Diez gemas en bruto de la música disco

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El gran experto en música negra, Luis Lapuente, acaba de publicar en Efe Eme “Historia de la música disco”. Para abrirnos el camino hacia esta obra monumental, ha escogido diez joyas del género.

 

Selección y texto: LUIS LAPUENTE.

 

1. The Jacksons: ‘Blame it on the boogie’ (“Destiny”, EPIC, 1978).
Talento en estado puro, fascinación por el baile, voces inmaculadas, magia, magia, magia… En los años 70, los hermanos Jackson se convirtieron por obra y gracia de Berry Gordy en la obra maestra del crossover, el majestuoso cruce entre lo mejor del pop y lo mejor del soul. Luego, cuando abandonaron la disciplina de Motown, continuaron facturando discos gloriosos, en una clara estética disco, primero en el sello Philadelphia International Records y luego en Epic: “Triumph” (1980) es casi equiparable al aclamado “Off the wall” (1979) de Michael Jackson. Y esta canción, que los Jacksons tomaron de un músico británico (llamado Mick Jackson, nada que ver con ellos) que la había escrito pensando en Stevie Wonder…

2. The Hues Corporation: ‘Rock the boat’ (epé, RCA, 1974).
Fantástico trío californiano de largo recorrido: pasaron de acompañar a Nancy Sinatra a grabar bandas sonoras para películas blaxploitation de serie B (“Blacula”) y a iluminar el Planeta Disco con una canción arrolladora titulada ‘Rock the boat’ (1974). No sobrevivieron a ella: muy pocos lo habrían hecho (la expresión inglesa “rock the boat” significa algo así como crear problemas).

3. Dr. Buzzard’s Original Savannah Band: ‘Cherchez la femme’ (epé, RCA, 1976).
El sueño de un par de francotiradores de la heterodoxia: un lujo insólito, un placer secreto y lúbrico reservado para gourmets de la pista de baile. Formaron esta fantasiosa orquesta en 1976 los hermanos Stony Browder Jr. (guitarra, piano, voz) y August Darnell (bajo, voz), con Mickey Sevilla (batería), Andy Hernandez “Coati Mundi” (vibráfono, marimba, acordeón) y Don Armando Bonilla (percusión). De su legendario debut hay que recordar el tono festivo, embriagador y pegajoso de un puñado de canciones delirantes (‘Sunshower’, ‘I’ll play the fool’, ‘Sour and sweet’), una constante en todas las producciones del grupo hasta su separación en 1980. Lamentablemente, y pese a lo atractivo y original del pastiche, muy pocos supieron degustar este álbum imprescindible, que incluyó esta gema absoluta titulada ‘Cherchez la femme’.

4. Donna Summer: ‘Love to love you baby’ (epé, Casablanca Records, 1975).
Patrocinada por Giorgio Moroder y por su compinche Pete Bellotte, Donna Summer arrasó en las listas de medio mundo con una pieza incendiaria titulada ‘Love to love you baby’, que encarnaba los nuevos modos de la música negra derivada del soul: ritmos contagiosos y caliente, desarrollos larguísimos (en su versión maxi duraba más de 17 minutos) y un lenguaje sexualmente explícito como no se había escuchado hasta el momento fuera de los circuitos underground afroamericanos (la revista “Time” llegó a contabilizar hasta veintidós orgasmos simulados por los gemidos de la cantante, que grabó el tema en semi penumbra para ambientarlo con mayor intensidad).

5. George McCrae: ‘Rock your baby’ (epé, TK Records, 1974).
Aunque solo fuese por el glorioso ‘Rock your baby’, escrito por Harry Wayne Casey y Richard Finch (los líderes de KC & The Sunshine Band), George McCrae ya se habría ganado un hueco de honor en la historia del soul y de la música disco. Pero el legado de este vocalista excepcional trasciende la importancia de aquel número absolutamente afrodisíaco, con hermosas grabaciones publicadas a su nombre o en comandita con su entonces esposa Gwen McCrae, que también logró colocar en lo alto de las listas el llenapistas ‘Rockin’ chair’.

6. Diana Ross: ‘Upside down’ (epé, Motown Records, 1980).
Diana Ross proporcionó a Motown su primer gran éxito en la onda disco, ‘Love hangover’ (1976), original de Marilyn McLeod y Pam Sawyer. El álbum “The boss” fue otra diana en el corazón de la música negra: diez canciones monumentales escritas para la diva de Motown por los imprescindibles Nick Ashford y Valerie Simpson. Pero fue el elepé Diana el que rompió todos los moldes con otra impresionante colección de piedras preciosas escritas expresamente para ella y producidas por Nile Rodgers y Bernard Edwards, algunas de las cuales se cuentan entre lo mejor que ha grabado en todas su carrera: ‘Upside down’, la felicidad sincopada, y ‘I’m coming out’, con unos vientos y unas guitarras que quitan el hipo, pura celebración de independencia artística y personal, al nivel de obras maestras como el ‘Good times’ de los propios Chic.

7. McFadden & Whitehead: ‘Ain’t no stoppin’ us now’ (epé, Philadelpia International, 1979).
A Gene McFadden y John Whitehead les cabe el honor de haber firmado y grabado en comandita uno de los grandes himnos del disco más subyugante de Filadelfia, ‘Ain’t no stoppin’ us now’, además de un puñado de gemas del soul sofisticado de la época, como ‘Back stabbers’ (The O’Jays), ‘Wake up everybody’ (Harold Melvin & The Blue Notes) y ‘Let’s groove’ (Archie Bell & The Drells).

8. KC &The Sunshine Band: ‘(That’s the way) I like it’ (epé, TK Records, 1975).
KC & The Sunshine Band fueron el alma de la discográfica de Florida TK Records, una máquina perfectamente engrasada nacida del talento de dos jóvenes músicos blancos (Casey & Finch) y de un compositor y productor negro (Clarence Reid). El segundo álbum registrado en TK (tercero de su andadura comercial) fue un trallazo imparable, plagado de canciones sensacionales que marcaron una época de esplendor artístico y comercial. ‘Get down tonight’ y, sobre todo ‘That’s the way (I like it)’, se convirtieron en himnos generacionales y en llenapistas absolutamente arrebatadores. El secreto: un prodigioso sentido de la pulsión rítmica, un dominio milimétrico de las claves de la música disco más anclada en el soul y el increible acierto de fundir el pop y el rhythm and blues en un único cuerpo musical.

9. The Bee Gees: ‘Night fever’ (epé, RSO, 1978).
La banda sonora de “Fiebre del sábado noche”, producida por Arif Mardin, fue un doble elepé histórico, que el yippie Abbie Hoffman eligió en su día como su favorito de todos los tiempos. Cuatro de sus canciones (‘How deep is your love’, ‘Night fever’, ‘Stayin’ alive’ e ‘If I can’t have you’) coparon las listas de éxito de singles. Seis piezas de orfebrería facturadas por The Bee Gees, vibrantes, pulimentadas, magnéticas, como los grandes himnos de soul sofisticado de Filadelfia.

Diez años después de haber rozado el cielo con decenas de gemas del libro de estilo del pop barroco, los hermanos Gibb se subieron al carro de la música disco, cuyo catálogo embellecieron con un puñado de canciones inolvidables, con esos falsetes embriagadores de Barry que marcaron una época.

10. Chic: ‘Le freak’ (epé, Atlantic, 1978).
El 31 de diciembre de 1977 Nile Rodgers y Bernad Edwards se disponían a pasar la Nochevieja en uno de los cenáculos de la música disco, el club Studio 54 de Nueva York. Habían quedado allí con Grace Jones, entonces ya una auténtica diva que quizá podría impulsar la carrera recién iniciada de Chic. Pero a Grace se le olvidó dejar los nombres de sus amigos en la puerta de la discoteca y, contra todo pronóstico, el portero no les dejó pasar: “Fuck off!” (“Que os den”). Así que Edwards y Rodgers compraron un par de botellas de champán y se largaron al apartamento del segundo, donde consiguieron sacar petróleo de la desgracia: unas pocas horas después, aquel “fuck off” (palabras malsonantes aún dificiles de colar en un disco comercial) se convirtieron en “freak out” y, ¡bingo!, la leyenda de Chic empezaba a echar a andar a lomos de un poderoso estribillo sincopado.

 

“Historia de la música disco” está a la venta en la tienda de Efe Eme.

 

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