Diez discos grabados en sitios extravagantes

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Para qué trabajar en un estudio si se puede grabar en el interior de una caja fuerte… o en el pilar de un puente. Xavier Valiño reconstruye las grabaciones más insólitas de Aphex Twin, Jonathan Richman o Nine Inch Nails.

 

Selección y texto: XAVIER VALIÑO.

 

Hace unas semanas recogíamos aquí varios discos grabados en localizaciones muy especiales. Para algunos músicos, esos sitios míticos no son siquiera suficientes para captar el sonido y el ambiente que buscaban. Algunos optan por registros más etéreos, sin una localización geográfica fija, como el álbum “Nymphomatriarch”, que Venetian Snares grabó con micrófonos dentro del cuerpo de su novia Hécate mientras mantenían relaciones sexuales, o “Chance to cut is a chance to cure” (2001), para el que el dúo Matmos utilizó sonidos de distintas operaciones médicas. Los diez que presentamos hoy, más sus respectivas alternativas, buscaron lugares físicos extravagantes y complicados para dejar constancia de sus creaciones.

 

 

1. Aphex Twin: “Come to daddy” (1997, en la caja fuerte de un banco).

Cuando no estaba conduciendo el tanque que posee, a Richard D. James se le podía encontrar trabajando en un antiguo banco que compró a mediados de los 90, situado en el número 98 de la calle Stoke Newington de Londres. Parte de su equipo lo guardaba (nunca mejor dicho) en la caja fuerte en desuso, donde se dice que grabó parte del material que ha editado como Aphex Twin o con alguno de los seudónimos que ha venido utilizando. Finalmente, vendió el banco y este fue derruido.

Alternativa: The Drones: “Gala mill” (2006, en un molino).

 

2. Ben Vaughn: “Ramblin’ on” (1995, en un coche).

Ben Vaughn haría todo lo posible por conseguir el sonido perfecto para sus instrumentos, incluso si el instrumento en cuestión es una conga. Eso fue lo que sucedió en 1994 cuando grababa unas maquetas en Hoboken. No le gustaba como sonaba la conga en aquel estudio profesional y bromeó con grabarlo en un coche, solo que acabó dándole vueltas a la idea. Dicho… ¡y hecho! Cogió su Rambler American de 1965, le metió la mesa de grabación de su casa y un amplificador en la parte trasera y registró las diez canciones de “Ramblin’ on”. Antes había probado con el modelo del año 1964, pero no le convenció. En el de 1965 consiguió justo lo que buscaba. El disco salió en España en una edición limitada. Después, Vaughn pasó un tiempo intentando localizar un coche idéntico que la policía de Kenosha, en Wiscosin, había adoptado como su coche oficial. Parece claro lo que pretendía.

Alternativa: Hard Fi: “Stars of CCTV” (2005, en una cabina de taxis).

 

3. Efterklang: “Piramida” (2012, en un asentamiento abandonado en el Ártico).

A mediados del siglo pasado, la Unión Soviética construyó una ciudad íntegramente nueva en Spitsbergen, un archipiélago cercano al Polo Norte. Esta nueva ciudad, llamada Pyramiden (Pirámide es castellano) fue creada para su explotación minera gracias a un acuerdo con Noruega. Un escenario hostil y gélido que fue testigo del poder y posterior deterioro del orgullo socialista soviético. El experimento no duró mucho más que unas décadas. El acuerdo con Noruega expiró y, de la noche a la mañana, la ciudad fue abandonada. Sus colegios, hospitales, comedores públicos, edificios residenciales y parques quedaron vacíos. El grupo danés supo de su existencia y quiso grabar allí la base de su cuarto trabajo, tocando pianos abandonados, moviendo tablones de madera, cantando dentro de antiguos tanques y depósitos y registrando el sonido que emitía acariciar cientos de documentos y archivos soviéticos. Estuvieron, en todo momento, acompañados por un taciturno e impasible guarda forestal, uno de los antiguos habitantes de la ciudad fantasma, cuya misión consistía en protegerles de los osos polares. Dejaron constancia de ello en el documental “The ghost of Piramida”.

Alternativa: The Black Keys: “Rubber Factory” (en una fábrica de caucho).

 

4. Einstürzende Neubauten: “Stahlmusik” (1980, dentro de un pilar de un puente de Berlín).

En el interior de uno de los pilares del puente Stadtautobahn de una autopista de Berlín grabó Einstürzende Neubauten su debut. Al pilar se accedía a través de un pequeño hueco, que daba a un espacio construido en acero de 1,5 metros de alto, 5 metros de ancho y 50 metros de largo. La instrumentación fue básica: guitarra y un amplificador rudimentario para Blixa Bargeld, que tuvo que cantar doblado, mientras que el percusionista N.U. Unruh golpeaba dos grandes ladrillos en barriles de petróleo situados en las paredes de la autopista. Dentro, controlaban los niveles de oxígeno con velas y lo iluminaban con linternas de bolsillo. El disco fue grabado con un casete y editado en ese formato.

Alternativa: The Libertines: “Anthems for doomed youth” (2015, en un nido de serpientes en Tailandia).

 

5. Jonathan Richman & The Modern Lovers: “Rock & roll with The Modern Lovers” (1977, en el servicio de señoras de los estudios de CBS).

Para su segundo disco editado como Jonathan Richman & The Modern Lovers, “Rock & roll with The Modern Lovers”, Richman no paró hasta dar con el lugar perfecto para recoger su sonido directo, acústico, minimalista y jovial. Aparentemente lo encontró en el baño de mujeres de los estudios de CBS, después de asegurar que el de los urinarios de hombres era “demasiado lustroso”. La campaña de promoción se basó en el lema “Grabado en los mejores lavabos que el dinero pudo conseguir”.

Alternativa: CocoRoise: “La maison de mon reve” (2004, en el baño de un apartamento de París).

 

6. Katie Melua: “Concert under the sea” (2006, a 300 metros bajo el mar en una plataforma petrolífera).

El 2 de octubre de 2006 Katie Melua dio y grabó uno de los conciertos más atípicos de la historia, un recital submarino a trescientos metros bajo el mar. Fue en la plataforma petrolífera Troll A, la más grande del mundo, situada en el Mar del Norte, frente a Noruega. El equipo tuvo que transportarse en barco hasta allí y, después, bajarlo el montacargas de la plataforma. Como público, Melua tuvo a algunos de sus trabajadores. La cantante aseguró que había sido “el concierto más surrealista que he dado nunca”, y le creemos. De hecho, tiene un récord Guinness por ello. El gasto había que cubrirlo de alguna forma, así que acabó editándolo en deuvedé.

Alternativa: Pink Floyd: “A momentary lapse of reason” (1987, en el barco Astoria de David Gilmour, fondeado en el Río Támesis).

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7. Michelle Shocked: “The Texas campfire tapes” (1986, debajo de un árbol).

Que Michelle Shocked iniciara una carrera discográfica fue más bien una casualidad. Lo suyo era más bien el activismo político. Después de salir de prisión, el productor Peter Lawford la descubrió cantando debajo de un árbol y en torno a una hoguera en el festival anual de folk en Kerrville, Texas, y allí grabó con un pequeño reproductor portátil su actuación. Entusiasmado, el Lawford le envió una carta solicitando su autorización para publicarlo, y acabó editando aquel concierto improvisado bajo el título de “Las cintas de la fogata de Texas”. Además del encanto de haber capturado un momento único, en el álbum se pueden escuchar los grillos y algún coche que pasaba de vez en cuando.

Alternativa: Animal Collective: “Campfire songs” (2003, en un porche).

 

8. Nine Inch Nails: “The downward spiral” (1994, en la casa del asesinato de Sharon  Tate).

En 1992, Trent Reznor quiso grabar su nuevo elepé en Nueva Orleans, pero no lo salían las cuentas. Optó por hacerlo más cerca de su residencia, en la casa donde Sharon Tate y otras cuatro personas habían sido asesinadas veinticuatro años antes por los seguidores de Charles Manson, pensando que así tendría una motivación extra. Allí se instaló durante un año y medio, y llamó al estudio que montó “Le pig” (“El cerdo”), una referencia al mensaje que Manson garabateó en la puerta con la sangre de Tate. Cuando Patti, la hermana de Tate, le preguntó si estaba explotando la muerte de su hermana, él le contestó: “No, es solo mi propio interés en el folclore estadounidense. Estoy en este lugar donde ocurrió una parte extraña de la historia”. No obstante, empezó a darle vueltas y acabó dándose cuenta de que le podían ver como alguien que apoyaba a un asesino en serie. “Cuando ella me habló, me di cuenta por primera vez. ¿Qué pasaría si fuese mi hermana? ¡Qué le jodan a Charles Manson! Me marché a casa y lloré esa noche. Me hizo ver que las cosas tienen otro lado”. Reznor abandonó la casa, que poco después fue derruida.

Alternativa: Deep Purple: “Machine head” (1972, en un hotel suizo).

 

9. Sigur Ros: “( )” (2002, en una piscina).

La primera idea de los islandeses, que tuvieron que abandonar por sus inconvenientes, fue grabar su disco de 2002 en una base abandonada de la OTAN. En su lugar, encontraron una piscina abandonada en las afueras de Reikiavik, construida en los años 30 del siglo pasado, y acabaron comprando la propiedad con varios edificios adyacentes. La sonoridad que más les convenció fue la del interior de la piscina, así que la recubrieron trayendo el techo de otra construcción con una grúa. Ese nuevo estudio, que fueron construyendo poco a poco en la piscina, se conoce con el nombre de Sundlaugin, que en islandés significa, sí, “La piscina”.

Alternativa: Psychic TV: “Dreams less sweet” (1983, grabado en sonido holográfico en lugares como las Cuevas subterráneas de Hellfire).

 

10. Xebi SF: “Duermevela” (2014, en una furgoneta recorriendo 4.000 kilómetros).

Tras grabar dos discos en estudio, Xebi SF se planteó su álbum de 2014 como una terapia musical… sobre ruedas. Decidió coger una furgoneta y recorrer cuatro mil kilómetros durante diecinueve días de aquel verano parando para grabar donde le apetecía: debajo de un puente, en la calle… Entre los invitados a subirse a la furgoneta estuvieron Joan Colomo, Tom Hagan, Paco Loco o Esteban Perles (Bigott). Cuando se lo comentó a su psicóloga, esta le sugirió dejar constancia en imágenes, y ahí nació el documental “Submergit o volant”.

Alternativa: Bigott: “Blue jeans” (2013, en la selva amazónica).

Bonus track: Gorillaz, “The fall” (en un Ipad).

No se trata de ningún lugar físico, pero este álbum cuenta con la excentricidad de haber sido el primero grabado enteramente en un Ipad. Cosas de la tecnología… y de la pandilla animada creada por Damon Albarn.

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