvedé también, todo suena en su sitio, la banda rueda haciendo piruetas sobre canciones que cambian la piel y otras que se asientan cómodamente delante del telón con menos modificaciones, pero el concepto es respetado, se entiende que a Fito le apeteciera una gira así, se entiende que este show se grabara y que se ponga a la venta. Trabajos así aportan matices a un repertorio, son aristas que hablan tanto del artista como sus discos en estudio.

Anterior crítica de discos: “Sintónicos”, de Sintónicos.

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