Cine: “Scott Pilgrim contra el mundo”, de Edgar Wright

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“Hay que enfrentarse a la película con la mente abierta y sin ánimo de destruir cada acción que pueda resultarnos bizarra, hemos de saborear cada gag, cada pelea y cada nota musical como lo que son, un vehículo que circula a toda velocidad hacia la diversión como única meta”


Scott Pilgrim contra el mundo
Edgar Wright
UNIVERSAL


Texto: SONIA MOLINA.


Original propuesta derivada del cómic que solo podrán disfrutar unos pocos dado que se trata de un tipo de cine destinado a un target específico. “Scott Pilgrim contra el mundo” es un filme diseñado específicamente para espectadores acostumbrados a leer manga, escuchar música indie y jugar con videojuegos.

Hay que enfrentarse a la película con la mente abierta y sin ánimo de destruir cada acción que pueda resultarnos bizarra, hemos de saborear cada gag, cada pelea y cada nota musical como lo que son, un vehículo que circula a toda velocidad hacia la diversión como única meta. Eso es precisamente lo que pretende la cinta, que el espectador ría sin parar, consiguiéndolo a base de escenas hilarantes, ridículas pero siempre entrañables que se apoyan en elementos de la más diversa procedencia: «Sitcoms», manga o cine indie tienen cabida en un metraje extenso, aunque necesario para desarrollar la historia planteada. El movimiento tiene su epicentro en una fantasía pseudorealista aderezada con buenas dosis de acción y sobre todo humor, poniendo en marcha un engranaje engrasado por la inspirada dirección de Edgar Wright.

Siendo un poco ácidos, hay que reconocer que el «casting» fue escogido a la perfección: ¡El cargante Michael Cera es perfecto para dar vida al no menos insoportable Scott Pilgrim! El actor apenas ha avanzado desde “Juno”, no solo no ha mejorado sus dotes sino que explota los mismos registros con los mismos tics. Los demás intérpretes son jóvenes cuyas carreras en Hollywood están despegando (Anna Kendrick, Chris Evans) o deberían hacerlo (Mae Whitman).

Estamos en una época en la que llevar al cine una novela gráfica es un recurso más de las grandes productoras, alentadas por los buenos resultados pecuniarios de algunas de ellas y gracias, a su vez, a técnicas que hace años eran inimaginables. Como ya ocurriera en años previos, en este recién estrenado 2011 abordarán las pantallas de los cines españoles una cantidad ingente de este tipo de filmes, contando algunos de ellos con el insufrible recurso del 3D como salvación económica. En la ardua tarea de convertir cómic en película se aglutinan diversos componentes: Expectativas de los fervientes lectores, presupuesto y correcta elección del «casting». “Scott Pilgrim contra el mundo” gana la batalla por K.O., colocándose entre las pocas afortunadas que alcanzan unos resultados no solo correctos sino soberbios. A diferencia de otras propuestas similares, no pretende adaptarse a todo tipo de público modificando el espíritu de la novela gráfica. En el caso que nos ocupa, Wright se limita a cambiar de medio explotando las posibilidades del que a él le atañe, alejándose de este modo de tantas adaptaciones fallidas sin guión definido, cuyo objetivo no era otro que captar a todo tipo de espectadores al precio que fuera.

Anterior entrega de cine: “Tron: Legacy”, de Joseph Kosinski.

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