“Amor en crisis”, de La Canalla

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DISCOS

“Nueve canciones plenas de variedad, con recorridos bien cimentados pero con desvíos de lo popular a lo íntimo, de lo revolucionario a lo nocturno, del amor al desastre”

 

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La Canalla
“Amor en crisis”
LA MAR SONORA

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

Esencia de calle es lo que propone en este reciente proyecto discográfico —el tercero— de La Canalla. El quinteto, andaluces que se conocieron en Barcelona, deja al margen sus altos estudios musicales y se enfrenta a la revitalización de unos ritmos populares que alían las chirigotas que en ese sur siempre están en el aire con la íntima seriedad del qué nos está pasando. Que los primeros segundos estén ocupados por una trompeta que recuerda irremediablemente a los gitanos de la cabra no es casual; hierbajos y bloques, pero también clubes nocturnos y fiestas mayores, retranca y lucha y desolación.

‘Tú tan tú, yo tan yo’ viste una historia de búsquedas sentimentales con un piano de jazz, coros vintage, cha-cha-chá lento; callejera, tabernaria y latina es el primer trago que anuncia el uso desinhibido de cualquier ritmo que haya sido asumido por esos andurriales que llaman “lo popular” y que el tema de base va a ser el amor en sus múltiples caras y formas.

Un amor pegado al asfalto, que en ‘Salvemos nuestro amor’ deja claro desde el título sus intenciones y que en ‘Amor en crisis’ utiliza el campo semántico con que nos han estado bombardeando las noticias económicas de los últimos diez años para conformar un tema en que el ingenio pesa más que el análisis íntimo. Eso sí, la estructura es de bolero canónico, de aquellos de los 50, hasta en la instrumentación.

De la misma manera, ‘Diosa de la opulencia’ es una rumba que canta la abundancia, en cuerpos y almas, y ‘Ay, Malandrino’ adapta el ‘O sarracino’ que cantaba Renato Carosone y convierte, de manera inteligente a la par que magistral, el aire árabe de la original en un remedo de copla con textura de pasodoble, un tanto como lo experimentaba Carlos Cano.

Todo este enjuague de ritmos populares ocupa la mitad del disco. En la otra mitad juega con experimentos como ‘Construcción y deconstrucción del amor’, en que adaptan la emocionante monotonía de Chico Buarque para sentenciar en contra de la violencia en la pareja —breve nota en la letra, al final, que lo cambia todo—, o con entramados jazzísticos  — ‘Caminito del olvido’— o nocturnos, ahí está la impresionante ‘Sirenas’ que la colaboración de Sílvia Pérez Cruz convierte en una delicia acuática y fluida.

Mención especial para ‘Fulano Martín García’, fuera del tema sentimental, anarquista y libertaria, derramando revolución personal, que encaja como un guante en el corrido que le han preparado, no en vano es una proclama heroica. Con todo ello, nueve canciones plenas de variedad, con recorridos bien cimentados pero con desvíos de lo popular a lo íntimo, de lo revolucionario a lo nocturno, del amor al desastre.  

Anterior crítica de discos: “Misterios de la canción ligera”, de Tachenko.

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