Cine: “I am your father”, de Toni Bestard y Marcos Cabotà

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“Su obra hunde sus cimientos en la nostalgia fan y en el sentimiento de complicidad, tan legítimos a la hora de celebrar el fenómeno como a la de diluirse en otra muestra de pleitesía hacia los mitos de ‘Star Wars’”

 

“I am your father”
Toni Bestard y Marcos Cabotà, 2015

 

 

Texto: JORDI REVERT.

 

 

A menos de un mes del estreno de “Star Wars: Episodio VII – El despertar de la fuerza” (“Star Wars: Episode VII – The force awakens”, J.J. Abrams, 2015), evento cinematográfico que ya acapara toda la atención mediática, no podría resultar más oportuna la aparición en cartelera de la (bastante más) modesta “I am your father”. La presencia de este pequeño documental realizado desde el dominio fan de “Star Wars” viene a sumarse a la ya inmensa constelación de objetos culturales que toman como referente el hito de la ciencia-ficción con mayor incidencia en la cultura popular. No tan a menudo, sin embargo, esos objetos se ponen como meta lo que la película de Toni Bestard y Marcos Cabotà: una cruzada en pro de la justicia poética que repare la traición de Georges Lucas a David Prowse –el actor bajo el traje de Darth Vader– al reemplazarlo por otro actor en el clímax dramático de “El retorno del Jedi” (“Star Wars: Episode VI – Return of the Jedi”, Richard Marquand, 1983). Desde el principio, el propio Cabotà explicita el carácter mitómano del texto narrando frente a la cámara el impacto emocional del personaje en su vida y subrayándolo como el gran villano de la ficción del siglo XX. A partir de ahí, es el propio director el que se embarca en una suerte de road movie vindicativa que se constituye de dos grandes partes, a saber una entrevista con el propio Prowse en su casa de Inglaterra para relatar su versión de los hechos y una invitación al actor a participar en una reconstrucción de la escena que no pudo interpretar.

Desde dicho planteamiento, la película se ofrece como cariñoso ejercicio de reivindicación de la olvidada figura de Prowse. Pero lo es, lamentablemente, antes como guiño que como verdadera reflexión sobre los mitos perdidos del cine. En su personal itinerario, Cabotà reincide sobre las mismas líneas maestras –la injusticia cometida para con Prowse, el peso de la figura de Darth Vader– sin ser capaz de trascender su planteamiento. Antes al contrario, su obra hunde sus cimientos en la nostalgia fan y en el sentimiento de complicidad, tan legítimos a la hora de celebrar el fenómeno como ala de diluirse en otra muestra de pleitesía hacia los mitos de “Star Wars”. En este caso, ni siquiera la anunciada reinterpretación de la muerte de Vader por el propio Prowse sirve de memorable catarsis: se trata de un documental huérfano –a su pesar– de su clímax narrativo, una ausencia que pesa demasiado dentro de su limitado y alargado discurso. Solo los créditos finales, afortunada extracción de la chistera de otras grandes figuras enterradas bajo su personaje, apuntan a lo que el conjunto podría haber sido de haber tomado caminos más arriesgados pero también prometedores.

 

 

 

Anterior crítica de cine: “Deuda de honor”, de Tommy Lee Jones.

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