Al Supersonic & The Teenagers: Negros de corazón

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«Hacemos canciones a partir de las canciones de otros. El estar buscando, escuchando y excavando de manera continua hace que nuestros oídos y nuestros corazones estén en forma para guiar nuestras manos»

 

El grupo más negro de Granada está de vuelta con su segundo disco, un artefacto northern-soul brioso producido por Mike Mariconda. Los entrevista Eduardo Tébar.

 

 

Texto: EDUARDO TÉBAR.

 

 

“Tardamos diez años en sacar nuestro primer álbum; para el segundo solo hemos necesitado dos, ¡así que creo que estamos en racha!”. Al Supersonic, cantante y guitarrista de The Teenagers, fanfarronea sobre la extraña trayectoria de la banda, sumergida durante una década en el limbo de la hiperespecialización. Entre Circo Perrotti, en Gijón, y el estudio de los Hollers, en Málaga, el ilustre Mike Mariconda ha producido “It’s alright”, un compendio northern-soul brioso en el que la formación granadina aprieta tuercas en ritmo, barniz de arreglos —más presente que nunca el Hammond de Vanesa Spin— y profundidad. Ahí está la herencia de Archie Bell & The Drells, de los instrumentales de T.S.U. Toronadoes y también de las aventuras como grupo de soporte de históricos como Roy Ellis, P.P. Arnold o Dean Parrish. Como el resto de su material, lo lanzan a través del sello alemán Unique Records, divisa de máxima calidad en el circuito europeo de música negra.

El trabajo reciente con Roy Ellis [leyenda del early reggae jamaicano] certificó lo que era un secreto a voces: la solvencia de Teenagers como banda robusta de soul.
Ya habíamos trabajado con otros artistas antes del siete pulgadas con Roy Ellis. Tocamos con gente como P.P. Arnold o Dean Parrish, pero nunca habíamos grabado en estudio para otros cantantes. La verdad es que nos encantó poder colaborar con Roy, un músico al que admiramos y del que somos muy fans. Es su voz la que llama a los chicos de las botas en ‘Skinhead moonstop’. ¡Casi nada!

Habéis girado por países como Italia, Inglaterra, Francia o Suiza, pero Alemania ya es vuestro asidero.
Acabamos de volver de una corta gira alemana en la que hemos estado presentando “It’s alright!” y la verdad es que ha estado muy bien. Señalamos nuevas ciudades en el mapa, como Frankfurt, donde lo pasamos genial y la gente respondió de una forma bestial. Por otro lado, aseguramos Hamburgo y Düsseldorf como lugares de parada obligada donde siempre nos reciben muy, muy bien. Dentro de unos días, el sello inglés especializado en rare soul Outta Sight Records editará un nuevo single de Teenagers con ‘It must be love’ y ‘Paint yourself in the corner’. Además, estamos planeando una minigira por Reino Unido y otra por Alemania, Francia y tal vez Suiza. La verdad es que no nos podemos quejar.

Con Henry Storch compartís cabinas y contratos. ¿Qué representa publicar en una escudería como Unique?
Fue el único sello en el que pensamos que era posible editar nuestros discos. Llamamos a su puerta con el máster que nos produjo Carlo Coupé bajo el brazo, y así se lo hicimos saber. El resto ya os lo podéis imaginar. Lo cierto es que Henry es alguien que nos entiende a la perfección y con el que mantenemos una estrecha relación de amistad. Cuando ponemos discos juntos, la complicidad aparece fácilmente. Es un gran dj y un fanático de la música soul.

Y respeta vuestra evolución.
Sí, ha apostado por nosotros y por este “It’s alright!”, que rompe bastante con los esquemas que planteamos en “Not too young”. Estamos muy contentos de pertenecer a Unique Records y defender los colores de un sello que ha dado tanto a la música negra de Europa.

Subrayáis mucho lo de «not too young», la referencia a Continental Showstoppers.
A veces, una canción llega para quedarse y te influye, te motiva y hasta es capaz de condicionarte. El título de nuestro primer disco está inspirado en una de esas canciones que te mantienen unido a tus amigos y a tu familia en la distancia, una canción que habla además de juventud, del derecho a equivocarte y del derecho a ser y hacer lo que tú realmente quieres ser y hacer. Así que no nos lo pensamos dos veces e incluimos una adaptación del clásico de Continental Showstoppers ‘We’re not too young’ en nuestro nuevo álbum, que sirve además de nexo entre los dos trabajos.

Dicen que un titular con la palabra “soul” espanta a los lectores. ¿Existe un problema de incultura en la mayoría musiquera?
[Medita] …Si te refieres a medios y consumidores de España, mi respuesta es que sí. Pero la verdad es que no me quita el sueño. La vida es muy corta y hay que vivirla al máximo. Por eso doy gracias a mis padres, a mi familia y a mis amigos por enseñarme la música como la siento. El peso de la música soul, el R&B o el jazz en la historia de la música americana, y por extensión del mundo entero, es tan importante que simplemente es ridículo intentar obviarlo. Que le pregunten a Wilco, a Nick Lowe o a Fat Boy Slim qué piensan al respecto.

Siempre os habéis identificado con la etiqueta de «northern-soul», muy de pista de baile y coleccionismo, pero ahondáis en la carga emocional.
El northern-soul es emocional, o al menos lo es la escena y la música que yo he conocido como northern-soul o rare-soul. Es ahí y en ningún otro sitio donde aprendimos a emocionarnos con canciones de gente como Bobby Bland, al que no olvidaremos durante el resto de nuestras vidas, Willie Tee o cualquiera de esas nuevas bombas que descubren nuestros Dj’s, que realizan una labor imprescindible. Gente como Dave Ripolles, Lars Bulnheim o nuestros adorados baluartes españoles, como David de Santiago, entre otros muchos.

Resulta significativo que en Al Supersonic & The Teenagers figuren tres Dj’s e investigadores de peso: Javi Frías, Gus Teenager y tú mismo.
Javi y Gustavo sí que son de alto nivel. A mí me gustan los discos e intento capturar todos los que puedo, pero mi técnica es tan mala que no creo que pueda llamarme ni Dj [risas].

Pero pinchas en Afrodisia Club, uno de los pocos templos de la negritud con programación internacional.
A todos nos interesan los discos y conocer más y más, y eso influye en la banda, por supuesto. Nos dedicamos a hacer canciones a partir de las canciones de otros. El estar buscando, escuchando y excavando de manera continua hace que nuestros oídos y nuestros corazones estén en forma para guiar nuestras manos.

No descuidáis el siete pulgadas. ¿El formato perfecto?
A poco que conoces un poco de este mundillo de los discos, y no solo me refiero a soul, te das cuenta de que la mayoría de las canciones que te gustan están en siete pulgadas. Y, bueno, simplemente es el formato habitual para discos de soul, pop, punk, R&B, jazz… Lo normal, vamos. Sé que ahora hay una especie de revival con el rollo del vinilo y tal, y que parece que sacar un single es algo así como un gesto de morro fino para gourmets de la música. Eso es un síntoma más de lo decadente de la industria musical.

Hace poco llenasteis el Boogaclub de Granada. ¿En qué lugares sentís receptividad por estos sonidos?
La música negra es una etiqueta demasiado amplia. Hay un montón de escenas incluidas ahí, desde funk al soulful house, tan dispares como la noche y el día. A nosotros nos gusta y nos interesa el soul y sus terrenos colindantes, que son muchos, pero no me atrevería a destacar ninguna ciudad sobre otra en lo que a música negra se refiere, porque seguro que me equivoco. Sí nombraré ciudades españolas con una larga tradición en soul y R&B, en mi modesta opinión: Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia…

¿Planes?
Pues, sobre todo, disfrutar de las cosas buenas que nos está dando “It’s alright!”, que no son pocas, y del que estamos muy orgullosos.

PRÓXIMOS CONCIERTOS DE AL SUPERSONIC & THE TEENAGERS:

13 de julio. Imagina Funk (Jaén).
26 de julio. Fuengirola Pop (Fuengirola).

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