El disco del día: Carles Dénia

Autor:

«No hay escapatoria posible ante la belleza de un trabajo tan imponente, mercurial y salvajemente libre»

Carles Dénia
«El paradís de les paraules»
COMBOI/KARONTE

 

 

Texto: CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.

 

Cuando uno se cerciora de que las raíces de nuestras músicas tienen mucho más en común de lo que aparentan, vale la pena mandar al garete las etiquetas. Indagar en su génesis no es solo una espléndida forma de reivindicar el acervo cultural propio y “hacer país”; es también una fascinante manera de abordar alquimias sonoras poco transitadas, pero que recogen la idiosincrasia propia y que traducen a sonidos el carácter milenariamente cincelado por nuestro rico paisaje, por el entorno geográficamente natural más próximo que nos rodea, con mucha más fidelidad que cualquiera de los modos de hacer que el noventa por ciento de nuestras bandas importan de las luminarias rock anglosajonas de los últimos treinta años.

Cualquiera que se haya preocupado por conocer a fondo, más allá de la mirada turística de costa, las comarcas valencianas del interior de aquello que en tiempos de nuestro pasado morisco era un auténtico vergel, lo más parecido a un paraíso terrenal (los pueblos de La Marina y La Safor, por aportar un par de ejemplos: con la capital de la primera nuestro protagonista comparte apellido; con la de la segunda el origen), sabrá de lo que hablamos. Porque a pocos artistas se les podía ocurrir trazar una travesía tan fascinante como la que aquí se marca el gandiense Carles Dénia. Y es que si hace un par de años afirmaba que tenía en mente grabar un disco de flamenco, otro de cant d’estil valenciano y dejar aparcado el jazz (los tres vértices de su formación musical), en este «El paradís de les paraules» ha decidido, sin ataduras, orquestar una gloriosa coyunda entre los tres. Un álbum fascinante, mediterráneo, preñado de un atávico olor a tierra, en el que ha musicado, con la ayuda del escritor Josep Piera, poemas escritos en Al Andalus entre los siglos X y XIII por cronistas como Ar-Russafí, Ibn Aixa, Ibn al-Jannan, Ibn az-azqqaq o Ibn Khafaja, que nacieron en ciudades como Xàtiva, Alzira, Sagunt o Valencia.

Y la verdad es, puestos a tratar de abordar este álbum, uno no sabe por dónde empezar. Si por los aires flamencos fusionados con el piano jazz latino de Albert Sanz en ‘Era un jonc emocionant’, por la inquietante atmósfera de ‘Quina plaent vesprada al llit’ (que no desentonaría en el repertorio de Tom Waits) o por los modos jazzies sin ataduras de ‘Benvinguda siga l’estança’. Si continuar por algo que podríamos calificar como un delicioso cruce entre copla y jazz manouche en ‘Si de vora meu un dia’ (rematado por la jarana de una jota autóctona), o seguir por las hipnóticas nanas arábigas que son ‘Riu que de tan bell’ o ‘Com si fos argent’. Porque no hay escapatoria posible ante la belleza de un trabajo tan imponente, mercurial y salvajemente libre.

Anterior disco del día: Bunbury.

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