Diez canciones imprescindibles de Coque Malla

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Desde su debut en solitario en 1999 con “Soy un astronauta más”, Coque Malla ha ido afinando su puntería en cada disco. Hoy nos detenemos en una selección de canciones de sus cinco discos de estudio con canciones propias. Por Marta Sanz.

 

Selección y texto: MARTA SANZ.

 

Hoy no es un día especial para repasar la discografía de Coque Malla. No acaba de sacar un disco nuevo, faltan meses para que publique ese directo que dará tanto que hablar y él, lejos de promociones, está saltando de escenario en escenario, con una gira que ni empieza ni está por terminar. Pero lo bueno de los mundos de Coque es que siempre se puede volver a ellos. No hay paseo malo entre sus universos. Y aunque es tentador pasar por la época dorada de Los Ronaldos, y hacer un redoble en ‘Quiero que estemos cerca’, ese disco grabado en directo que bien valdría como resumen de una era del rock español, vamos a poner el punto de partida un poquito después, a finales de los noventa. Cuando, desabrigado, decidió empezar de nuevo.

En estos 18 años de carrera en solitario –tampoco nos da la excusa una cifra redonda– ha publicado cinco discos de estudio. También hubo directos, y reencuentros con Los Ronaldos, pero hoy caminaremos entre cables y mesas de mezclas. No es exagerado hablar de mundos cuando hablamos de un disco de Coque Malla. Es un compositor tan honesto que traza un paraje real, no se ajusta a una estética única, y por eso en cada tramo el horizonte es también distinto. Para contar esta historia, pondremos los pies en el kilómetro cero donde imaginamos sus botas desgastadas de comienzo. Desde aquí volvemos a empezar con él.

 

1.‘Punto cero’ (“Soy un astronauta más”, Columbia Records, 1999).

“Quiero que estemos cerca”, la despedida de Los Ronaldos en 1996, había sido una fiesta de una intensidad difícil de alcanzar. Tras cantar el rock de una era, Coque se encuentra solo ante un micrófono, sin banda que lo respalde. Tenía la opción de seguir vestido ronaldo, un traje que le sentaba bien; esta tesitura ya tenía la aceptación del respetable. Sin embargo optó por desnudarse, bajar el brillo, y susurrar. Descubrimos que no necesita notas para entonar, que suena infinitamente bien hablado. ‘Punto cero’ es una canción apenas cantada. De hecho solo un verso se tararea, todo lo demás es palabra descarnada. El tema que lo tenía todo, coros y estribillo, parece que se baja en marcha para contar la verdad. De su sencillez nace toda la belleza. De estos tragos que saben a principio y final. Una historia difícil de llevar a un escenario, pero que podría escucharse en bucle durante horas.

2. ‘Tú y yo’ (“Soy un astronauta más”, Columbia Records, 1999).

Cuenta Coque que componiendo “Soy un astronauta más” encontró su nave y pudo volver a casa. Y en ‘Tú y yo’ se adivina una especie de desvío en el camino. La canción a veces es un hit, la opción más sencilla, pero se reinventa entre los versos, cambia el ritmo y se maldice. Orate y contradictoria, parece negar lo que dice. El encargado de poner imágenes a esta confusa genialidad es Ray Loriga, y el resultado es la presentación formal de un solista elegante, con mucho que decir. Entre los comentarios al vídeo alguien dice que esto es una canción, y lo demás es silencio. Secundamos la sentencia.

3. ‘El rey’ (“Sueños”, El Europeo, 2004).

Es fácil caer en lo inteligible para hablar de sueños, un marco borroso y palabras inconexas dan la apariencia. Más difícil es contar lo irreal, confuso mundo que lo contiene. Malla lo intenta en este disco, que más que nunca es hablado, y escrito. Conoce a Suso Saiz y él le acompaña en este complicado viaje, y sale de él una obra única como el artista. Como puerta hemos escogido este rey, que como propósito es casi un halo. Y como en los sueños, uno al final no recuerda si era héroe o villano.

4. ‘El final’ (“Sueños”, El Europeo, 2004).

Dentro de este capítulo, si hemos de darle una nota, este tema sería el despertar. Está escrita de frente, con la puerta a medio cerrar, cerca de una despedida. Definitiva. También sabe a declaración de intenciones, al Coque que está por venir. Rica en instrumentos, cuando valdría solo su música, la llena de verdades y confesiones. Si se escucha de fondo puede parecer solo una buena canción. Si se atiende de cerca, es una vida entera.

5. ‘La hora de los gigantes’ (“La hora de los gigantes”, Warner, 2009).

Este nuevo episodio llega tras un celebradísimo reencuentro con Los Ronaldos. Pero lejos del abismo tras el hogar de una vida, su autor ya sabe lo que es la carretera, y por eso esta vez se desprende de ellos lleno de energía, y eso se nota en cada paso. ‘La hora de los gigantes’ es una celebración, aunque esté invitada cierta nostalgia. En la canción que da título al álbum, la voz que cuenta se ha hecho tan inmensa como la que canta. Se adivina una sonrisa en el estudio de grabación. Canción con mimbre de ganas infinitas. “No pidas permiso, agárralo; sal a la calle, cógelo. Es tuyo…”.

 6. ‘Berlín’ (“La hora de los gigantes”, Warner, 2009).

Cierto es que esta parada es demasiada esperada; no el hit infaltable que no hemos querido incluir, sin el que no se puede vivir, pero sí quizá el segundo en la lista. Pero no podía quedarse fuera porque tanta realidad dejaría hoy la biografía a medias. Tenemos que saborear sus acordes, revivir el recorrido hasta la orilla del mar. Todos, en algún momento, hemos visto esa pared con todo el pasado que nos contiene, y hemos decidido dar un salto hacia delante. Esta canción ayuda a renacer tantas veces como sea necesario. Canción tirita, tema poción.

7. ‘Despierto’ (“Termonuclear”, Warner, 2011).

En este disco, del que Coque dijo sin pudor que es el mejor de su carrera, hay una apuesta.  Se juega todo al presente, a romper esquemas en favor del cuento. La ternura de estas nueve canciones sujeta emociones enteras, verdades complejas. Se sienten casi sin querer, pero son difíciles de entender. ‘Despierto’ podría ser canción de entrada o títulos de crédito.

8. ‘Lo intenta’ (“Termonuclear”, Warner, 2011).

‘Lo intenta’ es una suerte de vals, una de esas canciones que se saben para toda la vida. Como un cuento lleno de tristezas y con final feliz. La sencilla apariencia de esta canción esconde la maestría de un músico elegante, de los que hacen fácil lo difícil. Como puntos suspensivos, recita un pequeño cuento escrito por él mismo. Como regalo, el público acostumbra a bailar la danza austriaca para él. Un espectáculo verlo en directo. Un placer saberlo grabado así.

9. ‘La señal’ (“El último hombre en la Tierra”, Warner, 2016).

Llegamos a la última parada, reciente disco que en estos meses ha ido creciendo de escenario en escenario. Al comienzo de la gira parecía estallar en directo, vibrante y urgente. Con cada paso ganaba, y envuelve al público se cuente por decenas o miles. Entre todos los temas hemos escogido esta señal, canción luminosa, inmensa frente a frente. Como digno representante, esta genialidad de videoclip. Difruten.

10. ‘Santo, santo’ (“El último hombre en la Tierra”, Warner, 2016).

Para cierre y despedida, no podría haber mejor tema que este. Suena a ruego pero tiene la estética de un sueño cumplido. Es también su último videoclip publicado, y en él podemos ver que está en plena forma. Sin duda mejor que nunca, impecable en sus grabaciones, virtuoso sobre las tablas. Y no parece que haya tocado techo, ni de lejos. Por eso no le perdemos de vista. Y por eso siempre hay un motivo para volver a él.

 

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