Corriente alterna: El misterio de las obras últimas

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«Unir la siempre presente idea de mortalidad a una obra artística ayuda a su comprensión. Es lo último, por lo que tendrá su razón de ser»

 

Juanjo Ordás, con la muerte cercana del gran Bobby Womack, sobre la necesidad de desentrañar los misterios de las obras finales, cuando la muerte está próxima.

 

 

Una sección de JUANJO ORDÁS.

 

 

Hace un par de semanas murió Bobby Womack. No era un gran seguidor suyo, la verdad, aunque soy consciente de su importancia en la música popular y desde luego su música ha iluminado algunos de mis momentos. Recuerdo lo hechizante que sonó ‘Across 110th street’ en las primeras escenas de “Jackie Brown”, de Tarantino, creo recordar que con Pam Grier caminando por un aeropuerto. ¿Cómo olvidar ‘It’s all over now’? Aunque fuera mediante los Stones, todos estábamos escuchando una canción de Womack. Lo cierto es que su último disco no me gustó, ese “The bravest man in the universe” me sonó frío y, las cosas como son, no le di más oportunidad. Supongo que si ahora lo hago sonar resultará glorioso.

Unir la siempre presente idea de mortalidad a una obra artística ayuda a su comprensión. Es lo último, por lo que tendrá su razón de ser. Y seguramente la tenga pero esa idea de mortalidad es importante para que se le dedique el tiempo que hasta entonces no se le ha dedicado, porque la muerte siempre merece una reflexión. Si hay demasiados discos que escuchar, aquel entroncado con el gran misterio de la existencia siempre va a tener un trato especial. No es que las personas seamos así de facilonas, es que somos así y punto, monos sorprendidos. Seguro que no soy el único en desempolvar sus discos de Womack, incluido “The bravest man in the universe”, editado en un sello cool y valiente como XL Recordings, a los que habría que hacer un monumento, por cierto. Uno esperaba sonidos orgánicos, que se escuchara la respiración de los músicos, lo que en XL Recordings cocinaron fue algo bastante más sofisticado que es momento de esforzarse en entender.

En el fondo, todos creemos que las últimas palabras siempre contienen una verdad que nunca se pronuncia en vida, hora de escuchar la de Womack, momento de oír en su voz las grietas de una vida complicada entre lascivia, locura, subidas y bajadas.

Anterior entrega de Corriente alterna: No dudemos de Imelda May.

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