Corriente alterna: Cohen fue el primero

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«Me hizo sentir que había sentimientos que expresar, que el mundo era eso, sentimientos a expresar. ¿No es eso rock and roll? ¿No es parte del rock and roll? ¿No es al menos una porción de su espíritu?»

 

Una canción de Leonard Cohen le abrió al niño Juanjo Ordás la puerta del rock and roll, que luego descubriría que era un mundo pleno de sentimientos.

 

 

Una sección de JUANJO ORDÁS.

 

 

Sé que era Leonard Cohen pero no recuerdo la canción. Fue la primera que me encandiló y que me hizo pensar en el rock and roll sin tener entonces ni idea de lo que era el rock and roll. De hecho, aún sigo sin saberlo, vislumbro el enigma, conozco algunos de los recovecos de su laberinto pero sigo sin llegar a saber qué es el rock and roll. Cada día se me asemeja más a un concepto como el infinito, pronunciable pero incapaz de albergarse en la mente. Pero estábamos hablando de Leonard Cohen y de rock and roll.

Yo no tendría más de siete años, pero sentado frente a la televisión la canción de Cohen me fascinó y me hizo sentir que había sentimientos que expresar, que el mundo era eso, sentimientos a expresar. ¿No es eso rock and roll? ¿No es parte del rock and roll? ¿No es al menos una porción de su espíritu?

A veces pienso qué tenía esa canción de Cohen para que emocionara tanto a un crío. Muchas veces la personalidad fluctúa fundamentalmente entre la euforia y la melancolía, el resto son solo espacios intermedios que no nos valen para nada. En mi infancia, la euforia era alimentada por cómics de Marvel y DC, leer sobre las crisis (¿aventuras?, no amigos, no) de Spiderman, Batman y el Capitán América me entusiasmaba hasta ese indescifrable infinito, así que de alguna manera, Leonard Cohen comenzó a llenar esa melancólica faceta mía que estaba ahí a la espera de contenido. La sentía latir y él le puso música. Realmente, no me metí en la música de Cohen hasta mi adolescencia, pero él fue el primero.

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