Brighton 64: En el final de la vuelta

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«En los ensayos estamos probando algunas canciones que no se publicaron en su momento y existe la posibilidad de que las grabemos próximamente»

Afrontando la recta final de la gira de reunión de los barceloneses Brighton 64, líderes del movimiento mod en los años 80, Carlos Pérez de Ziriza conversa con Ricky Gil.

 

 

Texto: CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.

 

 

La banda barcelonesa, emblema patrio de la estética y las sonoridades mod en la década de los 80, vuelve a reunirse para una gira cuyas últimas fechas son mañana 8 de octubre en Valencia (Wah Wah), el 25 de noviembre en Vic (Pasternak), el 3 de diciembre en Barcelona  (Apolo 2) y el 17 de diciembre en Madrid (El Sol). Al habla Ricky Gil, al frente de la resurrección junto a su hermano Albert, Tino Peralbo y Jordi Fontich.

¿Por qué habéis decidido volver a reuniros? ¿Había demanda para ello tras vuestra última gira, hace unos cinco años?
De vez en cuando a los cuatro nos entran ganas de tocar de nuevo las canciones de Brighton 64, estas reuniones son siempre una cuestión de celebrar una música muy vital y que significó mucho para nosotros cuando éramos muy jóvenes. Supongo que debía haber demanda porque los conciertos suelen estar llenos de gente.

¿Consideráis esta gira de reunión como una mera concesión a la nostalgia?
Por supuesto que no. A una parte del público puede evocarle recuerdos de otros tiempos, pero al fin y al cabo se trata de guitarra, bajo, batería y teclados tocando música para personas que han ido a escucharla en ese mismo instante.

¿Ha sido buena la acogida?
Muy buena. Estamos felices porque cuando vuelves después de tanto tiempo no tienes ni idea de si lo que haces puede interesar a alguien. El público llena las salas y la actitud es fabulosa.

¿Hay material nuevo en perspectiva?
Es una decisión que vamos a tomar en diciembre cuando termine la gira. En los ensayos estamos probando algunas canciones que no se publicaron en su momento y existe la posibilidad de que las grabemos próximamente.

¿Hay alguna clase de tratamiento nuevo que hayáis dado al repertorio, o se trata de reproducirlo con la máxima fidelidad?
Depende de la canción. Algunas las tocamos muy parecidas, y otras han ido evolucionando de forma natural. Lo que se mantiene intacto es el espíritu de cada una de ellas. No vamos a hacer una versión folk de ‘La casa de la bomba’, para entendernos.

¿Constatáis en vuestra actual gira que hay un público nuevo, más joven, que por motivos de edad no pudo veros en directo en su momento, o se trata del mismo público que teníais ya en los 80?
Por supuesto que hay un público nuevo, de otra forma no tendría demasiado sentido. Cada chico o chica de 17 años que se interese por la cultura mod o por la música de los 80 tarde o temprano termina por escucharnos a nosotros. Es una gran suerte. Pero también se agradece que los más veteranos se animen a salir de sus casas y vengan a vernos.

Con la perspectiva que otorga el tiempo, ¿hay algo que cambiaríais en vuestra trayectoria pretérita? ¿Algo de lo que arrepentirse o algo que hubierais hecho de otra forma?
No tiene sentido lamentarse de nada. Nuestra trayectoria estuvo llena de errores que ahora no volveríamos a cometer, pero entonces no podíamos saberlo. Estamos aquí para celebrar que muchas cosas se hicieron bien, aunque fuera de manera totalmente intuitiva.

¿De qué forma creéis que ha cambiado el negocio de la música rock en este país, desde que comenzasteis hasta ahora?
El 90 % del rock en este país no ha sido nunca un verdadero negocio para nadie, sino una economía de subsistencia para la gente más creativa. Esto es igual entonces que ahora. Otra cosa que no ha cambiado es la tendencia del público a seguir modas masivas sin preocuparse por buscar un poco más allá. Por otra parte hay cosas que han mejorado mucho, los grupos pueden tocar con mejores condiciones técnicas, se puede grabar y publicar un disco de un modo mucho más barato… ¡aunque luego no lo vaya a comprar nadie!

Como representantes, en cierta forma, de la estética y la cultura mod en este país, ¿cómo creéis que dicha cultura fue acogida aquí? ¿Creéis que citas como el Purple Weekend, por poner un ejemplo, certifican que goza de un amplio recorrido en el tiempo?
Creo que con la perspectiva que da el tiempo se puede afirmar que la escena mod en este país ha sido de las más potentes del mundo en cuanto a creatividad y producción de discos, fanzines, festivales, etc., sobre todo en los años 80. Por supuesto que el Purple Weekend ha sido un referente, un punto de reunión y diversión muy importante.

¿Qué os parece esa actual coincidencia a la hora de documentar por escrito la escena de Barcelona en los 80, al menos sobre su facción más punk? ¿Habéis leído Harto de todo (J. Llansamá), Odio Obedecer (X. Mercadé) o Que Pagui Pujol (Joni D)? ¿Creéis que la buena acogida que en su momento se le dispensó a tu libro Bola y Cadena pudo haber contribuido esa tendencia?
No he leído ninguno de estos libros aunque los he hojeado y conozco personalmente a los tres autores. Me parecen proyectos interesantísimos que además demuestran la potencia de la escena punk. No sé si mi libro tuvo algo que ver, ¡espero que sí!

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