Bunbury: Indagando en las consecuencias

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«El álbum explora las fosas abisales de las relaciones humanas, la absoluta incapacidad de los unos para entender a los otros y, sobre todo, el escasísimo esfuerzo que hacemos, en general, por entender las posturas del de enfrente»

Todo lanzamiento con el nombre impreso de Bunbury es un acontecimiento en el rock en español a ambos lados del Atlántico: Es uno de los músicos más internacionales, de los más inquietos y trabajadores y de los que más pasiones despiertan. Ahora, con su nueva obra, la intimista «Las consecuencias», busca, una vez más, nuevos registros sonoros.

 

Texto: JUAN PUCHADES.
Fotos: JOSÉ GIRL.

 

Personalmente, y sobre todo cuando una entrevista pretende, como es el caso, ser extensa, no me gustan demasiado los cuestionarios por escrito, remitidos por mail y respondidos del mismo modo. Pero a veces no queda más remedio que hacerlo así, como en esta ocasión. Bunbury explica en unas notas que acompañan a las respuestas que lo entiende pero que «lo lógico es que si lo que digo se va a leer, tenga la opción de escribirlo. Y si se radia, entonces sí, de escucharlo, y si se televisa de verlo». Desde luego es una forma de verlo, pero se pierde el diálogo, la replica, el abundar en determinados aspectos… Uno entiende que, escaldados de, en ocasiones, no reconocer en una transcripción lo dicho, algunos músicos prefieran poner sus ideas por escrito y tener la opción de reflexionar antes de pulsar el teclado. A cambio, este método nos ofrece la frialdad de la comunicación electrónica, y quien adora los vinilos, debería saberlo. En todo caso, aquí va la entrevista con Bunbury a propósito de «Las consecuencias», su nuevo disco, la primera en EFE EME desde 2006, cuando el lanzamiento de «El tiempo de las cerezas». Mucho tiempo, desde luego. Hay que agradecerle a Enrique, cuyas tablas nadie puede poner en duda a estas alturas, que no haya rehuido ninguna de las preguntas formuladas.

 

 

En 2008, cuando publicaste «Hellville de Luxe», no tuvimos oportunidad de entrevistarte porque tu oficina de prensa nos comunicó que cancelabas la entrevista que tenías concertada con nosotros, lo cual provocó que no pudiéramos saber de primera mano de ese disco y, a la vez, que algunos lectores pensaran que te habíamos vetado; sobre todo porque en el pasado, en tiempos tal vez no tan felices o triunfales, parecía que éramos un medio afín a ti y se deducía que habría entrevista contigo. Más que nada, por aclararlo, ¿tienes algún problema con EFE EME; algo que quieras comentar?
No, claro que no. En todo caso tengo un grave problema con la promoción. Me aburre soberanamente, si te soy sincero. Por lo demás, EFE EME es una web que habla de lo que hacemos los músicos en este país y al otro lado del Atlántico, y siempre es de agradecer que no todo sea chupar pollas de gringo o sajón isleño. Por otro lado, efectivamente, cancelé la promo de “Hellville…” y apenas dediqué tiempo a la charla promocional; aunque sí que os invité en varias ocasiones a mis conciertos. Tanto al de presentación en Zaragoza, como a los dos de Valencia.

Al abortarse aquella entrevista, quedaron algunas cuestiones relativas a aquel disco por tratar, cuestiones que, dada la importancia que pueden tener en tu trayectoria a largo plazo, me parece interesante que abordemos. Sin duda sabes que me refiero al tema Casariego: A mí (que previamente hablé muy bien de ese disco, y mantengo lo escrito), todo aquello me sorprendió, sobre todo porque los versos que empleaste eran verdaderamente inteligentes e ingeniosos, y si no se los acreditas a su autor, quien compra el disco y no tiene opción de saber que no son tuyos, pensará que sí lo son, ¿y no es esa una forma de engaño; de engaño a tus propios seguidores, que pueden decir, «¡joder, Bunbury, qué versos más estupendos escribe!»?
Tienes razón y sí, mi mayor error fue no apuntar con un asterisco que esos versos provenían de un poemario de Casariego. No vamos a entrar en que existe un libro entero, fantástico, sobre Dylan en el que, canción por canción, se desmenuza de dónde provienen diferentes versos de toda su discografía, y aparecen referencias a poetas americanos, canciones de blues grabadas anteriormente, libros religiosos, película de cine negro… Está publicado por Global Rythm, una gran editorial. Creo que el trato hacia esas “referencias” o “intertextualidades” por parte de los periodistas que realizaron los comentarios del libro, no tienen la mala baba que sufrí yo. Lo entiendo, porque ni soy Dylan, y ni puedo, ni me quiero comparar. O sea, que sí, tendría que haber señalado los versos y, entonces, quiero pensar, la mala baba nunca habría aparecido escrita junto a mi nombre, ni el de mis canciones, ni el de mi obra en general.

Cuando se hizo público que habías empleado unos versos de Casariego, todavía faltaban dos meses para que el disco saliera a la venta. Así que algunos creímos que sí acreditarías su autoría en el disco; y que si ya estaba fabricado –como ha sucedido en el pasado con otros artistas y por temas mucho menores que este–, si era preciso pagarías de tu bolsillo una nueva edición de los libretos con la cita para sustituirlos. ¿Por qué no lo hiciste? ¿No habría sido esa una manera discreta de dar por finalizado este asunto y evitar males mayores?
Bueno, como muchos de vuestros lectores sabrán, los tiempos de fabricación no son exactamente como los propones. Era una posibilidad: paralizar todo, reeditar, cambiar créditos… No sé si eso hubiera saciado la sed de sangre. Se comentó, pero por alguna razón, la compañía, los abogados, y todos los reunidos pensamos que ya se había hecho el ruido, el daño y la promoción negativa. Solo quedaba que la gente escuchara el disco y juzgara por sí misma. Afortunadamente, el disco era y es mucho más grande que la paja en el ojo ajeno. Había y hay, una buena colección de canciones que, afortunadamente, han enamorado a mucha gente.

¿No piensas que la obra del difunto poeta (minoritario, para más señas), al que deduzco admiras, merecía ese reconocimiento?
Sí que merece un reconocimiento mayor. Sé que algunos de mis fans se han acercado al poeta, poco publicado y difícil de encontrar, con devoción e interés. Espero, sinceramente, que alguien se anime a realizar las antologías y reediciones pertinentes. Lo merece.

Ha pasado el tiempo, ¿crees que llevaste este asunto de la mejor manera, justificándote en lo que han hecho otros, citando expresamente a compañeros tuyos, no respondiendo a los medios que te preguntaban por ello? ¿Piensas que te equivocaste en algo? ¿Tal vez te enrocaste en tu postura y no reaccionaste con la suficiente humildad, mano izquierda o claridad? ¿Te viste superado por los acontecimientos?
Es probable que pudiera haber hecho las cosas mejor. No supe o no estoy capacitado para enfrentarme con tantos medios de comunicación en procesión para el linchamiento. Los hubo que me apoyaron, afortunadamente, como, también, me sentí querido y respetado por mis compañeros de profesión. Supongo que para algunos chicos de la prensa debía ser algo así como: “¡Joder, con las ganas que le tenemos! ¿Por qué no viene a mi programa o hace una entrevista conmigo, que se va a enterar?” Sí, tienes razón. Quizás debería haberme desenrocado y ofrecerme, con los brazos en cruz, dispuesto para la lapidación. En lugar de eso, que era lo más lógico para un buen lector de la Biblia como yo lo soy, elegí el camino equivocado: hice quince meses de gira, seguí grabando canciones y colaborando con mis colegas los músicos. No sé, cada persona es un mundo y reaccionamos de formas muy extrañas cuando se incendia el bosque.

Si hoy se diera una circunstancia similar, ¿obrarías del mismo modo?
No, no lo creo; aunque nunca sabe uno como reaccionar ante el enfrentamiento directo. Imagino que si tuviera una verborrea mayor, o me gustara un programa de televisión más que a un tonto un lápiz, hubiera disfrutado como un enano.

¿Crees que «las consecuencias (de lo ocurrido) son inevitables», que te pasará factura en el futuro, que permanecerá en el recuerdo, que ha erosionado tu credibilidad?
Claro que todas las circunstancias que han rodeado tu vida, de alguna forma, van acumulándose en la mochila llena de piedras que todos llevamos a la espalda. Claro que, también, la balanza se inclina según tus aportaciones. En mi carrera, como en todas, hay cagadas y aciertos. No seré yo quien lo juzgue (eso tan judeocristiano que nos encanta), aunque supongo que, de entre todos los discos grabados, canciones escritas y conciertos realizados, algo habré hecho bien, ¿no crees? Sino, ¡no entiendo quién compra mis discos, paga por verme en directo y se baja mis canciones de internet, en este país y al otro lado del Atlántico!

En ‘Las Consecuencias’ cantas «tuyo es solo lo que no tiene dueño»… ¿podemos extrapolarlo a este asunto? ¿Subyace en algunos versos de esta canción lo sucedido?
No pensaba en eso, en absoluto. Tampoco es que me entusiasme demasiado desmenuzar los textos de mis canciones; pero, en concreto, esa frase, encierra la desesperación por hacernos con el material necesario para desbancar con argumentos al prójimo. Aunque, me gusta tu interpretación, y supongo que también los internautas, por ejemplo, podrán apropiarse de la frase.

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«En cuanto he abandonado un proyecto, ante el vértigo y el vacío, siento la necesidad imperiosa de pensar en qué nueva dirección elegiré para mi siguiente trabajo, y prefiero equivocarme inmediatamente, a esperar al momento en el que la compañía, el público o yo mismo, nos sintamos presionados por la salida del disco»

 

LAS CONSECUENCIAS

Pasemos al nuevo disco, a «Las Consecuencias». Un buen trabajo en el que, como ya es costumbre, exploras nuevos territorios musicales, en este caso, bajas el ritmo y empleas cuerdas en muchos temas, ¿por qué? ¿Qué sonoridad estabas buscando?
El álbum explora las fosas abisales de las relaciones humanas, la absoluta incapacidad de los unos para entender a los otros y, sobre todo, el escasísimo esfuerzo que hacemos, en general, por entender las posturas del de enfrente. Ante semejante falta de optimismo, busqué, por oposición, la pausa, la tranquilidad, el reposo y el relajo, para explicar las deficiencias de nosotros, los animales irracionales, con algo de desesperación y tristeza, pero con simpatía por el discapacitado. Las cuerdas y la belleza en la interpretación e instrumentación, fueron el contrapunto a un tema tan poco agradable.

¿Es esto acústica para tiempos de crisis? ¿Frente a la fealdad circundante, un poco de belleza e intimismo?
Bueno, y un poco de rock & roll, tampoco está nada mal. De hecho, este país, es tan poco rockero y tan pop la-la-lá que un tantito así de tupé y patillaza, no le viene nada mal, de vez en cuando. La gira, tendrá el haz y el envés. El disco sí, es íntimo y tranquilo en los tempos, pero oscuro y con bastante mala leche. Creo que la frase más bella de todo el disco (“…que quiero hacer muchas cosas por ti / las más posibles”) es la más gritada y, el resto, reposado y tranquilo, tiene una mala hostia importante.

¿Cuándo escribiste estas canciones? ¿Sigues escribiendo, como hace años, tratando de aislarte?
El aislamiento y la soledad es bastante importante y necesaria a la hora de componer. No creo que me esté inventando nada y, creo además, que le ocurre así a todo aquél que se enfrenta al papel en blanco de la creación. Actualmente, en lugar de viajar al quinto infierno, bajo al sótano de mi casa. Así lo he hecho con mis tres últimos discos, (“Las Canciones Desde El Puerto”: «Cerezas» – «Hellville» – «Consecuencias») aunque, cara al próximo, el de 2011, pienso en un nuevo método y localización.

Al poco de aparecer «Hellville de Luxe» se rumoreó que habías estado grabando en Estados Unidos tu siguiente disco, ¿fue un bulo? ¿Grabaste algo que se haya usado para «Las Consecuencias»?
Nunca escuché ese rumor. Nada más terminar de grabar “Hellville de Luxe”, apenas una semana después, fuimos al estudio de Paco Loco a grabar material, sin ninguna intención. Lo hago habitualmente. En cuanto he abandonado un proyecto, ante el vértigo y el vacío, siento la necesidad imperiosa de pensar en qué nueva dirección elegiré para mi siguiente trabajo, y prefiero equivocarme inmediatamente, a esperar al momento en el que la compañía, el público o yo mismo, nos sintamos presionados por la salida del disco. Ese material grabado, normalmente, pasa directamente a “La Caja de Pandora”, o sea, material que considero absolutamente inservible, pero necesario para llegar a determinadas conclusiones.

Has dicho que las letras del disco no hay que leerlas en clave autobiográfica, pero hay en ellas como bastante oscuridad, y cierto poso de dolor, ¿seguro que no reflejan tu estado de ánimo al escribirlas?
No necesariamente, pero es importante saber de lo que cantas. Además, eso es lo que ocurre cuando cantas en primera persona, independientemente de que las canciones hablen o no de ti. Por un lado, es mucho más directo y consigues una mayor conexión con el oyente. La idea es que, al final, en la intimidad, no sea yo quien canta el tema, sino que, quien lo escucha, se sienta identificado con el contenido de la canción. Aunque, desde luego, el propósito es también comprender los sentimientos del sujeto narrador de la canción, y transmitirlos como tuyos, o como decía Dylan en “A Hard Rains Gonna Fall”: “…but I’ll know my song before I start singin’”.

No sé si te has dado cuenta, pero estos son textos que, escritos en primera persona, reflejan bastante ensimismamiento y un algo de egoísmo en su mucho pensar en el dolor de uno mismo y muy poco en el del prójimo (o la prójima…). ¿Hay algo de reafirmación personal, de protección?
Los textos de mis canciones, por muy poco autobiográficos que puedan ser en algunas ocasiones, siempre tienen mi aceptación moral. Entiendo al personaje, lo respeto. A veces, ese personaje es una creación mía, otras, la persona existe, y fue fuente de inspiración, sabiéndolo o no.

Creo que los violines los ha grabado sola Ana Belén Estaje, la violinista del inolvidable Huracán Ambulante, doblándolos uno a uno. ¿No es un método un poco loco? ¿No habría sido más fácil y rápido contar con el clásico cuarteto o quinteto de cuerda? ¿Qué buscabas haciéndolo de este modo?
En Aragón hay un dicho popular, muy hermoso, a la vez que poderoso y sabio: “Con dinero, chufletes”. Por supuesto, que entre mis sueños está grabar con la Filarmónica de Londres y muchas otras opciones sonoras e instrumentales que, desgraciadamente, no me puedo permitir. Desde luego que mi intención se acerca mucho más a tus apreciaciones que a las de mi discográfica. Aún así, no debería quejarme. Mi contrato me permite grabar en buenos estudios, con grandes músicos y el tiempo suficiente para ofrecer grabaciones de calidad. Comparado con el resto del panorama, me siento el Spielberg del rock nacional.

¿Se incorporará Ana Belén a la gira?
Belén acaba de ser madre, y su hijo la necesita. Nosotros nos conformaremos con Rebenaque que, aunque tiene bigote y pincha, es el mejor Hammondista de este país.

Ya  que estamos hablando de la gira, este disco me despierta una duda: ¿Cómo piensas enfocar los directos de presentación, porque ahora mismo tienes un grupo bien rockero…?
La gira empieza a mediados de abril por Estados Unidos. Estaremos un par de meses recorriéndonos EEUU de costa a costa, de forma humilde. Haremos una treintena de clubs, aproximadamente. Las fechas las anunciaremos dentro de unos días, si no me equivoco. Posteriormente, en otoño, haremos una gira de auditorios por Latinoamérica, todavía por confirmar, aunque tanto México, como Argentina, como Colombia son obligatorios en cada una de las giras que hacemos por el continente. También, me comentan, que en España hay posibilidades de tocar en algún auditorio de calidad, seguramente en Madrid. De todas formas, faltan unos cuantos meses y, seguro, aparecen fechas y países con los que todavía no contamos. En cuanto al concepto de la gira, obviamente, será un cambio drástico con respecto al “Hellville de Tour”. La banda está preparada para tocar un repertorio amplio, y sí, rockeamos duro, pero somos sensibles y apreciamos el silencio y la belleza. Esperamos que el público que acuda a los shows disfrute del trabajo que hemos realizado. Aparte, tanto nuestros trajes, como la puesta en escena, como sabéis bien, estarán cuidados al detalle.

No tengo los créditos del disco, así que perdona si esto es una obviedad, pero ¿has grabado con la banda habitual?
Sí: Ramón Gacías en la batería, percusión y mano derecha en la producción, Robert Castellanos en el bajo, Jorge “Rebe” Rebenaque en el Hammond, piano y acordeón, Álvaro Suite y Jordi Mena en las guitarras, mandolinas, banjos y demás. Por mi parte, me encargué de las acústicas, armónicas, algún piano fácil, y cantar, que es lo mío.

Las guitarras acústicas tienen mucha presencia, ¿quién las ha tocado?
Somos tres guitarristas en la banda actualmente y tanto Álvaro, como Jordi, como yo, hemos grabado las acústicas de todo el álbum. Creo que hemos hecho un buen trabajo, no solo interpretativo, sino eligiendo el instrumento adecuado en cada una de las canciones para darle el carácter necesario a cada canción.

En algunos temas del disco se te escapa, y a ello contribuyen las cuerdas –también algunas voces– un ramalazo beatle que no puedes ocular. Sin embargo, los Beatles son de tus favoritos desde siempre, pero, curiosamente, hasta ahora como que no habías dejado salir mucho esa influencia, ¿has querido pagar una deuda con ellos, contigo mismo?
Creo que en todos mis discos hay algo de The Beatles. De entre los últimos álbumes, pienso en detalles de ‘Demasiado Tarde’, ‘No Fue Bueno, Pero Fue Lo Mejor’, ‘Ahora’, ‘El Porqué de tus Silencios’, ‘El Rescate’… ¡¡hasta en ‘Lady Blue’!! Siempre hay alguna referencia. Sobre todo en los bajos. Soy muy fan de la forma de tocar el bajo de Paul McCartney y me interesa mucho esa manera melódica, como si fuera una tuba, de introducir una línea de bajo. Por eso, creo, elegí a Robert Castellanos para mi nueva banda. Es el McCartney español, y, supongo, tiene mucho que ver en la aparición de arreglos mucho más Beatles en mis dos últimos discos. Dios le bendiga.

¿Por qué llamaste a Miren Iza, de Tulsa, para la versión de ‘Frente a frente’? ¿Qué viste en su voz?
Bueno, creo que lo he contado ya unas cuantas veces. Cuando Luis Troquel me pidió participar en un disco homenaje a Jeannette, no me lo pensé mucho, y antes de que la compañía discográfica que se iba a encargar del asunto aprobara ningún presupuesto, llamé a Paco Loco para reservar una semana en su estudio de El Puerto de Santa María. Grabamos las pistas base de ‘Frente a frente’, e hicimos algunas pruebas de producción cara a la grabación de “Las Consecuencias”. Desafortunadamente, nunca se confirmó el proyecto del tributo, pero cuando empezamos a maquetar, cara a la grabación del nuevo álbum, ‘Frente a frente’ ya formaba parte del repertorio. Pensé, entonces, que el texto contenía un dueto que nadie había grabado anteriormente y dándole vueltas acerca de quién podría ofrecerme el contrapunto, recordé ‘solo Me Has Rozado’. Para mí, Miren es la mejor escritora de canciones que actualmente publica en nuestro país. Aparte, lógicamente de la belleza y dulzura de su voz, capaz de susurrarte los versos más bellos y pegarte una patada en los cojones en la estrofa siguiente.

En un disco de corte bastante anglosajón, el ambiente de ‘Lo que más te gustó de mí’ supone un retorno al sonido mediterráneo que abandonaste hace tiempo. ¿Forma parte de ti, inevitablemente, ese poso mediterráneo?
Claro, sin quererlo, sale. De hecho, yo diría que en los últimos años, he limitado esa tendencia, para dejar paso a otras formas musicales, que dieran diferentes tonalidades y colores a mis canciones.

¿Por qué en «Hellville de Luxe» te metiste de tal modo en la sónica del folk estadounidense (por respeto a todo un continente, no hablemos de «americana»); y casi en un momento de saturación de tal corriente?
Aunque me gustaría ir más rápido, mis tiempos, son mis tiempos. La investigación mediterránea y latina duro tres álbumes y un poco más de un lustro, del 99 al 2005. Mi acercamiento al rock de raíz norteamericano también se ha convertido, sin desearlo, en trilogía, y he necesitado de “El Tiempo de las Cerezas”, “Hellville…” y “Las Consecuencias”, para poder decir: “hasta aquí he llegado”. “El futuro es ya…”, que decía Germán Coppini, y mañana dios dirá, que decía mi abuela.

Tengo la sensación de que en «Las Consecuencias» (el disco), te has permitido recrearte más en la voz –jugar con ella, disfrutar, hacer cosas diferentes– que en discos anteriores, ¿es así?
Sí. Coincido contigo. En discos como “Pequeño”, “Flamingos” y “El Viaje a Ninguna Parte”, estaba demasiado ocupado encargándome de componer, escribir y producir los álbumes como para dedicar el tiempo que hubiera necesitado como intérprete en canciones que, vistas ahora con la distancia y la perspectiva que solo el tiempo otorga, merecerían una matiz diferente. Creo que en mis dos últimos discos, pero especialmente en este último, he mejorado sustancialmente como cantante. Espero de todas formas que en próximas entregas, alcance el nivel que deseo desde hace tiempo.

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«Creo que, a lo largo de los años, he investigado mucho, he tenido mis pequeños aciertos, mis errores monumentales; pero lo que, efectivamente, nadie me podrá quitar nunca es mi forma personal de escribir, de cantar y de hacer las cosas»

 

DE DISCOS, ZOMBIES, VINILOS Y FRIQUISMOS

El disco, lo que denota, y siento «fastidiarte», es que aunque te gusta alejarte de lo hecho, ya tienes unas formas propias que, indefectiblemente, llevan tu sello compositor; es decir, las canciones se reconocen como tuyas, y no lo digo por la voz, sino por el sello musical. ¿Te lo parece? ¿Te preocupa o lo ves como algo inevitable?
No solo no me fastidia, sino que agradezco enormemente tu comentario. Muchos compañeros de profesión se pasan años buscando un sonido distintivo, una personalidad propia, algo que les diferencie de los demás, un detalle que les distinga de la masa informe. Creo que, a lo largo de los años, he investigado mucho, he tenido mis pequeños aciertos, mis errores monumentales; pero lo que, efectivamente, nadie me podrá quitar nunca es mi forma personal de escribir, de cantar y de hacer las cosas.

Pienso, y así lo he escrito en alguna ocasión, que «El Viaje a Ninguna Parte» marcó un punto de inflexión en tu carrera. Tal vez no sea tu disco más vendido o más admirado, pero me parece que, hasta ahora, es el mejor, el más completo, el más tuyo y el que marca, precisamente, las claves más personales de tu escritura, las que te definen hoy. ¿Estás de acuerdo?
Si me hubieras preguntado hace un año, posiblemente hubiera corroborado tu opinión. Desde luego, “El Viaje a Ninguna Parte” es un disco muy querido por mí. A día de hoy, creo que, tanto “Hellville de Luxe” como “Las Consecuencias”, son, por su complementariedad, mis dos discos más definitivos, más redondos y más personales. También, es cierto, que todos o casi todos los músicos, somos muy cariñosos con nuestras obras más recientes y, rara vez, sabemos apreciar la grandeza de nuestras obras pasadas.

Resulta muy chocante la sobriedad musical del disco con la estética zombie del videoclip de ‘Frente a frente’ (que no me ha gustado nada) y si le sumamos que te has marcado la sesión de fotos promocional más «friqui» de tu carrera (¡entre el espagueti-western, una versión escuálida de Demis Rousoss y un cierto hippismo fumeta!), el desconcierto es total. ¿Por qué estos contrastes? ¡¿Te veremos con túnicas en escena?!
A mí el videoclip, me encanta. Creo que J. Bayona, ha realizado un trabajo estupendo. Además, me gustan mucho las películas de terror, en general, y “El Orfanato”, “Rec” y la nueva hornada de directores de cine fantástico español, en particular. En cuanto a las fotos, reconozco mi freakismo. Te recuerdo que uno de mis discos y giras se llamó “Bunbury Freak Show” y, en la película que registró el evento, reconocía abiertamente sentirme un rara avis en un país en el que, lo “normal”, es lo más valorado.  Hay mucho músico-vecino-del-quinto en España, tampoco molestamos tanto los cuatro gatos que nos salimos un poco del tiesto, ¿o sí? Aparte, no son desconocidas ni mi pasión por los viajes, ni mi aburrimiento a la hora de enfrentarme a las tediosas sesiones de promoción de un álbum, por lo que no tiene que extrañar mucho que unas fotos me las ventile en una duna en el Sáhara.

Aseguras que ya no compras discos en CD y que no quieres saber nada de los mp3, que lo tuyo ahora es el vinilo. Sin embargo, antes siempre viajabas cargado de discos y en las habitaciones de los hoteles nunca faltaba la música. ¿Exageras en tu desprecio al CD (mucho más cómodo de transportar, no nos engañemos), ya no escuchas tanta música o acaso viajas con un viejo tocadiscos de maleta…?
No es exactamente así. Actualmente, desde hace unos tres o cuatro años, prácticamente, solo compro vinilos. Muchos, eso sí, un huevo. El MP3, se convirtió en el sistema de viajar con infinidad de discos y discografías completas almacenadas en un solo aparatito: el Ipod. Otra cosa es que sea el mejor formato para escuchar música con calidad, que no lo creo ni yo, ni nadie en su sano juicio y oído. Los CDs, los sigo guardando, me regalan bastantes, no lo niego; pero tampoco es que los tire a la basura, ni que los desprecie con indiferencia. Y ahora que me lo recuerdas, tengo que comprar un tocadiscos de singles para viajes. Siempre soñé con uno, desde que vi una foto de Elvis con uno de esos en el tren.

Rizando el rizo, y ya que defiendes con pasión el sonido del vinilo: ¿Has probado a pasarte un vinilo a CD? En caso afirmativo; ¿te parece que suena igual que el vinilo del que se ha copiado o mejor que el CD original de ese mismo disco?
No he pasado nunca un vinilo a CD, ¿para qué? Supongo que lo preguntas por si una opinión profesional puede confirmarte de forma definitiva la diferencia sustancial de sonido, ¿es así? En mi opinión, la calidad del vinilo es incuestionable; pero no soy, ni remotamente, un talibán, ni un fundamentalista. Que cada uno compre el formato que más le guste y disfrute.

Sabes que hay músicos que escuchan muy poca música actual, que prefieren aferrarse a sus clásicos, a los discos y artistas que les marcaron. No es tu caso, que siempre tratas de descubrir nuevos sonidos. ¿Para crear música, cuál de las dos posturas te parece la mejor: Aislarse del presente y dejar entrar la menores referencias posibles, o todo lo contrario, estar permanentemente empapándose de música?
Solo hay una postura, para mí, válida: hacer canciones emocionantes. No tengo ni idea de si Johnny Cash escuchaba mucha o poca música moderna durante los últimos años de su vida. De hecho, creo que no es un dato importante. Personalmente, escucho mucha música, actual y viejuna, a todas horas; pero solo lo hago por amor. Me gusta, y mucho. Aparte, creo, a mi profesión no le viene mal; aunque, como digo, no lo considero fundamental.

En una entrevista reciente comentaste que próximamente quieres investigar y profundizar en los sonidos de Nueva Orleans, no sé si sabes que hace un par de años que Santiago Auserón está en ello. ¿Te preocupa que podáis llegar a coincidir en conclusiones artísticas similares?
Santiago es una gran influencia, uno de los grandes cantantes y autores del rock en español. Para mí, posiblemente, el más grande. Nunca lo he ocultado. Por supuesto que no tengo ni la más mínima intención de compararme con él. He escuchado sus nuevas demos y me parecen canciones maravillosas, interpretadas de una manera gloriosa. Lo que tengo en mente, solo espero que esté a una altura significativa; aunque, estilísticamente, no tiene nada que ver.

¿Te permitió la vuelta de Héroes comprarte un tiempo de libertad (en lo económico y para hacer lo que te dé la gana musicalmente) a la vez que te servía para recuperar a parte del viejo público, perdido para la causa bunburyana por goteo constante durante bastante tiempo?
La gira de HdS fue una oportunidad fantástica para cerrar un capítulo de forma definitiva. La separación del grupo, en el año 96, fue terriblemente traumática, como supongo, sabrás. Volver a sentarnos los cuatro juntos, mirarnos a la cara, e incluso poder subirnos a un escenario por última vez fue, no solo necesario, sino terapéutico. Fueron diez conciertos que alegraron la vida a muchos fans que jamás nos vieron en directo mientras el grupo estuvo en activo, con un diseño escénico y unas dimensiones poco habituales en el rock en español. De todas formas, fue algo puntual, una burbuja espacio-temporal, un paréntesis que se abrió y se volvió a cerrar.

Creo que preparas una caja retrospectiva, con materiales inéditos, al modo de las que han aparecido últimamente de Calamaro, Loquillo o Revólver. También, como Loquillo o Urrutia, preparas un documental sobre tu vida. ¿No hay un exceso de mimetismo, no os movéis todos con ideas muy poco originales; no se parecen demasiado los proyectos y están unos y otros muy cercanos en el tiempo? ¡A veces el rock español parece «culito veo, culito quiero»!
La verdad es que no sé nada de la caja retrospectiva de la que hablas. ¿Dijo algo EMI en algún medio de comunicación?, porque la verdad es que, no solo no sé nada, sino que no creo que sea el momento. De vez en cuando, EMI Estratégico me comenta la posibilidad de abrir “La Caja de Pandora”, y editar todo el material inédito y rarezas de forma ordenada o en volúmenes; pero, para un músico que tiene en mente, al menos, un par más de proyectos con canciones nuevas, editar o recopilar material de deshecho, no entra en los planes ni a corto, ni a medio plazo. En cuanto a lo del documental, estamos trabajando en tres proyectos diferentes, cuando estén terminados, veremos cuál sale o si sacamos todos de forma espaciada. Uno es un documental sobre la gira por EEUU que iniciamos en abril y terminaremos en junio. Los realizadores son unos muchachos gaditanos afincados en L.A., con mucho talento y, sobre todo, muchas ganas. Otro, ya rodado, a falta del montaje final, pertenece a la época de creación y grabación de “Hellville de Luxe”. A mí me parece una gran película documental que puede aclarar muchos aspectos sobre la creación de una banda, de un álbum y de un concepto sonoro. En cuanto al documental-biográfico al que creo que te refieres, está bastante en bragas y dios sabe cuándo o, siquiera, si saldrá adelante.

Te supongo al tanto de la ley que prepara el Gobierno contra las webs de descargas, y de la demanda que algunas discográficas independientes preparan, también contra el Gobierno, por los daños patrimoniales que ha ocasionado al sector con su dejación, mientras que, al mismo tiempo, exigen que se actúe contra los usuarios que descargan. ¿Tienes opinión al respecto?
Obviamente. Todos los músicos, ingenieros de sonido, productores, managers, disqueros, distribuidoras, portadistas, y un largo etcétera de personas involucradas en la creación de esta maravillosa y mal llamada industria discográfica, tenemos una opinión al respecto. No siempre es la misma, lógicamente. De hecho, casi es mejor que sea así. Contrastando opiniones podremos encontrar posiciones comunes a la hora de dar con la mejor de las soluciones a un problema que ha dejado ya sin trabajo a muchísimas familias.
Creo que en lo que todos estamos de acuerdo es que no se debe actuar concretamente contra los usuarios y que la responsabilidad del Gobierno es frenar de una vez por todas el hundimiento de una industria que nos da mucho placer y gusto a todos, hasta al más cerril y cateto, que se niega a aceptarlo. También creo que ahora, que sabemos que no solo es al hermano pobre de la cultura, o sea la música, sino también a los hermanos ricos (el cine y los videojuegos) a quienes les afecta la falta de legislación al respecto, podremos avanzar mucho más rápido y mejor, con vistas a, por lo menos, empezar a poner algunos parches a la herida, antes de desangrarnos definitivamente. Yo soy muy optimista. Creo que, soluciones, haberlas haylas y que solo necesitamos un poco de buena voluntad y respeto. A partir de ahí, creo que se debe potenciar el streaming, el mobileme y, sobre todo, desde el Gobierno, exigir responsabilidades a las telefonías y servidores. Por otro lado, dentro de lo que cada uno de nosotros podemos hacer, propongo que los medios de comunicación dejen de envolver el ambiente con una cortina de humo que solo protege a los poderosos (vuelvo a las telefonías). Dejemos de hablar de tontadas: que si peluquerías, que si canon, que si Fuenteovejuna… Ese tema, absolutamente ridículo, se debería de zanjar a la mayor celeridad. Aquí SGAE debería actuar ya, para no facilitar los argumentos de los de la cortina, para que no se nos descojonen mientras señalamos la luna y todos los ciudadanos observan el dedo.

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