Discos: “Black masquerade”, de Rainbow

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«Un concierto grabado en Alemania en 1995, en su día pirata y ahora oficializado con muy buena calidad de sonido»

rainbow-23-09-13

Rainbow
“Black masquerade”
EAGLE ROCK

 

 

Texto: JUANJO ORDÁS.

 

 

En 1995 Ritchie Blackmore volvía a poner en marcha a unos nuevos Rainbow que no serían tan celebrados como sus encarnaciones previas. A mediados de los noventa su hard rock épico ya no estaba de moda, Rainbow era plato para fans fieles, no para masas, pero el nombre de Blackmore seguía imponiendo respeto.

De otras épocas solo quedaba el mítico guitarrista, pero lo cierto es que él siempre fue el común denominador a lo largo de todas sus formaciones y que Rainbow eran su creación, por lo que era legítimo que decidiera reformarlos sin ninguno de sus colaboradores anteriores. Esta vez no tenía estrellas a su lado, sino a desconocidos cuya misión era hacer brillar el cancionero clásico de la banda en directo y demostrar que sus nuevas canciones estaban a la altura. “Stranger in us all” fue un muy buen disco. Junto a Blackmore brillaba la figura del cantante Doogie White, que por fin conseguía llegar a la primera división tras haber realizado audiciones para unos Iron Maiden que le rechazaron y lo cierto es que White era –y sigue siendo– un fantástico cantante con mucha personalidad. En Rainbow encontró su lugar y los conciertos de presentación de ese nuevo disco fueron una celebración de toda la historia del grupo, incluso de toda la carrera de Blackmore, añadiendo sus nuevas canciones, viejos clásicos de la banda y hasta tres temas de Deep Purple.

Eso es lo que recoge “Black mascarade”, un concierto grabado en Alemania, en su día pirata y ahora oficializado con muy buena calidad de sonido. Fue grabado para el programa «Rockpalast», por lo que se trata de una grabación profesional en forma de doble directo y deuvedé con madera de semiclásico. Obviamente, los grandes protagonistas son Blackmore y White, el primero reclamando su lugar como uno de los grandes guitarristas ingleses de los setenta y el segundo saltando de era en era, calzándose las botas de todos los grandes cantantes que pasaron por Rainbow más las de Ian Gillan, consiguiendo interpretaciones sublimes sin imitar a ninguno de ellos.

Desde luego que su versión del ‘In the hall of the mountain king’ de Grieg es tópica, también hay tics setenteros ya en desuso en 1995 –solos de guitarra, teclado y batería– y algunas de las canciones son fragmentos o parte de medleys, en conjunto los mejores momentos ganan de largo. ‘Spotlight kid’, ‘Ariel’, ‘The temple of the king’ suenan poderosas, también las concesiones a Deep Purple como ‘Burn’ y ‘Smoke on the water’, aunque el espectáculo apostaba por novedades con Rainbow demostrando que eran dignos de su nombre, apreciando su pasado pero disfrutando su presente.

Anterior crítica de discos: “AM”, de Arctic Monkeys.

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