Bon Jovi: Redescubriendo “New Jersey”

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«Evidentemente el plato fuerte son las canciones perdidas y aquí están todas, dando forma a un cedé extra y distinto, tan interesante como el álbum que se editó»

 

Nos adentramos en la novedosa reedición de “New Jersey”, el que fue cuarto disco de unos Bon Jovi ya establecidos, cuando los años ochenta tocaban a su fin y los noventa se acercaban.  Remasterizado, con cedé adicional plagado de inéditos más un documental de 1990 como propina en la edición de lujo. ¿Cómo eran esas canciones que no entraron en uno de sus discos más aclamados?

 

Texto: JUANJO ORDÁS.

 

El cuarto disco de Bon Jovi se iba a titular “Sons of beaches”, iba a ser un trabajo doble que les mantendría en la cresta de la ola del rock comercial norteamericano. Y al final se tituló “New Jersey” y fue sencillo, aunque como se esperaba el estallido de su éxito fue ensordecedor, tanto como para traducirse en ventas millonarias y en una tensión que llegó a fracturar a la banda hasta llevarles casi a la disolución. Sobrevivieron a ello y su carrera se extiende hasta la actualidad con incluso hits sen forma de singles relativamente recientes añadidos a su repertorio.

Ciertamente, desde que el grunge y el rock alternativo causaran estragos a principios de los noventa, Bon Jovi comenzaron a derivar de una banda musical a otra tratando de mantener la estabilidad, acertando y fracasando, pero desde su debut editado en 1984 hasta ese 1989 en el que “New Jersey” se puso en las tiendas, la línea que seguían era clara: rock melódico, radiable, de estribillos hímnicos. Pedirles otra cosa no tenía sentido, si se quería intelectualidad habría que conformarse con sus émulos de fantasía obrera creados a partir del legado de Springsteen, si se quería romanticismo no había que forzar más allá del chico-conoce-chica. Eso sí, cada uno de sus álbumes era un compendio de hits comerciales bien cosidos. El cantante Jon Bon Jovi y el guitarrista Richie Sambora firmaban himnos imparables, ya fuera como dúo o con el apoyo de escritores especializados en fabricar sencillos de éxito. No cabe duda de que Bon Jovi querían el éxito, Jon y Sambora deseaban ser los nuevos Mick y Keith, los nuevos Springsteen y Van Zandt, llegar hasta el mayor público posible. Y aunque nunca llegaron al misticismo de estos, el éxito sí que lo consiguieron a base a esfuerzo, talento para el estilo que seguían y, que nadie se equivoque, lo sabían vender con lazo de regalo. No hay que llevarse las manos a la cabeza, Led Zeppelin jugaban con el misterio y la reticencia al single y Bon Jovi con el «sex appeal» de su cantante, algo que acabaría eclipsando a la música y cuestionando la credibilidad del grupo. Por eso mismo la actual reedición de “New Jersey” es sumamente interesante, pues viene acompañada de todas las canciones que maquetaron para el proyecto original, para ese “Sons of beaches” que iba a contar con casi dos docenas de canciones, una idea ambiciosa que demuestra que detrás de la cara y el culo de Jon Bon Jovi había una máquina funcionando, una máquina creativa. No hablamos de Pink Floyd improvisando maravillas cósmicas ni de los Stones haciendo historia en su exilio francés, pero lo que este puñado de canciones demuestra es que Jon Bon Jovi y Richie Sambora estaban escribiendo de forma profusa, que estaban centrados en la creación.

“New Jersey” alcanzó la gloria, sus ventas fueron formidables, sus sencillos radiados, pasando a ser considerado uno de los grandes discos de Bon Jovi junto con “Slippery when wet” –precursor que estableció las bases– y “These days” –su gran disco de madurez–.  Por ello, todo lo relacionado con él era digno de interés para fans, un interés que fue creciendo con los años porque pese a su éxito, la época de “New Jersey” no fue demasiado explotada más allá de los clips musicales y, eso sí, un muy buen documental titulado “Access all areas: A rock and roll odyssey” ahora rescatado para esta nueva reedición en su versión deluxe.

No hubo álbum en vivo, no hubo vídeo en directo, las caras B no fueron abundantes y eso que “New Jersey” era un disco que provocaba hambre entre sus oyentes. Hay que tener en cuenta que, como hemos comentado, esta obra marcó el final de una época en la que la música que la banda tocaba estaba en boga. Después vendría el álbum “Keep the faith” (1992), que supondría un distanciamiento bastante radical de lo que Bon Jovi había sido hasta entonces, un alejamiento de las playas, las chicas y las historias almibaradas de la calle a favor de una perspectiva más adulta. “Keep the faith” no fue un mal disco, funcionó bien y supuso una transformación interesante de banda de los ochenta a grupo listo para batirse con el rock alternativo y el grunge sin abandonar su optimismo. Pero eso mismo fue lo que hizo de “New Jersey” el paraíso perdido, los buenos viejos tiempos, la época del pelo largo. No era el mejor disco de rock and roll de la historia, incluso algunos lo considerarían pop en la peor de sus acepciones, puede que hasta haya quien piense en él como en un producto elaborado en despachos discográficos, pero sus canciones se hicieron populares aunque en el baúl quedaran guardadas un buen puñado de maquetas.

Bon Jovi - New Jersey - Live Press Shot (Munich) (Credit: David Bergman | TourPhotographer.com)

«Jon Bon Jovi y Richie Sambora habían estado ejerciendo de songwriters en toda regla, se habían tomado muy en serio la confección de su cuarto disco y estaban en estado de gracia»

Efectivamente, durante la preparación de ese fantasmagórico  “Sons of beaches” Jon Bon Jovi y Richie Sambora habían estado ejerciendo de songwriters en toda regla, se habían tomado muy en serio la confección de su cuarto disco y estaban en estado de gracia. No, esas canciones perdidas tampoco daban forma a un nuevo “The dark side of the moon” o “Exile on Main St.”, pero la fuerza melódica y la actitud a medio camino entre sus ídolos de juventud y lo que la juventud radiofónica demandaba de ellos estaba ahí. La criba de los temas que hicieron para “New Jersey” se orientó hacia una homogeneidad o facilidad de escucha, el proyecto “Son of beaches” habría sufrido quizá de falta de cohesión desorientando al público menos ducho en música popular, pero es curioso que todas estas canciones ni siquiera se editaran como caras B. Bien lo merecían.

Para esta reedición de “New Jersey” el disco original se ha remasterizado, pero evidentemente el plato fuerte son las canciones perdidas y aquí están todas, dando forma a un cedé extra y distinto, tan interesante como el álbum que se editó. Se incluyen algunas canciones que sí incluyeron en “New Jersey”, en versiones demo muy similares salvo ligero matiz, pero es curiosísimo escuchar con buen sonido temas inéditos cuyo nivel de escritura está entre lo mejor a lo que una banda «blockbuster» puede optar, entonces y ahora. Y no hace falta citar la cantidad de artistas de prestigioso culto incapaces de firmar canciones que se queden siquiera en la memoria de sus fans. Bon Jovi lo hacían. Y lo hacían muy bien.

No es que las canciones perdidas suenen a heavy metal o experimentación jazzera, pero con todo lo comerciales que suenan, no son tan vendibles como sí eran los hits incluidos en “New Jersey”, son más ásperas, más duras y con sonido de maqueta profesional, es decir: con nitidez absoluta pero lejos de una superproducción, algo casi exótico en una banda como Bon Jovi, que no ha sonado así nunca en ningún lanzamiento oficial. ‘Now and forever’ tenía algo de esas «power ballads» que reventaban listas pero seguirla requería un poquito de atención, ‘Judgement day’ y ‘Full moon high’ eran rock duro radiable, pero ligeramente más macho de lo habitual y ‘Love hurts’ sonaba un tanto ochentera incluso a finales de los ochenta, pero todas estaban bien construidas y muestran a unos ídolos de masas tratando de exprimir las esencias de la creación, tratando de llegar a donde podían.  Hay que hacer un esfuerzo y situarse en una época más caduca que los setenta que la precedieron. Estas canciones vienen de allí, pero regresan con la gloria del trabajo bien hecho.

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