Corriente alterna: ABBA & Roll!

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ABBA-10-05-15

“A lo mejor hace un par de décadas los rockeros tenían que tener cuidado al declararse fans del cuarteto sueco, pero hoy en día eso ha cambiado y ABBA son patrimonio de la humanidad de la misma manera que Frank Sinatra”

 

La última reedición del cuarteto sueco motiva a Juanjo Ordás para reivindicar el valor de ABBA, convencido de que el tiempo ha hecho justicia con su carrera, hacia la que cierto sector del rock tuvo prejuicios.

 

 

Una sección de JUANJO ORDÁS.

 

 

Cae en mis manos la nueva reedición de “Abba” (Universal, 2015), el tercer disco de –oh, sorpresa– ABBA. A lo mejor hace un par de décadas los rockeros tenían que tener cuidado al declararse fans del cuarteto sueco, pero hoy en día eso ha cambiado y ABBA son patrimonio de la humanidad de la misma manera que Frank Sinatra. No estoy comparando carreras, hablo de ellos como productos de consumo. Sí, suena frío, pero que se entienda bien la idea.

La reedición de “Abba” en 2015 es exactamente la misma que en 2013, por lo que si ya la tienes no deberías comprarla, pero si no te hiciste con ella en su momento, esta es una buena ocasión porque se trata de una de esas reediciones hechas con gusto, con material extra de interés y un buen libreto (en el DVD se incluye un curioso especial televisivo grabado en Australia).

Pero como íbamos diciendo, hoy se puede escuchar a ABBA sin complejos. ¿Por qué hubo complejos en su momento? Porque eran pop y no lo negaban, porque sus canciones estaban calculadas y se tiende a pensar que algo espontáneo es más auténtico que algo cuidado. ¡Ah, los dogmas! Hacían canciones para todo el mundo, lo que hacía que no fueran exclusivos, algo de poco gusto entre las posturas más sectarias. Ahora están socialmente aceptados y se justifican las reediciones de lujo de su catálogo, pero ha sido el tiempo el que los ha situado como orfebres del pop en lugar de compositores chicle. Y es que es el tiempo ha dejado en buen lugar unas producciones cuidadas y unas canciones como parte de la historia del pop mundial. Merecen ser disfrutadas sin complejos. Más de uno debería aprender sobre cómo sonar en un estudio.

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