“Charlie Watts and The Danish Radio Big Band”, de Charlie Watts

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DISCOS

“Que nadie piense que se trata de un producto comercial. Al contrario, esto es jazz puro”

 

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Charlie Watts
“Charlie Watts meets The Danish Radio Big Band”
IMPULSE

 

Texto: JUANJO ORDÁS.

 

Quien se acerque a este disco motivado por el nombre de Charlie Watts se va a encontrar a Charlie Watts, desde luego, pero integrado en un equipo jazzero danés y con el trompetista Gerard Presencer como mano derecha en una noche cualquiera de 2009. En el repertorio hay temas de los Stones, pero que nadie piense que se trata de un producto comercial. Al contrario, esto es jazz puro. El álbum se abre con la delicadísima ‘Elvin Suite part I’ firmada por Watts y por otro batería de excepción, el siempre destacable Jim Keltner. La capacidad del batería de los Stones para tocar este género está fuera de toda duda, precisamente es su swing lo que ha hecho de sus satánicas majestades algo tan especial a lo largo de las décadas. La cosa se pone calentita con ‘Elvin Suite part II’, ahí y empieza a desbordarse el río musical. Potentisimos músicos, una big band engrasada, Søren Frost y Watts mano a mano en la percusión.

‘(Satis) Faction’ es, evidentemente, ‘(I can’t get no) Satisfaction’, guiada por coordenadas identificables, aunque en absoluto un remedo easy listening. Las trompetas hacen variaciones hermosas sobre el riff principal hasta el punto de perderse y regresar al orden cuando el resto de la banda pide que se aten en corto. La toma de ‘I Should Care’, un tema de los cuarenta que ha pasado de mano en mano, desde Sinatra a Amy Winehouse, resulta plácida y relajada. ‘You Can’t Always Get What You Want’ parece arrancar de forma poco imaginativa y por momentos se pega en exceso a la melodía vocal original de Jagger, pero cuando más destaca es precisamente cuando no lo hace y corretea, aunque siendo sinceros, no es la mejor pieza de la colección. ‘Paint it black’ suena más original, con compases lentos, pura serie negra, puro blanco y negro. De nuevo, lo mejor ocurre cuando Presencer pisotea la brújula y decide que, más o menos, sabe por dónde ir. Es, al final del disco, cuando la clásica ‘Molasses’ vuelve a llenar de swing el espacio.

Anterior crítica de discos: “Amor en crisis”, de La Canalla.

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