Discos: “Crosseyed heart”, de Keith Richards

Autor:

“Crosseyed heart” cambia toda percepción sobre la reducida carrera solista de Keith, porque cuando un disco es tan tremendo la espera siempre merece la pena”

keith-richards-crosseyed-heart-20-10-15

Keith Richards
“Crosseyed heart”
UNIVERSAL

 

 

Texto: JUANJO ORDÁS.

 

 

Cuando tus favoritos aciertan es un gusto, no porque haya que reafirmar la fe en ellos, sino porque te traen una nueva dosis de ese veneno que tanto te gusta y que, eso sí, solo ellos saben extraer de sus afilados colmillos. Se trata de una relación de confianza, sabes que lo que te traen es bueno. Y hay tipos que nunca fallan. Keith Richards es uno de ellos. Cuando algo no va bien en los Stones siempre se puede repartir la culpa (¡pobre Jagger!), y cuando graba en solitario siempre acierta. Es verdad que hace muchos años de “Talk is cheap” y “Main ofender”, que el primero de ellos era una obra maestra y el segundo una encantadora pelota deshilachada, pero “Crosseyed heart” cambia toda percepción sobre la reducida carrera solista de Keith, porque cuando un disco es tan tremendo la espera siempre merece la pena (guau, han sido veintitrés años). Ah, y “Talk is cheap” ya no es su mejor disco, es este. Sí, “Talk is cheap” nos parece a todos la hostia, pero “Crosseyed heart” es la rehostia. No hay más discusión.

Podemos desnudar a Keith de toda su mística y leyenda, aún así nos queda un trabajo sobresaliente de cabo a rabo, que roba emociones y luego las devuelve con propina. ¡Gracias, hombre! La portada no puede ser más convencional, aséptica y fría, en la línea de los discos de músicos en senectud con pocas ganas de ofender pero con muchas de contarle una historia a gente de todos los públicos. Pero es solo eso, la portada. Dentro Keith es el gitano de siempre, un felino cazando pájaros, cebras y bisontes. Y es que es todo tan bueno, laten con tantas ganas estas canciones que pensar en los setenta y un años que se gasta el amigo es paradójico. Pero ya lo sabemos, Keith es especial. Hagamos sonar “Crosseyed heart”, que su rock, blues y folk derritan nuestros corazones para volver a empezar mañana con un poco más de fe.

 

 

Anterior crítica de discos: “In dream”, de Editors.

Artículos relacionados