Cine: “George Harrison. Living in the material world”, de Martin Scorsese

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«Película es recomendable tanto para los seguidores del cuarteto como para aquellos curiosos que quieran conocer un poco más la figura del Beatle más desconocido»

“George Harrison. Living in the material world”
(Martin Scorsese, 2011)

 

 

Texto: HÉCTOR SÁNCHEZ.

 

 

A Martin Scorsese le apasiona la música. Las bandas sonoras de películas como “Malas calles” (1973), “Uno de los nuestros” (1990) “Casino” (1995) o “Al límite” (1999) son buenos ejemplos del gusto musical del director. Pero en ocasiones no le basta con embellecer sus largometrajes con buenas canciones y se embarca en documentales sobre grandes figuras de la música. Con “El último vals” (1978) mostró la despedida de The Band, “No direction home” (2005) repasaba la trayectoria del genio Dylan y “Shine a light” (2008) nos introdujo en un concierto de Sus Satánicas Majestades, The Rolling Stones. En su último documental sobre rock le toca el turno a George Harrison.

Una de las diferencias entre este documental y los otros mencionados es que la figura de la que habla ya no se encuentra entre nosotros; por ello, “George Harrison. Living in the material world” no solo es un repaso a la vida del músico, sino que además es un emotivo homenaje por parte de Scorsese al más tranquilo y espiritual de The Beatles. Harrison nació en 1943 y falleció en 2001. Para narrar estos 58 años, Scorsese emplea casi tres horas y media de película, que se encuentra dividida en dos partes.

El documental alterna una gran cantidad de imágenes de archivo con entrevistas actuales de las personas que fueron importantes en la vida del músico. Como no podía ser de otra manera, la película comienza con la llegada del joven Harrison a The Beatles y analiza la trayectoria de los cuatro de Liverpool pasando por todas sus etapas hasta su disolución, pero centrándose en la figura de Harrison y el papel que interpretó en el grupo.

A pesar de que George Harrison era el miembro más discreto de The Beatles y solía estar a la sombra de Lennon y McCartney, Paul insiste que en el grupo todos tenían la misma importancia y que eran las “cuatro esquinas de un cuadrado”. En el documental queda reflejado que George tenía una tarea sumamente importante para la banda: mantener la calma entre John y Paul. Los momentos más divertidos de la película (junto al, posiblemente, más emocionante) vienen de la mano del cuarto miembro del grupo, Ringo Starr. Aunque no aparecen declaraciones de archivo de Lennon sobre Harrison, su viuda, Yoko Ono, habla de su relación con George y destaca dos cosas: que nunca se sintió incómoda o de más con él y que Harrison les animó para que llevaran a cabo esa “canción” llamada ‘Revolution 9’. Tampoco faltan los testimonios de Astrid Kirchherr y Klaus Voormann, dos personajes clave de la época de Hamburgo.

Además de sus andanzas con los Cuarto de Liverpool, Scorsese ahonda en la trayectoria del guitarrista en solitario de la mano de Phil Spector, padre del muro de sonido, quien le animó a que comenzara su carrera en solitario como el resto de sus compañeros estaban haciendo. Además, Harrison tenía una ventaja: guardaba muchas canciones escritas por él que los Beatles habían rechazado.

Pero no todo son The Beatles, también hay hueco para el supergrupo que Harrison montó a finales de los años 80, The Traveling Wilburys. Tom Petty recuerda de donde surgió este proyecto que formaron junto a otros astros como Bob Dylan, Roy Orbison y Jeff Lynne.

El consumo de droga, siempre relacionado con el mundo del rock, es un tema del que se habla abiertamente en la película. Pero George Harrison cambió el LSD por la meditación. La fascinación del guitarrista por la meditación tiene en la película la misma importancia que su participación en el cuarteto de Liverpool. Sus viajes a la India, el mantra, su relación con Ravi Shankar o el concierto para Bangladesh son aspectos clave para conocer el lado más espiritual de Harrison. “La meditación le absorbió”, comenta Pattie Boyd, su primera mujer.

No podía faltar la historia de uno de los triángulos amorosos más conocidos del rock: el formado por George Harrison, Pattie Boyd y Eric Clapton. Mano Lenta afirma en la película que se sentía como Lancelot en Camelot cuando se enamoró de la mujer de su mejor amigo y que Harrison “se portó como un caballero” al darle carta blanca con Boyd. Por otro lado, su segunda mujer, Olivia Harrison, recuerda, entre otras cosas, el día que su marido fue apuñalado en su propia casa y relata de forma emocionante los últimos días de George en su lucha contra el cáncer.

Aparte de hablar de la música, las creencias y la vida sentimental de Harrison, Scorsese entrevista a dos Monty Phyton: Eric Idle y Terry Gilliam. Ambos recuerdan que gracias a George Harrison pudieron realizar su polémica película “La vida de Brian” (1979) debido a que el Beatle hipotecó su casa para poder financiar el rodaje.

El director Terry Gilliam describe a Harrison como un hombre “atrapado en dos mundos: uno material y otro espiritual”. Así fue el hombre que se escondía tras George Harrison y que Martin Scorsese ha sabido retratar con éxito: un personaje con una dualidad. Un hombre que aunque subió a la cima gracias al grupo de rock más importante de la historia, logró la felicidad cuando se encontró a sí mismo en la espiritualidad.

El documental, al igual que la vida de George, tiene altibajos. Las partes dedicadas a su experiencia musical y las declaraciones de los implicados resultan mucho más interesantes que los fragmentos que hablan de la religiosidad de Harrison y que llegan a resultar demasiado densos en ocasiones. Aunque, sin duda, la película es recomendable tanto para los seguidores del cuarteto como para aquellos curiosos que quieran conocer un poco más la figura del Beatle más desconocido. “Soy más normal que la gente normal”, así se definió el músico en una de las entrevistas de archivo; sin embargo, Martin Scorsese ha sabido retratar con cariño, respeto y admiración la vida de un hombre excepcional.

Después de The Band, Bob Dylan, The Rolling Stones y George Harrison solo cabe hacerse una pregunta: ¿quién será la próxima estrella de rock que pase por la cámara de Scorsese?

Anterior entrega de cine: “Melancholia”.

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