Los doce mandamientos de Asfalto

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Se acaba de editar un álbum de tributo a Asfalto, «Seres urbanos». Primer homenaje que recibe la legendaria banda madrileña. Veinte grupos y solistas han releído con ojos contemporáneos el repertorio más célebre de los pioneros del rock urbano para volcarlo en un disco cuyos beneficios irán destinados a Intermon Oxfam. Josemi Valle (autor de la aún inédita biografía de Asfalto), desgrana aquí las doce canciones más emblemáticas del grupo.

 

Texto: JOSEMI VALLE.

 

1. ‘Días de escuela’, 1977

Si hubiera que elegir la canción más popular de Asfalto, creo que ‘Días de escuela’ se alzaría con el título. Su notoriedad mantiene simetría con su calidad. Es la gran canción de Asfalto. Un recorrido por la pedagogía lamentable del franquismo y su autoritarismo cotidiano que no dudaba en divulgar que la letra con sangre entra. La letra y todo lo demás. Es un canto absoluto a la libertad sin caer ni en el panfleto ni en la sensiblería. Una canción perfecta. El propio grupo la releyó en 1987 dotándola de más nervio guitarrero y acercándola a los estándares sonoros de Dire Straits, en aquellos años auténticos monarcas del orbe rockero. A mí me gusta mucho así. José Luis Jiménez y Lele Laina volvieron a releerla en 2004 con resultados igualmente fantásticos. En 2009 Asfalto la registró en su disco en directo, compartiéndola coralmente con el público. Topo también la ha recuperado para lo que será su segundo disco en directo. Es la canción estandarte del grupo.

 

 

2. ‘Capitán Trueno’, 1977

Himno libertario encarnado en el legendario Capitán Trueno. Se trata de un héroe del cómic de los años sesenta, coetáneo ficticio de Ricardo Corazón de León en el siglo XII, siempre acompañado de Crispín, Goliat, y ocasionalmente de su novia Sigrid, la hermosa reina de la isla de Thule. La canción la escribió José Luis Jiménez en pleno atasco en Madrid. Se sintió tan desesperado en mitad de aquella manada de carrocerías que lanzó un grito agónico en el que para salir de allí demandaba la ayuda del Capitán Trueno. La idea original dio paso a una interpretación más genérica y de sugerente justicia al solicitar la presencia del héroe del cómic porque «el mundo está al revés». A nadie del grupo le gustó cómo quedó la grabación del tema. Sonaba sin fuerza y sin guitarras potentes. La introducción con la flauta que tiempo después se hizo popular entre el rockerío inicialmente fue pensada como una abertura de orquesta. Tanta fatalidad no impidió que la compañía la eligiera como single. Cuando los Asfalto reciben la noticia de que esa canción será la que les tutele en las emisoras están persuadidos de que acaban de enterrar al grupo. ‘Capitán Trueno’ se convirtió en un hit en 1978. Curiosamente el bipartito Asfalto/Topo la han grabado en sus respectivos directos de 2009 y 2011.

 

 

3. ‘Ser urbano’, 1977

Las grandes migraciones rurales de los sesenta transformaron los núcleos urbanos en lugares de hacinamiento y desarraigo. Madrid y su cinturón periférico trajeron un nuevo ciudadano ya exento de sedimentación rural: el hombre que nace y vive en entornos urbanos. Por primera vez en la historia de la humanidad más de la mitad de la población mundial vive en ciudades o en vastas regiones metropolitanas, pero hace solo unas décadas no ocurría así. Asfalto retrató a la perfección la irrupción de ese cambio. La ciudad es  un constructo fundamental que determinará y mutará no solo el perímetro de nuestra vida cotidiana, sino también la comparecencia de una determinada manera de encarar las relaciones personales, el trabajo, el tiempo no remunerado, nuestra amistad o enemistad con la perspectiva de futuro. La canción sugería todo este incipiente universo y de paso servía para bautizar el sonido de Asfalto y grupos con los que compartía vecindad sonora. Rock urbano. No confundir con el actual rock kalimotxero y a la brava que hace un uso equívoco del noble apellido.

 

 

4. ‘Rocinante’, 1977

Idílica ensoñación firmada por José Luis Jiménez. Inicialmente era un extracto de una ambiciosa ópera rock, pero las cosas en aquel 1977 dieron un giro inesperado. Asfalto tiene que entrar precipitadamente al estudio de grabación para registrar un LP y no dispone de demasiado material. La ópera no está aún apuntalada y tampoco tienen canciones. La solución fue casi imperativa. La ópera se desmenuzó y algunos de aquellos fragmentos lograron tener entidad propia como para erigirse en canción. Rocinante fue uno de los más logrados. Es uno de los temas más conocidos del grupo. La balada por antonomasia. Escapismo onírico y tirón de orejas al progreso mal entendido.

 

 

5. ‘El viejo’, 1978

Gran canción dedicada a esos ancianos o gente precipitadamente mayor que la Guerra Civil y el inevitable y cruel tiempo de posguerra convirtió en traperos. Ahora los denominaríamos sin techo o «homeless». El texto es desolador. Oírlo es sentir el frío, la tristeza, la penuria, la soledad, la decrepitud, todos esos elementos que concurren cuando todo un país se ha suicidado por culpa de un loco. La exquisita mano de Jorge Banegas colorea el tema con un teclado maravilloso. Es lo que evita que sea una canción en blanco y negro, como las películas de posguerra en los cines de barrio. El tema pertenece al repertorio habitual de Asfalto. Fue releído con acierto en 1987 para el autohomenaje que el grupo se dio así mismo. Un clásico.

 

 

6. ‘La otra María’, 1979

Esta canción pertenece a esas cuatro o cinco de obligada presencia en cualquier antología de la banda. Sin embargo, siempre ha vivido un inmerecido destierro del cancionero habitual de Asfalto. Quizá porque la letra habla de un mundo que nos resulta lejanísimo. La canción narra el encuentro de dos personas después de haber vivido vidas paralelas. Es la historia de toda una generación que encontró en The Beatles, Dylan, Donovan, Rolling Stones, señales de identidad, nuevos horizontes, posibilidad de dar un golpe de timón a un mundo acartonado llevando la imaginación al poder. Todo encarnado en María y en la consiguiente decepción nacida de la certeza de que la realidad es un muro en el que la ilusiones se empotran. Pero el tema no rezuma frustración. Hay orgullo de haber elegido lo que se consideró mejor en aquel momento.

 

 

7. ‘Déjalo así’, 1981

Delata muy bien la controvertida tierra de nadie sonora en la que se movía el grupo en aquellos años de ortodoxia rockera. Hay que recordar que un integrismo recorría la cultura musical española de principios de los ochenta. La pertenencia a una tribu te obligaba a repudiar las creaciones de las otras tribus. Los Asfalto no se decantan por ningún clan. No sabían si orientarse hacia postulados sonoros más duros (el heavy rock empieza a obtener gran cobertura mediática) o hacia propuestas más apaciguadas (la new wave eclosiona ese año). Al final deciden que sea la propia música que emana en los ensayos la que decida por sí misma. Lo dejan así y así lo explican en esta canción. Desgraciadamente ni unos ni otros lo entendieron, pero a vista de águila se puede aprender la lección. Si te quieres sentar en dos sillas a la vez, es probable que acabes patas arriba en el suelo.

 

 

8. ‘La paz es verde’, 1983

A principios de los ochenta se exacerbó la conciencia ecológica. Asfalto fueron de los primeros en llevarla a sus canciones. Ya en el disco anterior habían dedicado un tema al Rainbow Warriors, el barco insignia de Greenpeace que mientras intentaba frenar una cacería de ballenas fue detenido por el gobierno español y recluido en la base naval de El Ferrol. Esa vitola de ecologistas aumenta con la llegada al grupo de Miguel Oñate, un tipo con presencia hippy y una voz espectacular. ‘La paz es verde’ emana compromiso por una ética que respete el entorno, casi responsabilidad social para cuidar el planeta. Años después una candidatura ecologista lo utilizó sin permiso para una campaña electoral. También se capta el endurecimiento del sonido. El rock duro y el heavy eclosionan en España y Asfalto decide pasar por allí puesto que todos los semáforos están en verde.

 

 

9. ‘Más que una intención’, 1983

Una de las canciones emblemáticas de la banda y uno de sus momentos creativos más elevados. Se trata de toda una declaración de principios. Julio Castejón imaginó el tema después de un concierto en la plaza de Toros de Santander, cuando Asfalto todavía era un cuarteto pero ya estaba pactada la entrada de Miguel Oñate como cantante solista. Conducían camino de vuelta a Madrid. Aquella noche de octubre habían teloneado a Felipe González. Estamos en plena campaña electoral de 1982. Días después el PSOE arrasa en las elecciones con 202 escaños y González será elegido Presidente del Gobierno. Aquella noche Julio Castejón recuerda que aunque tocar en un grupo es un empleo precario para vivir, la música es lo que le hace estar vivo. Esta idea es la que recorre esta canción antológica. Mago de Oz la versionó en 2004. Gracias a esa revisión la generación mp3 oyó por vez primera hablar de Asfalto.

 

 

10. ‘Desaparecido’, 1984

Himno a favor de la dignidad, esa ficción con la que los seres humanos nos hemos dotado por el hecho mismo de serlo para elevarnos sobre nosotros mismos. La dignidad es un valor que debemos proteger ante nuestra propia naturaleza depredadora. La canción apunta sin nombrarlos a los desaparecidos de la dictadura de Videla y Pinochet, dos generales especialmente apegados a las conductas genocidas que plagaron de cadáveres y dolorosas ausencias las calles de Argentina y Chile. Originariamente el primer boceto de la letra iba dirigido a los ochenta jóvenes fallecidos en el fatídico incendio de la discoteca Alcalá 20 en Madrid en diciembre de 1983. Desaparecido encarnaba el grito agónico de alguien que busca a un amigo entre las llamas, el humo y la desesperación colectiva y al no encontrarlo por ningún lado se teme lo peor. Pero al final quedó así.

 

 

11. ‘Lo que el viento no se llevó’, 1990

Es una de las canciones más emblemáticas del grupo por varios motivos. La canta el fallecido Terry Barrios, cuando formó parte del grupo aquel 1990. Dos años después, con 38 años, murió. La canción transparenta muy bien la condición de acreedores que sufrió toda una generación de músicos de los setenta. Gente que consiguió la dignificación y normalización del rock y que sufrió la posterior indiferencia cuando el rock dejó de ser patrimonio de minorías demonizadas. Los Asfalto del siglo XXI eligieron este tema para despedir Por fin vivos, el doble directo de 2009, acompañados de un elenco de músicos de la época. Canción muy emotiva que rubrica José Luis Jiménez. Respira por todos sus poros su reconocible sello.

 

 

12. ‘Espera en el cielo’, 1994

Tema firmado por Julio Castejón. Pertenece al «El planeta de los locos», de 1994, el vinilo con el que la formación histórica volvió a reunirse de nuevo para cerrar con un candado de oro el natural ciclo biológico del grupo. Con ellos nació Asfalto y con ellos parecía que había fenecido. Castejón resucitó la banda en 2008, pero este trabajo confirma el final indefectible de Asfalto con la formación inaugural (también la posibilidad de cualquier futura reunión, estampa muy añorada en el imaginario de la militancia). Visto retrospectivamente resulta delator señalar que los cuatro Asfalto de toda la vida solo han grabado juntos la ópera prima y este disco, que durante muchos años ostentó el título de último. La canción se sustenta sobre un riff de guitarra marca de la casa: hermoso pero tímido, como si se avergonzara por pedir un momento de atención. El tema está dedicado al fallecido guitarrista Paco Palacios. Quizá algunos no lo conozcan, pero fue uno de los guitarras del «Rock&Ríos». Eso son palabras mayores. Pero su dedicatoria no es explícita, de tal modo que es un tema que sugiere el inmenso boquete que se abre en el pecho cuando un ser querido es deportado del reino de los vivos. Hermosa pieza anidada en un disco que no baja del sobresaliente.

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