Def Con Dos: Entren los que quieran

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«La osadía es algo que se respetaba, que molaba. Ahora, agachar la cabeza y el sometimiento están reconocidos, fuera de ahí te acusan de insolente. Hay desprecio a la constancia, al riesgo, a tirar pa’lante»


Chema Domínguez conversa con César Strawberry, cerebro de Def Con Dos (homenajeados en un reciente disco) y autor de una biografía de uno de los grupos más inquebrantables e inclasificables del rock español. Una entrevista sin desperdicio.


Texto: CHEMA DOMÍNGUEZ.
Foto: RODRIGO HARO.


Andrés Calamaro, La Cabra Mecánica, Soziedad Alkohólika, Los Delinqüentes o Digital 21, entre otros, han grabado algunas de sus mejores canciones en «La culpa de todo la tiene Def con Dos». En contadas ocasiones los tributos igualan, superan o simplemente aciertan en el enfoque de la toma original. César Strawberry, cofundador de Def Con Dos junto a Julián «Siniestro Total» Hernández, publica además el primer volumen de la biografía del grupo cuya semilla queda preparada en 1988. La música y el tiempo le han dado la razón a Strawberry en muchas cosas. Le propuse realizar la entrevista cerca del movimiento social acampado en la Puerta del Sol de Madrid, independientemente del devenir, en esa agrupación hay actitud, posicionamiento, atrevimiento, búsqueda… ¡Están vivos! Y esos son precisamente ingredientes básicos en la mezcla de sucesos que han llevado a Def con Dos a estar sanísimos y lúcidos tras dos décadas de actividad.

Si no te lo creías cuando grabaste la primera maqueta ¿qué pensaste cuando te dijeron que iba a realizarse este tributo?
En principio vergüenza, soy muy vergonzoso. Además, DCD nunca participó en ningún tributo porque nunca nos gustó esa idea. Cuando surgió, que surgió de la compañía, la rechazamos desde un principio claramente. Luego, sin que nosotros lo supieramos, Miguel, de Warner, fue tanteando a algunas personas y nos llegaron noticias de que había gente que quería participar, y como vimos qué había una lógica de grupos afines, como Narco o Soziedad Alkohólika, nos pareció mejor idea que al principio. También valoramos mucho ese interés real porque tiene mucho curro participar en un tributo: hay que prepararte un tema, ensayarlo bien, meterte en un estudio…

…Y hacerlo bien, que merezca la pena el intento.
Claro, y lo han hecho bien, muy bien. Hasta tal punto me iba implicando que pedí personalmente a los Lendakaris Muertos en el último Viña Rock que participaran. Jesús Arispont es el que más ha hablado con los grupos, por ejemplo, con Los Delinqüentes. El disco se ha ido haciendo a sí mismo de forma muy natural, ideal.

Luego está la intriga de cómo quedará el tema.
Claro, a ver qué hacen. Finalmente está de puta madre, tanto en canciones, si quieres escucharlas de forma aislada, y como disco. Me encanta.

Hay muchas vertientes musicales, desde Huecco hasta Narco, por ejemplo, pero puede decirse que hay una actitud común en sus carreras.
Claro, hay una actitud punk, reivindicativa, revolucionaria. Todos  los grupos que participan comparten perfil personal. Calamaro, por ejemplo, los de Warner decían «no estaría mal»… «Uh, Calamaro», pensé. Aparece, desaparece, aparece con dos gemelas, está sin girar, luego gira muchísimo… Es muy artista, muy rockero, vive un hotel… Me dieron su email para escribirle, estuve dándole vueltas a ver qué le decía yo a Calamaro. Me dijeron que le amenazara, no sé, no le conozco mucho aunque sé que le gusta la actitud cañera de Def. Así que le dije que sería un honor que participara en el disco y que si no hacía la versión ibamos a ir a su casa de Buenos Aires, e ibamos a entrar sin que se enterara a chupar su cubertería… Si se mosquea es que es gilipollas.

Y si responde es que tiene sentido del humor.
Respondió de puta madre. «Hombre, cómo no voy a participar, claro que sí, ante esta amenaza tengo que estar…» De puta madre. Me consta que tuvo que tomarse muchas molestias para grabarla, el año pasado tuvo una gira muy extensa por Latinoamérica, sacó tiempo de donde no lo tenía y alquiló un estudio en México. Cuando la escuché me pareció buenísima y me emociona oír a Calamaro cantando ‘La culpa de todo la tiene Yoko Ono’.

Pero es que nadie ha querido quedarse atrás, todos han buscado la mejor forma de llevársela a su terreno.
La Cabra Mecánica me encanta, SA me encanta, grupos alejados de los sonidos duros como Delinqüentes y que han hecho una tremenda versión de ‘El día de la bestia’ en clave de rumba… Es un buen tema que dice algo en ese estilo, no queda como una patochada llevada a cualquier lugar. La de Digital XXI brilla, brilla.

Es de las más originales.
Es valiente, y buenísima, han sintetizado la letra de ‘Dogmatofobia’ a la perfección para combinarla con sonidos que entrañaban mucho riesgo. Todas las caras musicales me gustan, es flipante. Al final, siempre te quedas con algunas más que otras pero nadie desmerece. Han hecho un disco muy equilibrado, reinterpretando perfectamente los temas para que funcionen en otra onda.

Ahora si os piden entrar en algún tributo no os quedará otra, si os amenazan como vosotros a Calamaro…
Claro, jajaja. Si te llama Calamaro para hacerle un tributo, de puta madre.

Has publicado «Freddy Krueger tiene alzheimer», primer volumen de la biografía de Def Con Dos. ¿Cuáles son los momentos más reseñables?
Abarca desde el principio hasta que DCD empieza a funcionar. Tenía mucho empeño en que esa parte se conociera, por un lado la inmensa mayoría nos conoció en el 95 con ‘Alzheimer’ y ‘El día de la bestia’. Por otro, ahora, gente nueva que nos viene a ver o lleva pocos años conociendo al grupo, se sorprende de algunos temas y desconoce de dónde venimos. Esa parte de cero a diez  de DCD es tan atípica, tan rara, que merece mucho la pena contarla. No es la historia de un grupo que se tira ensayando en un local con litronas y porros. Es una historia completamente distinta. Nunca pensé en ser un rockero que va de gira, graba discos, vive de la música… No era mi plan. Me apetecía contarlo y con detalle.

Por ejemplo, la historia arranca de Julián Hernández, de Siniestro Total.

Esto empezó porque Julián quería hacerlo y yo era fan suyo. Le seguí. Musicalmente era un inculto aunque tenía gran inquietud por hacer cosas, y Julián fue el primero que me dio chance al tener en cuenta mis opiniones sobre cómo puede funcionar un grupo, portadas, conciertos, actitudes, pensar como público o fan, etc. Compartíamos inquietudes. Todo lo que sé lo mamé de él. Toda la actitud de cómo hacer las cosas, no creerte los éxitos, mantener los pies en el suelo, no volverte un gilipollas. El ingenio musical era de Julián, con la maqueta grabada yo me ocupaba de armar los pollos, la gente se involucraba desinteresadamente, creamos afición… Después del «Tercer asalto» (1991) tocamos techo. El directo no era lo nuestro, nos defendíamos con un playback cutre. No teníamos futuro. Y ahí, casualidades de la vida, Elisabeth Azurmendi se propuso y fue nuestra primera manager. Ella trabajaba en Revólver, no paraba de decir «cómo mola Def con Dos». Fue la que movió pieza. Sugirió que metiéramos a un amigo suyo de Sevilla, Jesús Arispont, que venía de tocar con Pata Negra, Dogo y Los Mercenarios, Dulce Venganza… Nosotros eramos el amaeturismo, la chapuza, el huir hacia delante, no queríamos complicar la vida a nadie pero ella insistió. Conocí a Arispont, nos embolingamos y él también insistió, «con esto que tú has hecho hasta ahora tengo una idea que se puede hacer con una banda potente». Y eso hizo que empezara a depender menos de Julián. Además, él tenía mucho con Siniestro  debido a lo bien que iba. Así que Arispont, nuestro J Al Andalus, era ya un gran músico a la guitarra y al bajo, que producía, grababa… No me lo podía creer. Regrabamos las maquetas de ‘Acción mutante’ y ‘Armas pa’l pueblo’, que sonó increíble.

Y ahí aparece Álex de la Iglesia.
Siniestro iba a hacer la versión de «Acción Mutante» y llegó un día Alex diciéndome que hiciera la letra. Le contesté que yo no era letrista, «digo cositas, lanzo ideas pero no hago letras» le solté, pero él insistió  «que la hagas, que la hagas». Me puse, fui con la cuartillita y Álex me dijo «esto es buenísimo». Yo no me lo podía creer. Una película de la hostia y no eramos ni grupo. Surge una sinergia rara que obligó al grupo a terminar de hacerse.

Te dejas llevar…
He sido consciente de mis limitaciones. Luego empezó una travesía del desierto que te cagas, pero ya éramos un grupo que tocaba con músicos buenos. De un directo de «cero» pasamos a uno impresionante. De repente, la gente que nos conocía en la versión anterior flipó con los conciertos. Ahora sí.

De la noche al día…
Empezamos a funcionar. Aunque a Charly [Sánchez, en la actualidad director de Warner] le costó mucho meternos en la compañía, en aquel entonces DRO ya era de Warner.

De hecho, tuvo que hacerlo de tapadillo.
Exactamente. Toda la peña nos ayudó muchísimo, se atrevió.

Sin ser nostálgico, con las circunstancias de hoy, no habría ni Def Con Dos, ni Siniestro, ni tantos y tantos por no decir casi todos.
La osadía es algo que se respetaba, que molaba. Ahora, agachar la cabeza y el sometimiento están reconocidos, fuera de ahí te acusan de insolente. Hay desprecio a la constancia, al riesgo, a tirar pa’lante. Se potencia una cultura aterciopeladilla, como moña, de cafetín, de gafapasta. Los medios de comunicación se han convertido en un soporte para la publicidad, el contenido da igual.

¿Habría que rebautizar el enunciado «medios de comunicación» por «medios publicitarios»?
Sería más honesto decirlo abiertamente, porque eso es lo que son las grandes cadenas.

¿Sigues teniendo contacto con Álex?
Pues no. Sí entre comillas. A Álex le gusta mucho el exito y el dinero. Desde «El día de la Bestia» en adelante me di cuenta de que se le había ido la pinza. Tuvimos una serie de desencuentros. Él adora ser reconocido y nosotros somos un grupo bastante tocapelotas que nunca nos ha gustado reconocernos en el marco del triunfador, y cuando tocó fama con «El día de la Bestia», nosotros la vivimos como quisimos y eso nos obligó a decir que no a varias cosas. Álex quiso que tocásemos en el Palacio de Deportes con otros grupos y no quisimos. Estuvimos en la Canciller unos días atrás, lo petamos y no vimos la necesidad de tocar ahí. Eso nos provocó el primer roce serio. Tampoco quisimos salir en un suplemento del «ABC». A partir de estas cosas nos fuimos alejando. Esto no quita para agradecerle otras.

¿Cuando ha estado dirigiendo la academia de cine tampoco habéis entrado en contacto?
Álex ha fabricado un personaje que atre mucho a la gente y yo nunca le he besado el culo, eso siempre ha creado una tensión entre nosotros. Ha habido varias fases, la última es cuando se presentó a director de la Academia de Cine. Publiqué una carta al director en algunos medios, decía, sobrándome como suelo hacer, que ya vale de repartirse la tarta de las subvenciones entre cuatro y que el sitio de Álex no estaba ahí, institucionalizándose, sino que su sitio estaba haciendo pelis. A partir de una edad al artista que ha sido rebelde le dan unas medallas y pasa a formar parte del sistema. Esa transición siempre me ha dado mucha rabia y como artista no entro por ahí, y gente cercana a mí no me gusta que lo haga. Entonces, Álex, que hacía años que no me escribía, me mandó un email «así» en el que me ponia a parir, «eres un hijoputa, cómo me haces esto…» Le contesté, «Tío, soy tu acicate y desde el amor tengo que decir no hagas eso, que es una mierda, qué coño vas a quedar con Garci y no conmigo a tomar un café». Me senti mal porque, coño, alguien que te ayuda, luego vas y le criticas. Pero, cosas de la vida, acaba pirándose de la academia con aquel discurso, y de alguna manera he sentido que me ha dado la razón. Siento que su sitio está en seguir desafiando haciendo pelis que digan cosas, haciendo cosas dificiles, producciones imposibles… Le mandé un email: «El escuadrón de las sombras te apoya», le dije. «Ah, qué bueno, como en los viejos tiempos», me contestó. Todo desde la admiración y el respeto que le tengo.

Hay quien aceptó honores de estado y luego los rechazó, como John Lennon, o que directamente no aceptó, como Bowie.
Llega un momento en que la sociedad te fagocita. Si asumes honores coarta tu libertad creativa, si los rechazas te conviertes en un resentido, un infantil, un gilipollas… Pero no. Azcona, ¡el gran Azcona!, no fue a recoger su Goya, cosa que me encanta porque los Goya me parecen una patochada tan grande… Y el único que no lo ha tomado es el maestro Azcona.

«El consumo ha creado unas expectativas que no cumple. Habrá que volver, en mi opinión, a pensar en una sociedad más humanista. Hay cosas por las que no hay que pagar tanto y se puede disfrutar de ellas»

¿Y con Julián mantienes el contacto?
Para mí es Dios, y lo ha sido siempre. Luego nos hemos ido alejando por diferentes motivos. Lo que he hecho lo he aprendido de él, conversando hasta las seis de la mañana de todo el curro y las situaciones que conlleva esto… Tenemos una relación extraña. Tal vez, DCD creció más de lo que él esperaba, no lo sé.

Estoy convencido de que habrá punto de encuentro musical, más tarde o más temprano.
A mí me encantaría, lo admiro, le debo todo y quisiera volver a conspirar como lo hacíamos. Esa complicidad creativa que teníamos, como luego con Arispont, que también le admira. Si hacemos algo sería la polla, si no lo hacemos es porque no quiere.

De esa inquietud y creatividad surgió la singular mezcla de textos incendiarios con mucha socarronería y música rap con rock. ¿Dónde hay innovacion ahora, donde deberíamos poner nuestra tencion?
No veo nada, hay cosillas pero me cuesta encontrar contenidos. Ahora hay una preparacion por parte de los que empiezan flipante. En los locales de ensayo no se va a aporrear, saben, tocan de cojones. Pero en general, como en la vida, en el mundo en el que estamos, hay poco que contar. Hay una sequía ideológica tremenda, falta de actitud ante la vida.

‘Hipotécate tú’, ‘Ultramemia’, ‘Poco pan’, ‘Agrupación de mujeres violentas’… ¿A veces no es agradable acertar tanto?

Es un flipe cuando veo que se usa ‘Poco pan’ para denunciar todo el engaño que nos han hecho, ¡es de hace más de 15 años! ‘Hipotécate tú’ o ‘Que no te cojan’, igual, la que menos tiene tres años desde que se publica. Habla de lo que está pasando hoy. Nosotros no somos más inteligentes que la media, me consta, por qué lo hemos dicho y otros no, la razón no la sé. Es más bien por lógica popular, de conversación de bar, que es de lo que yo me hago eco. Desde una pintada de baño hasta mensajes publicitarios, pintadas, pasquines… Tomo nota de toda esa información. No me invento las cosas, estoy al tanto, recojo lo que se dice. Eso lo aprendí de Julián, recoger lo que hay por ahí, tratarlo, sacar algo distinto que bebe de muchas fuentes. Un eclecticismo creativo. Buscamos objetividad en un mundo en el que prima la subjetividad posesiva, el «yo, yo voy, yo hago, yo sé, y que le den por culo al mundo».

¿Vivimos de oídas?
Vivimos bajo un tamiz ideológico y dogmático venga de donde venga, falta análisis objetivo. Nos dictan que el individuo lo que tiene que hacer es ir al supermercado de los comportamientos y comprarse uno. Es decir, soy facha, «me compro ser facha, estos colores mi polo de Ralph Lauren y ya». Soy alternativo, «me compro pendientes, rasta y ya». Ese tipo de uniformes. Compramos los atributos de ese comportamiento. Falta intervención en nuestro propio destino, vivimos cegados por ideas de otros, hay poca filosofía, poco o ningún sentido de la vida.

¿El 15M es la última oportunidad, o no hay que ser tan apocalíptico… o esto no servirá para nada?
Todos los sucesos a partir de «Toma la alternativa, toma la calle» reflejan un desconcierto que se ha ido cociendo durante mucho tiempo porque además de una crisis económica teníamos y tenemos una crisis descomunal de valores. Para qué vivo, para qué estoy. Lo hemos descuidado. La única respuesta era para comprar, para comprar cosas que no necesito pero que me dan placer, placer momentáneo que crea ansiedad. Hasta alquilamos trasteros porque compramos más de lo que podemos guardar en casa. Esa especie de almacenamiento de la tumba egipcia. Y ahora la gente se da cuenta de que ese no es el camino. Tengo 47 años, cuando era joven, a finales de los 70, España era una mierda con mayúsculas, un país franquista donde todavía se mataba a la peña en las manifestaciones. No había nada a nivel de consumo, ni modernidad, todo muy cutre. Sin embargo, recuerdo que no me sentía mal por no poseer, por tener recursos económicos limitados. El consumo ha creado unas expectativas que no cumple. Habrá que volver, en mi opinión, a pensar en una sociedad más humanista. Hay cosas por las que no hay que pagar tanto y se puede disfrutar de ellas.

¿Es el momento de la música independiente?
Por supuesto. El espíritu punk como rebeldía, actitud, el kamikaze. Ese rollo siempre se ha movido en la independencia. Ahora, el cambio tecnológico se ha cargado a los pequeños sellos. En el paso que se daba del local al disco estaban las discográficas independientes. Me acuerdo de Sex Museum, vendían siete, ocho o diez mil discos, tenían su circuito y una presencia. Ese perfil se ha perdido, ya nadie vende 10.000, vendes 200. Y sin embargo el mercado no está preparado para que desaparezca el cedé. Hay un montón de bandas buenísimas, jóvenes, que cunden al desaliento y lo dejan. Las salas cobran por tocar, antes tenías la entrada y ellos se llevaban las copas. Quién puede hacer música. El rock se ha vuelto una aventura ingrata. Y lo que faltaba, se genera la filosofía sustentada por Anonymus que tiene una contradicción fortísima de base. Defiende las descargas gratuitas ya que la cultura debe ser gratis, que hasta cierto punto no me parece mal, pero el acceso a la cultura por qué cuesta tantos euros al mes, por qué no es gratis también y por qué la cultura gratis se vende como argumento para que te hagas con una conexión que es la más lenta y cara de Europa. No defiende ese movimiento con la  misma pasión la cultura gratis y la conexión gratis. Algo hay.
No es explicable que César Alierta [Presidente ejecutivo de Telefónica] cobre casi 9 millones de euros al año, eso viene de la conexión a internet. Se ha generado la bandera pirata con un sentido utópico pero que sirve a los intereses del sector más carca, facha y retrogrado que es César Alierta, compañero de pupitre de José María Aznar.

Desde aquí puedes acceder a la web de Def Con Dos.

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