Canciones cruzadas: ‘Nunca lo vas a entender (si tengo que explicarlo)’, de Fito para Fernando Martín

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Fernando Martín: “Le puse la canción a Fito, me miró y me dijo: ‘¿Ves como esta canción no era para mí?’”

 

Una historia de admiraciones mutuas acabó juntando los caminos musicales de Fito y Fernando Martín cuando el cantante de Desperados le pidió al bilbaíno que le escribiese una canción. Reconstruye la historia Javier Escorzo.

 

Texto: JAVIER ESCORZO. Foto Fernando Martín: MAITE MORENO. Foto Fito: ARCHIVO.

 

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Canción: ‘Nunca lo vas a entender (si tengo que explicártelo)’.
Música y letra: Fito Cabrales.
Versión: Fernando Martín.
«Crononauta»
WARNER, 2007

 

La carrera de Desperados terminó en 1993. Para entonces, habían grabado cinco excelentes discos de rock and roll (uno permanece todavía inédito) en los que mostraban su gusto por los sonidos americanos, dejando para la historia del rock español canciones como ‘La llave maestra’, ‘Esto no es América’, ’El golpe’ o ‘La tormenta’. Fue precisamente esta última una de las que cautivó a un joven bilbaíno llamado Adolfo Cabrales, Fito para los amigos, que inmediatamente puso a la banda madrileña en su particular altar. Años más tarde fundó Platero y Tú, aunque nunca coincidió personalmente con sus admirados Desperados.

Después de dar carpetazo al grupo, Guille Martín puso su guitarra al servicio de algunos ilustres amigos, como Andrés Calamaro, Jaime Urrutia o Loquillo, mientras que su hermano, el cantante Fernando Martín, se dedicó de lleno al periodismo musical. Desempeñando esta labor conoció la música de Platero y Tú, aunque no solía escuchar a ese tipo de bandas. “Yo no tengo el concepto de que la música sea buena o mala, sino de que te apetezca oírla o no, y a mí, por aquella época, no me llamaban la atención grupos como Porretas o Platero y Tú. Extremoduro un poco sí, aunque por otros motivos, pero en general el rock barrial no me interesaba demasiado”. Sin embargo, la cosa cambió cuando Fito inició su carrera en solitario: “Creo que fue en 2001 o 2002. Llegó un día José Antonio Sáenz, que era la persona que llevaba prensa en Warner, y me trajo unos discos a “El País”. Me dijo que prestase atención a “Los sueños locos” (DRO, 2001), porque llevaba doscientas mil copias vendidas. Ahí me pasó los dos primeros de Fito & Fitipaldis, al que yo no ubicaba, y me explicó que era el de Platero. Cuando los puse escuché ‘Rojitas las orejas’ y la versión de Los Secretos (‘Quiero beber hasta perder el control’), y me sonó de haberlas oído por ahí. Me gustó aquello, descubrí que había un músico buscando un nuevo camino, con otro tipo de inquietudes musicales que no cabían dentro de Platero, como los ritmos latinos, las letras, que tenían mucha ternura, un rollo Rosendo, un poco Sabina, también, un poco Calamaro…”.

 

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Fernando Martín: «Fito me dijo: ‘Oye, tú no serás Fernando Martín el de Desperados’. Le dije que sí y se puso a gritar: ‘¡Joder! ¡Yo soy superfán de Desperados!’»

 

Aquel disco llamó la atención de Martín, pero fue cuando les vio en directo cuando ocurrió algo: “No concebí el tamaño que había alcanzado Fito hasta que me tocó cubrir un concierto suyo en la sala Aqualung. Flipé en colores. Creo que era en la gira de ‘Los sueños locos’, no estoy seguro. Aluciné, vi que se había llevado a su público de rock barrial a otros estilos, que es algo que no consigue prácticamente nadie. La sala estaba llena de gente que venía del rock urbano, pero que se sabía todas las nuevas canciones y mantenía las mismas claves de complicidad que tenía con Platero. Ahí comprobé que había abierto una brecha”.

Fernando Martín se había sorprendido ante el nuevo rumbo que había iniciado Fito, y meses más tarde pudo conocerle en persona: “Tuve que entrevistarle con ‘Lo más lejos, a tu lado’. Fui a Warner y cuando él entró en la sala, recuerdo que me miró de una manera rarísima. Me sentí incómodo, parecía que le debiese dinero o algo así. Nos presentamos y él estaba superserio, cosa rara en él, que habitualmente es la alegría de la huerta. Era una situación extraña y yo no sabía dónde meterme, hasta que, cuando ya llevábamos un rato con la entrevista, me preguntó: ‘Oye, tú no serás Fernando Martín el de Desperados’. Le dije que sí y se puso a gritar: ‘¡Joder! ¡Yo soy superfán de Desperados!’. Me sorprendió muchísimo, y claro, a partir de ahí nuestra relación pasó a ser otra”.

 

 

Desde entonces mantuvieron una amistad, y poco tiempo después surgió la posibilidad de colaborar juntos: “En 2004 yo llevaba mucho tiempo fuera de la música y empecé a planear un disco como puro divertimento, me apetecía mucho. Tengo un concepto de la música horizontal, los pelotazos, los subidones y los bajones muy verticales no me interesan nada. Para mí la música es un modo de vida, una forma de expresarme. Y si tengo amigos y gente con la que me llevo bien, me apetece compartir cosas con ellos, que graben en mis discos o incluso pedirles canciones. No me gusta tanto hacer versiones de canciones ya conocidas, porque si me decido a hacer una es que estoy profundamente enamorado de ella, pero quizá ese no sea el momento más adecuado para hacerla, porque da la impresión de que te quieres aprovechar, en plan oportunista chungo, del éxito de un tema conocido. Pero sí me apetece siempre pedir canciones a gente que considero que son buenos compositores”. En esa categoría incluía a Fito, por eso decidió hacerle una propuesta.

Sucedió después de otro concierto de Fito en la extinta sala madrileña Aqualung. Así lo recuerda Fernando: “Entré en el camerino y le dije que estaba preparando un disco, además uno peculiar, porque todos los rockeros tenemos un pecado inconfesable, y es que, en algún momento, nos apetece hacer un disco de algo que no sea estrictamente rock and roll. Me apetecía hacer un disco mucho más pop, y para ello contacté con un productor extraordinario, Fernando Polaino, antiguo miembro de Los Lunes, que tiene un concepto muy juguetón de la música. Le pedí una canción a Javier Andreu (‘Huesos’), cogí otra canción de un grupo no muy conocido, Descartados, que les había producido Patacho (Recio, de Glutamato Ye Ye), otra que hice con Germán Coppini… También utilicé material mío que nunca había entrado en ningún disco de Desperados. Aquella noche en el camerino le expliqué el proyecto a Fito y le pedí que, como es muy buen compositor, me escribiese una canción. Él se me quedó mirando muy serio y me dijo: ‘Joder, tío, es que si yo tengo que hacer diez canciones para un disco, hago diez nada más, me cuesta mucho componer’. Yo le respondí que no pasaba nada, que si le apetecía y le salía algo, me lo mandase. Y si no, pues nada. Tres meses después me llegó a casa un paquete con un cedé, un dibujito suyo y un regalo. El regalo no te voy a contar qué era, porque es personal. Pero ahí estaba ‘Nunca lo vas a entender (si tengo que explicarlo)’, maquetada por él mismo. Era como el Fito de antes del pelotazo, que tenía ese punto Dire Straits. Me encantó, pero me gusta darle una vuelta para intentar que la canción no sea tan del autor, así que le cambiamos el estilo, lo adaptamos al disco. Para grabarla llamé a Josele Santiago, que es quien toca el solo de guitarra”.

‘Nunca lo vas a entender (si te lo tengo que explicar)’, de Fernando Martín:

 

Aproximadamente un año después, cuando todavía no se había publicado el disco donde la incluyó (“Crononauta”, 2007, Warner), Fernando pudo mostrarle el resultado a su autor: “En 2005 mi hermano Guille estaba ya enfermo, y Fito fue a visitarlo a Zaragoza, a su casa. Coincidimos y aproveché para enseñarle la canción. Se la puse, me miró y me dijo: ‘¿Ves como esta canción no era para mí?’ (risas). Así que yo creo que le gustó. Le estoy muy agradecido, porque además sé que fue algo sincero. De hecho, él siempre suele meter una versión en sus discos, y en el último que hizo (“Huyendo conmigo de mí”, Warner, 2014), estuvo barajando una de Desperados, aunque al final se decidió por otra (‘Nos ocupamos del mar’, de Krahe). Pero me dijo que había pensado en ‘La tormenta’, aunque yo creo que tendría que grabar ‘Tan alto como nos dejen, tan fuerte como podamos’, que es la que mejor le va ahora, con Carlos Raya (productor y guitarrista de Fito)”.

 

 

Además de la mutua admiración que se profesan, los dos artistas han conservado su amistad. “Fito es un tipo muy cariñoso. Tiene una enorme virtud: es lo que ves. Supongo que tendrá sus días malos, pero yo nunca le he visto ninguna salida de tono. La última vez que tocó en el Palacio de los Deportes, me presenté con mi hijo por la mañana y nos dejó pasar para que los niños se hiciesen fotos con él. Estuvimos un buen rato, pero no dio ni la menor muestra de cansancio. Fito es exactamente lo que ves, y eso no es nada habitual en este negocio de la música”.

Quién sabe si, en un futuro, Fito terminará grabando alguna versión de Desperados. De momento está presentando “Fitografía”, el álbum que recopila sus veinte años con los Fitipaldis, con el que empezará a girar en marzo. Ese mismo mes, Fernando Martín publicará un disco en directo en el que tocará con su nueva banda, The Southern Comfort Band. En él, sigue colaborando con amigos: “Sí, lo grabamos en Madrid, en la sala Galileo, y se va a llamar ‘El cielo es el límite’. Son viejas canciones de Desperados, alguna mía y alguna versión. Estuvieron Rosendo, Jaime Urrutia, Rubén Pozo, Lou Garx y Manu Clavijo en el violín. También se incluyen un par de temas de un concierto anterior en el Teatro Echegaray de Málaga, en los que colaboran Miguel Ríos y Javier Ojeda (de Danza Invisible). Llamé también a Fito, pero justo ese día él grababa su disco en directo en un teatro en Bilbao (“En directo desde el Teatro Arriaga”, Warner, 2014). Le fue imposible venir, y sé que le hubiese gustado”. No pudo ser en esta ocasión, pero seguro que sus caminos vuelven a cruzarse.

Anterior entrega de Canciones cruzadas: Canciones cruzadas: ‘All the young dudes’, de David Bowie para Mott The Hopple.

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