Corriente alterna: Los dioses de papel de Duran Duran

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“‘Last night in the city’, el single ‘Preasure off’ y ‘Danceophobia’ son himnos al gozo, funcionan muy bien y son divertidísimas, pero los mejores Duran Duran llegan cuando bajan revoluciones para la balada high tech ‘Kill me with silence’”

 

A Juanjo Ordás no le cuesta confesar que no le gusta la portada de “Paper gods”, pero parece que ha disfrutado con el último disco de la banda británica. Un trabajo producido a cuatro bandas y con colaboraciones de Janelle Monáe y Lindsay Lohan, entre otras.

 

 

Una sección de JUANJO ORDÁS.

 

 

Nuevo disco de Duran Duran en plena forma, con colaboraciones de John Frusciante y Steve Jones, ¿qué más queréis? Sí, la portada es horrenda pero si eres seguidor del mejor pop anglosajón no se puede poner pegas a “Paper gods”. Yo, al menos, no voy a ponerle ninguna, a pesar de esa portada (¡sí, lo he vuelto a decir!). Hace unos años pasé una temporada escuchando compulsivamente su disco debut de 1981 y su último trabajo en vivo de 2012, “A diamond in the mind”. Sería por unir extremos, pero escuché con bastantes ganas ambos plásticos, tal vez sugestionado por el concierto que David Lynch les dirigió. No era una combinación tan rara, a Lynch le habría pegado más filmar un show de Nine Inch Nails o Lana del Rey pero Duran Duran nunca fueron una banda de pop cualquiera. Para hacerse una idea de la profundidad de la banda es bastante interesante echar un ojo a “Wildboys”, el libro biográfico firmado por Steve Malins. Evidentemente, nadie va a encontrar vínculos con Rimbaud pero sus canciones jamás fueron tontas tonadas pop, tenían su razón de ser, su razón de sonar y su objetivo.

Disfrutando de “Paper gods”, me vuelvo a encontrar en la misma situación en la que me encuentro siempre que escucho a Duran Duran. Tengo que hacerme a la idea de que las guitarras son un instrumento relativamente secundario para ellos. Sabes que con unos cuántos guitarrazos sus canciones serían mucho más digeribles para el público rockero, pero es que a Duran Duran eso les da igual, sus himnos se construyen en base a otros componentes, como teclados y voces medidas. Ellos son así y así hay que disfrutarles. No sorprende que el disco suene actual. Han utilizado a un productor pop de moda como Mr Hudson, Spike Stent mezcla, básicamente el disco estaba destinado a sonar a día de hoy, pero es que Duran Duran son una banda del presente, especialmente si tenemos en cuenta que el sonido artificial ochentero lleva barnizando el pop desde hace un puñado años a modo de revival. Y siguen destilando hedonismo por los cuatro costados. En ese sentido, ‘Last night in the city’, el single ‘Preasure off’ y ‘Danceophobia’ son himnos al gozo, funcionan muy bien y son divertidísimas, pero los mejores Duran Duran llegan cuando bajan revoluciones para la balada high tech ‘Kill me with silence’. Tienen buenas canciones, un buen disco bajo el brazo, un cantante carismático como Simon Le Bon y el mejor bajista del pop, John Taylor. No está nada mal.

 

 

 

Anterior entrega de Corriente alterna: Richard Hawley, el amante.

 

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