Cine: «Tron: Legacy», de Joseph Kosinski

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«Jamás será cinta de culto como sí lo fue su primera parte, así que todos aquellos que piensen encontrarse con un filme que vaya más allá del entretenimiento palomitero, mejor que se lo piensen y acudan a otra sala»

«Tron: Legacy»
Joseph Kosinski
Walt Disney Pictures


Texto: SONIA MOLINA.


El novel Joseph Kosinski, toma el timón de esta predecible secuela que nos adentra en un mundo de fantasía de la mano de las más modernas tecnologías (cámaras de alta velocidad, Disney Digital 3D e Imax 3D). Y es que la cinta sigue una a una todas las pautas que se podrían esperar de ella, para bien y para mal. Acción desde el primer momento, uso impecable del 3D y chistes para todos los públicos son desplegados sobre el tablero que propone un argumento cien por cien fantástico.

Ahí acaban las bondades: La trama no está bien tejida, se desintegra gracias a millones de agujeros que solamente pasarán desapercibidos si no se sobreanaliza tras abandonar la sala para que el espectador se limite a temas nimios y técnicos. Además de su previsibilidad y error, “Tron: Legacy” toma demasiados elementos estéticos e incluso de guión de otras obras, especialmente de “Matrix”. Los actores trabajan con ramplona corrección, aunque al fin y al cabo se trata de un filme en el que carecen de importancia, primando unos efectos especiales ciertamente imprescindibles para el devenir de la trama (su protagonista, Jeff Bridges, interpreta dos papeles precisamente gracias a ellos). Junto a él nos encontramos con la robótica Olivia Wilde y con el anti carismático Garrett Hedlund, siendo el camaleónico Michael Sheen el único capaz de robarle protagonismo a los efectos y cuyo papel parece inspirado en el también británico David Bowie.

Si hay algo que destaca sobremanera en este «blockbuster» es la banda sonora compuesta por el dúo francés Daft Punk. Sus melodías y sonoridades (basadas en la primera parte de la película) impregnan las escenas de lo demandado en cada situación, algo que no mejora el frágil argumento pero sí aporta una profundidad y ambientación de las que la obra carece. ¡Al menos hay una buena banda sonora!

“Tron: Legacy” no es ni mucho menos una película a tomarse en serio, jamás será cinta de culto como sí lo fue su primera parte, así que todos aquellos que piensen encontrarse con un filme que vaya más allá del entretenimiento palomitero, mejor que se lo piensen y acudan a otra sala. Eso sí, como tal la película desconecta al espectador de la realidad aunque a veces se columpie entre el cine más torpemente infantil y aquel capaz de satisfacer a alguien, ¡ya sea niño o adulto!

Anterior entrega de Cine: “Conocerás al hombre de tus sueños”, de Woody Allen.

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