“Casa”, de Iván Ferreiro

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DISCOS

“Llega ‘Casa’, para hacerse, sin lugar a dudas, con el puesto de mejor disco de toda su carrera, incluyendo Piratas”

 

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Iván Ferreiro
“Casa”
WARNER

 

Texto: JUANJO ORDÁS.

 

Con Iván Ferreiro hay que hacer historia y dejar las cosas claras: el actual indie español que revienta festivales no existiría sin él. Punto. Es una figura muy valorada por derecho, pero es importante recordar siempre que sin él, ese movimiento no se habría dado. Fue Ferreiro, primero con Piratas y luego en solitario, quien redefinió el concepto de rock alternativo español, el que preparó al público para estructuras atrevidas y cartas a corazón abierto, el que recogió la tradición pop española y la renovó. Por supuesto, también fue él quien mantuvo siempre un discurso sorprendente que ayudó a dotar al pop español de un nuevo contenido intelectual que bebía de la cultura moderna. Comenzando por el principio, junto a Piratas firmó un buen manifiesto musical formado por “Poligamia” (1995), “Manual para los fieles” (1997), “Ultrasonica” (2001) y muy especialmente “Relax” (2003). En solitario, tres cuartos de lo mismo: estableció y rompió reglas con “Canciones para el tiempo y la distancia” (2005), “Las siete y media” (2006) y “Mentiroso mentiroso” (2008), siendo siempre personal e indomesticable. Son los discos nombrados los que ponen los cimientos de la citada actual escena pop (indie) española, esa que tomando las sonoridades alternativas abraza la melodía sin complejos, esa que cuenta historias, esa de la que perdurarán muchas cosas buenas.

Quizá, el punto más complicado de la carrera de Ferreiro fuera “Picnic extraterrestre” (2010). Un buen disco, qué duda cabe, pero con nudos complejos a desentrañar por el oyente, con momentos ariscos que no siempre se dejaban manejar. El directo “Confesiones de un artista de mierda” (2011) fue un giro para volver a caer de pie, pero cuando Ferreiro volvió a erigirse como el enorme artista que es fue con “Val-Miñor Madrid. Cronología del mundo”, con su hermano Amaro como eterno apoyo y el productor Ricky Falkner aportando una manera distinta de hacer las cosas que se tradujo en uno de sus mejores discos hasta entonces. Ahora llega “Casa”, para hacerse, sin lugar a dudas, con el puesto de mejor disco de toda su carrera, incluyendo Piratas.

“Casa” comienza, precisamente, con ‘Casa, ahora vivo aquí’, con un sonido fresco de teclados muy bien llevados, con mucho espacio y unos coros selectos que llegan solo cuando deben. Se trata, como todo el disco, de una reconciliación con uno mismo o, quizá, con la vida de uno mismo. ‘Farsante’ suena a clásico mayúsculo en voz de un crooner distópico, y junto a ‘Dios de la distorsión’ bajan el ritmo muchísimo, pero, he ahí el milagro, bombean sangre a borbotones, hay mucha vida. Hay belleza. Como ‘En la otra mitad’, en la cual nos damos cuenta que lo que entendemos como Iván Ferreiro clásico, no es nunca algo común o normal, sino que nos hemos habituado a su forma de hacer las cosas. En este caso, la base acústica de ‘En la otra mitad’, que en el disco de cualquier otro sonaría normal, aquí es especial. ‘Laniakea’ es un buen ejemplo de la batidora de estilos, suena a rithym and blues triturado, tiene un solo que suena glam y para colmo en su letra cita a Galactus, uno de los personajes más irresponsables, destructivos, hambrientos -y a la vez inocente- del comic estadounidense.

‘Dies irae’, canción perteneciente a la banda sonora de la novela de César Pérez Gellida, “Versos, canciones y trocitos de carne”, aparece aquí en una versión distinta con él como único protagonista, sin rastro de Enrique Bunbury y Santi Balmes. La calidad de la canción la hace digna del lugar que ocupa en “Casa”, siendo además otro ejemplo de deconstrucción de género, mezclando un rock fronterizo en las estrofas con un estribillo impulsado al espacio exterior. Y la idea de usar los géneros como herramientas vuelve a darse en el funk soul de ‘Los restos del amor’, una pieza de seis minutos que gana la batalla desde las primeras notas. Sexy, catártica, brutal.

‘Todas las cosas buenas’ es un vals de esos en los que Ferreiro se desenvuelve también, una oda a las pequeñas grandes cosas que es importante a la hora de articular el guión, una joya escondida entre tanta canción mayúscula. En ese aspecto, ‘El pensamiento circular’ es un nuevo clásico de la carrera de su autor, habiendo sido el primer sencillo del disco y disfrutando de una cadencia melódica a la que hay que agarrarse solo para acabar dándote cuenta de que es en realidad la canción la que te ha agarrado a ti. En una primera escucha puede desorientar, pero hacia el final algo te dice que estaría bien hacerla sonar de nuevo. Entonces, te envuelve. Crece y crece hasta la inmensidad. ‘El viaje a Dondenosabidusientan’ sorprende con unas programaciones mecánicas antes de que el ritmo humano entre preparando el camino para la purga emocional, con una belleza instrumental que comparte con ‘Tupolev’. Y sus músicos, ese equipo formado por Xavi Molero, Pablo Novoa y Emilio Saiz, además de los ya mencionados Ricky Falkner y Amaro poseen ya un fuerte sentido de la intuición cuando se trata de envolver a Ferreiro. Es la delicadeza de la final ‘Río alquitrán’ una señal, una memoria de toda la hermosura que ha supuesto la escucha de “Casa”, con una percusión inicial ruidista y tono épico, cinematográfico.

Como ya se sabe, existe una edición limitada de “Casa”. Son 3.000 unidades en forma de cajas de cartón duro, decoradas por el propio Ferreiro una a una de forma que todas son distintas. Pero es en lo estrictamente musical donde seguimos encontrando tesoros. Además de un texto explicando la concepción del disco (y se trata de un texto buenísimo, por cierto), se incluye el cedé “Todo lo demás” con material adicional. A las canciones originalmente incluidas en “Versos, canciones y trocitos de carne” y ya publicadas, se suman las maquetas de dos temas ya incluidos en “Casa” (‘Todas esas cosas buenas’ y ‘El pensamiento circular’), la canción que recientemente cedió a Sergio Dalma (‘Si todo lo que siento se pudiera cantar’) y dos que no hicieron el disco (‘Carrusel’ y ‘Kriptonita’) más la inédita ‘El acontecimiento’. Es esta la primera que suena en el cedé adicional, ocho minutos que habrían merecido formar parte de “Casa” aunque se entiende su exclusión en nombre de la fluidez. Es larga, tarda un poco en desvelar un dramatismo certero que se hunde dentro tuyo y amenaza con llevarte lejos. Tal vez demasiado. Hay gravedad, trance. Es buena idea incluir ‘Si todo lo que siento se pudiera cantar’ de forma que se pueda integrar en el cancionero de Ferreiro, aunque un buen oído o uno sin prejuicios, que para el caso es lo mismo, ya habrá percibido la fuerza de la canción en voz de Sergio Dalma. Con ‘Carrusel’, escrita para Raphael (que ya la ha grabado y verá la luz próximamente) pasa lo mismo que con ‘El acontecimiento’, podrían haber perjudicado la secuencia de “Casa”, pero hay que celebrar que formen parte de la edición limitada, con una interpretación muy cercana con espontaneidad. Sin embargo, ‘Kriptonita’ sí que habría encajado: es una canción arrebatadora, directa y clara, cruda.

Así pues, esto es “Casa” en su versión normal y en su versión limitada. Seguramente, el mejor disco de rock español del año.

Puedes comprar «Casa», en la edición de vinilo para coleccionistas, en La Tienda de Efe Eme.

 

Anterior crítica de discos: “Transparente”, de Tórtel.

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