Célula, pioneros del musical rock en España, en vinilo

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El sello Madmua recupera y edita en un epé tres de las canciones que el grupo Célula grabó en 1973 para el primer musical rock español. Por Àlex Oró.

 

Texto: ÀLEX ORÓ.

 

No hay combinación imposible en cuestiones artísticas. Eso debieron pensar los responsables del Teatro Español de Madrid, cuando en 1972 decidieron buscar un grupo de rock para musicar el libreto de “Marta La Piadosa”, una obra del dramaturgo Tirso de Molina escrita en el siglo XVII. El montaje debía convertirse en el primer musical rock hecho en España, a semejanza de los que triunfaban en el extranjero como “Jesucristo Superstar”.

Célula fue el grupo elegido para esta arriesgada iniciativa cultural en esa España que estaba viviendo los estertores del franquismo. La banda la integraban cuatro jóvenes: Gustavo González Ros (guitarra), José Luis Muñoz (bajo y voz), José Luis Valderrama (teclados y voz) y Jesús Chamón (batería), que habían iniciado su carrera musical a finales de los sesenta, la mayoría de ellos en el grupo Punto de Fuga.

Célula consiguieron labrarse un nombre como grupo capaz de versionar en directo temas de Deep Purple, Santana, Chicago o Huriah Heep. Fue en una de estas actuaciones, concretamente en la discoteca M&M de Madrid, cuando consiguieron captar la atención del comisario del Teatro Español. El gestor teatral buscaba una banda para la adaptación que estaban preparando de “Marta La Piadosa” y el cuarteto parecía reunir los requisitos de calidad exigidos. El grupo gustó, sí, pero hay que decir que estaba bien posicionado para ser el elegido, ya que el director de la obra sería Alberto González, padre del guitarrista de Célula.

 

 

El grupo y la compañía ensayaron durante meses. La adaptación de la obra corrió a cargo del periodista Jaime Campmany, pero Célula corrigió los textos para adaptarlos a su estilo musical, una mezcla de rock progresivo y folklore castellano. Además de representarse en Madrid, la obra debía salir de gira por España. Las limitaciones técnicas de los teatros de la mayoría de escenarios de pueblos y ciudades en esa época aconsejaron grabar toda la música de la obra por si era necesario actuar con playback. El grupo y algunos de los actores grabaron las dieciséis canciones que integraban el montaje. Madmua Records, sello especializado en reediciones de desconocidísimos grupos españoles de los 60 y los 70, edita ahora tres de esas canciones en un extended play de vinilo, de cual solo se comercializarán 450 copias numeradas. Se trata de ‘Generacional’, ‘Punto de reflexión’ y el instrumental ‘Pequeña obertura’.

 

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Como es habitual en todos los lanzamientos de Madmua, el disco viene acompañado con un bonito libreto en el que se explica la historia del grupo y la gestación de estas canciones y otros detalles. También incluye cuatro postales de la banda, una de ellas firmada por los integrantes de Célula. Estas tres canciones son un perfecto ejemplo de los sonidos progresivos, cercanos al hard rock, que tanto gustaban durante la primera mitad de los años setenta y que practicaban bandas como Cerebrum o Evolution, por citar solo un par de nombres. Las tres composiciones tienen un sonido liderado por unos teclados omnipresentes y unas voces poderosas, que les dan una gran personalidad sonora, que encaja como un guante en los paradigmas musicales de esa época. Si este disco de siete pulgadas tiene aceptación, Madmua no descarta editar el elepé entero con los dieciséis temas, algunos de los cuales no se ciñen a los patrones de los tres que recopilados en el epé. Los responsables del sello explican que, por ejemplo, hay una canción cantada por la actriz María Fernández de Ocón que recuerda a las Vainica Doble.

 

 

Décimo lanzamiento de Madmua
El epé de Célula es el décimo lanzamiento de Madmua, un sello nacido hace un par de años por pura casualidad. Joan F. Losilla, responsable del sello, compró en un mercadillo un flexidisc de un grupo llamado Prou Matic. Tras escucharlo, descubrió que tras ese desconocido disco se escondía tres vibrantes canciones de garaje-beat. Tras una ardua investigación, Losilla averiguó que Prou Matic era una banda de Reus que se había autoeditado ese flexi en 1972 y que era una de los discos más buscados por los coleccionistas de vinilos españoles y cuya cotización alcanza las tres cifras cuando raramente sale alguna copia original a la venta. Losilla localizó a los integrantes del grupo y tras encontrarse con ellos se le ocurrió fundar Madmua con el objetivo de “reeditar, reivindicar y dignificar aquel tesoro”, según sus propias palabras.

 

 

El impulsor de Madmua afirma que “nuestra filosofía se basa en el ‘excelso, bonito y asequible’. Nos gobierna una idea romántica de la música y de la vida, muy a lo Factory Records en sus inicios. Nuestro lema es ‘Life is about people we meet’. La prioridad es hacer felices a los músicos y a los compradores, lo cual redunda en nuestra propia felicidad. Y para ello cuidamos hasta el último detalle: desde el cartón de la portada al sonido, pasando por el libreto de doce páginas que acompaña al vinilo. Todos nuestros discos van numerados y firmados por el autor. Preferimos centrar las energías en los próximos lanzamientos que en hacer más tiradas, pese a que todas se venden en cuestión de pocas semanas o incluso de dos días, como en el caso de Los Ros o de Los Jemax. Estamos centrados en los artistas españoles. Las décadas de los 60 y los 70 fueron muy fértiles, y todavía quedan muchas gemas por recuperar del sótano de la historia. En cuanto a géneros, nos ceñimos a la buena música, ya sea garaje, soul, psicodelia, bossa, pop o ahora progresivo”.

Los Brujos, Los Amis, Juan Muro, Los Jemax o Los Ros son algunos de los artistas que han visto reeditadas sus añejas grabaciones por Madmua. Tras Célula, el próximo lanzamiento será un epé con cuatro canciones que el grupo murciano Los Roller grabó para Belter y no descartan lanzar algún elepé ya sea el de Célula o un recopilatorio. “Queremos seguir dándole prioridad al material inédito porque creemos que supone una mayor aportación tanto en lo musical como en lo humano. Quedan tantos tesoros por reivindicar que corren el riesgo de morir con sus autores e intérpretes…”, concluye Losilla.

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