Jesús de la Rosa: El poeta de la calle Feria, la voz de Triana

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En la foto, de izquierda a derecha, Jesús de la Rosa, Tele y Eduardo Rodríguez Rodway.

 

 

«La grabación del primer single fue maravillosa e impresionante. Nos dimos cuenta de que estábamos en un nuevo camino musical, descubriendo la nueva música española con identidad propia, dejándonos de tópicos, dejando que esa música creciera y con la maravillosa voz de Jesús»

 

Recordamos con este texto de Charly Hernández la figura de Jesús de La Rosa, nombre siempre unido al del grupo Triana, esencial en la historia del rock andaluz. Un creador de talento que se dejó la vida en la carretera.

 

Texto: CHARLY HERNÁNDEZ.

 

A pesar del caluroso amanecer, la brisa y el rumor del viento hacen acto de presencia en el campo santo de Villaviciosa de Odón. Allí descansan Jesús de la Rosa Luque y Juan José Palacios Orihuela “Tele”, cantante y batería de Triana, respectivamente. Reposan flores, sempiternas candelas a medio derretir y algunos recordatorios que dejan los visitantes con mensajes para el recuerdo. “Necesito agarrarme a la cola del viento, para poder volar…” aparece grabado sobre el granito de la lápida de “Tele”. Unos metros más allá, en un desgastado mármol blanco, los mensajes hacia Jesús se hacen visibles en dos velas de barro junto a su foto; una reza “Tan sólo el poeta sabe que esa noche lloró porque el firmamento sabe que esa noche murió”; la otra, “Para un poeta, ‘El grande’”. A través del aire se perciben las canciones del trío andaluz, un recuerdo imborrable para la memoria de generaciones que sintieron dichas composiciones como suyas, haciéndolas parte de su banda sonora personal. El silencio y el respeto reinan confluyendo en un mismo sentimiento. ¿Qué recuerdo queda de Jesús de la Rosa?

Remontémonos a la juventud de Jesús de la Rosa, nacido el 5 de marzo de 1948, en el número 143 de la sevillana calle Feria, en el seno de una familia humilde y trabajadora. Hijo de Emilio y Concepción, es el menor de ocho hermanos y a la temprana edad de trece años ya trabaja como platero, además de aprendiz de mecánico que dedica su tiempo libre a cantar allá donde puede. En 1967 recala en Nuevos Tiempos, grupo musical fuertemente influido por el rock anglosajón que entra en España gracias a las bases americanas y del que forman parte –entre otros– Gualberto García, Manolo Rosa y Rafael Marinelli. En el repertorio hay sitio para versiones de The Beatles, Cream o The Doors, con Jesús encargándose de cantar las canciones de estos últimos. Logran grabar un único disco en Barcelona con temas como ‘Cansado me encontré’, ‘Sitting in my old way of home’ o ‘When I try to find right’.

Es en esta etapa donde su habilidad con los teclados comienza a fraguarse. Como curiosidad, mencionar que Jesús empieza tocando los teclados de Marinelli únicamente con un solo dedo. En Madrid, y en los albores de los 70, mientras cumple el servicio militar como soldado gastador, aprovecha cualquier oportunidad para entrar en algún grupo, llegando a probar fortuna con Los Bravos, aunque no tuvo suerte debido a que su “deje” aflamencado no entraba dentro de los cánones comerciales del grupo pop.

Caminando dando palos de ciego entra en Tabaca, banda formada por el que fuera componente de Los Payos y más tarde de Triana, Eduardo Rodríguez Rodway, a quien acompañan Emilio Souto y Carlos Attias, bajista de Miguel Ríos. El fugaz pero significativo aporte de Jesús queda registrado en el tema ‘Soy así’. Ahí empieza a formarse –sin quererlo– el embrión de Triana.

Eduardo Rodríguez Rodway habla de ese primer encuentro con Jesús: “Jesús de la Rosa, buen compañero y amigo, aparece por mi casa de Madrid un día. Cuando abrí la puerta me di cuenta de que estaba delante de un tipo genial, como persona y como artista. En ese momento quería terminar mi proyecto con Tabaca, al cual Jesús entró a formar parte y grabamos un disco con el que después no pasó nada. Inmediatamente nos pusimos a trabajar con el proyecto de Triana.”

Y es en este punto donde la leyenda nace. Emilio Souto entra en la banda de Moncho Alpuente Desde Santurce a Bilbao Blues Band, por lo que Eduardo y Jesús deciden hacer algo juntos, vuelven a Sevilla y se les unen Juan José Palacios “Tele” y Manuel Molina. Prácticamente la formación está estructurada, pero, finalmente, Manuel no encaja y abandona el proyecto para formar Lole y Manuel, aunque antes le daría tiempo de firmar junto a Tele ‘Todo es de color’, una canción que pasaría de puntillas por el primer LP de Triana pero que sería un éxito en voz de Lole y Manuel. Otro artista que pudo haber formado parte de Triana fue Antonio García de Diego, posterior compañero de fatigas de Joaquín Sabina.

En esa época, Jesús de la Rosa utiliza un magnetófono para grabar en casa de Eduardo algunos bocetos de canciones que, a la postre, servirían para confeccionar un disco póstumo de rarezas e inéditos que vería la luz en 1986 titulado “Tengo que marchar”. ‘Rock de la calle Feria’, ‘Pájaro de alas blancas’, ‘Una esquina cualquiera’, ‘Jueves por la mañana’, ‘Una noche clara’, ‘From the other side’ y ‘Ser feliz’ compondrían el «track list».

 

 

Mientras CBS, el sello que posteriormente editó a una parte de los grupos del rock andaluz, pierde la oportunidad de fichar a Triana, Gong (filial de Movieplay) sí se hace con los servicios de la banda a través de Gonzalo García-Pelayo. Autofinanciados y con ayuda de Teddy Bautista, graban en los madrileños estudios Kirios un primer single que recoge ‘Recuerdos de una noche/Bulerías 5×8’ y ‘Luminosa mañana’. Este momento es recordado por Eduardo como clave en la historia de Triana: “La grabación del primer single fue maravillosa e impresionante. ‘Luminosa mañana’ y ‘Recuerdos de una noche (bulerías 5×8)’, esa era nuestra tarjeta de presentación. La verdad es que nos dimos cuenta de que estábamos en un nuevo camino musical, descubriendo la nueva música española con identidad propia, dejándonos de tópicos, dejando que esa música creciera y con la maravillosa voz de Jesús. Tengo recuerdos muy gratos en todas las grabaciones.”

Finalmente, en 1975 se edita el debut titulado “El patio”. Un disco mítico, álbum de cabecera para generaciones venideras de amantes del rock andaluz, que brillaría junto a “Hijos del agobio”, segundo trabajo, editado en 1977, donde se les unía Manolo Rosa (Nuevos Tiempos, Alameda) para encargarse del bajo. Tanto el primero como el segundo LP contienen las canciones más exitosas de la formación. ‘Abre la puerta’, ‘Sé de un lugar’o ‘En el lago’ en el primer plástico y ‘Sr. Troncoso’, ‘Rumor’, ‘Sentimiento de amor’ en el segundo, catapultaron a Triana hacia el reconocimiento nacional, aunque debido a la poca promoción, su fama se movió por el boca a boca. Las giras eran más amplias y, por ende, más tiempo pasaban juntos en la carretera. Momento crucial para la convivencia de un grupo. Rodway comenta: “Los viajes eran una aventura, malas carreteras, siempre con carencias. Ese Puerto de Pajares en el que nos quedamos dos veces atrapados, esos viajes a Galicia… Hubo de todo, muchas anécdotas y también muchas risas. El mejor momento era la hora de comer, siempre en buenos restaurantes
y con buenos vinos. La música que escuchábamos eran Triana, Jimi Hendrix, Camarón, Ray Charles, Eric Burdon, Paco de Lucía…”

En 1978, los planes empiezan a funcionar. Algunas discográficas copian la táctica de Gonzalo García-Pelayo, y nacen filiales de grandes sellos para sacar a la luz a grupos emergentes del rock nacional. Un año después sale “Sombra y luz”, con el que alcanzan un mayor reconocimiento y las radios nacionales empiezan a pinchar las canciones del trío. ‘Quiero contarte’ o ‘Una historia’, son temas que contaban con un gran peso lírico y virtuosismo instrumental al que se añaden las guitarras de Pepe Roca, perteneciente al grupo de rock Alameda. Madrid y Barcelona ya no eran las únicas fuentes musicales de una España en transición, Sevilla –plaza fuerte del «underground» desde los primeros 70– se colocaba en el mapa gracias a grupos como Triana, quienes a pesar de esto, deciden mudarse a Villaviciosa de Odón, pueblo cercano a la capital que se convierte en el puesto de mandos de Jesús, Tele y Eduardo.

Llegan los discos de oro y platino por la nada despreciable cifra de 300.000 copias vendidas, que, para entonces, era un número increíble. Se suceden las múltiples apariciones en televisión, como aquel mítico reportaje en «Popgrama», presentado por Carlos Tena y Diego A. Manrique, donde el grupo pasea por el sevillano barrio de Santa Cruz, o el «Musical Express» de Ángel Casas. Centenares de shows donde cabe rememorar el gran y mítico concierto del Parque de Atracciones de Madrid, el 30 de Septiembre de 1979, ante 35.000 almas que abarrotaban el recinto. Si para “Sombra y luz” contaron con el apoyo de la guitarra de Pepe Roca, para este evento y siguientes trabajos de estudio tuvieron el aporte de las seis cuerdas de Luis Cobo “Manglis”, sevillano nacido en el barrio de Triana y músico histórico de bandas representativas como Gong y Guadalquivir, entre otras. Manglis repasa aquel concierto: “Ver el Parque de Atracciones con 35.000 personas rebozando hasta la bandera, para mí fue un alucine total, el grupo veía así como Madrid entregaba a Triana todo el calor y el reconocimiento por la música del grupo después de tantos años.”

Por su parte, Eduardo Rodríguez relata: “Nosotros hacíamos como un corrito. Tele en medio y Jesús a la derecha, yo a la izquierda. Se establecía la magia y todo rodaba muy bien, había una intercomunicación entre los tres bestial, nos mirábamos en lo profundo de la música. Era impresionante, fluía ese duende tan especial que tiene Triana. De El Parque de Atracciones, yo estaba muy feliz, lo mismo que mis compañeros. Era una reivindicación que el público nos dio, de que lo nuestro les gustaba y apoyaban esa música. Fue uno de los mejores días de mi vida.”

La trilogía formada por “El patio”, “Hijos del agobio” y “Sombra y luz” dejó el listón muy alto,  por lo que la presión de cara a un nuevo álbum era notable. “Un encuentro” sería su disco de 1980. Enfocado hacia un público más amplio, el nuevo sonido del cuarto LP se zambullía en el pop, quizá más tranquilo, pero pop al fin y al cabo. De hecho ‘Tu frialdad’, ha sido gracias a la radio, uno de los himnos más manidos de Triana. Aunque algo decepcionante en contenido, hay piezas de gran belleza, como ‘Un nido en mi ventana’ o ‘Cae fina la lluvia’ (otro éxito radiofónico), canción que ya registró Jesús de la Rosa en aquellas grabaciones caseras bajo el título de ‘Tengo que marchar’. Ese mismo año saldría el primer recopilatorio con motivo de la celebración de los cinco años de la banda.

El penúltimo artefacto llega a las tiendas en 1981, es bautizado homónimamente y sería el inicio de la peor época de Triana. ¿Experimentaban con otras fórmulas? ¿Se estaban alejando del sonido inicial? Esas y otras preguntas surgen entre los incondicionales del grupo. Desde luego, ya no sonaban a los primeros Triana, se encontraban en la cresta de la ola. Se convirtieron en un producto que vendía de manera masiva y, como tal, debían acercarse a todos los públicos. El mejor ejemplo es ‘Corre’, canción que cierra el disco. Poco se puede salvar más allá de ‘Una noche de amor desesperada’ y ‘Por el camino’.

1982 sería un año de vacío para los andaluces, que ya estaban lejos de su cenit creativo mientras soportaban una época de desgaste. Las actuaciones en directo escaseaban, siendo la más destacada la que dieron en la campaña del PSOE. 1983 fue el año de “Llegó el día”, que con título premonitorio cierra el ciclo de manera solemne, tratando de retomar el control del timón. Los textos encierran un aura de misterio, hecho tal vez magnificado por la repentina muerte de Jesús unos meses más tarde, aunque leyendo las letras de canciones como ‘Desnuda la mañana’ o ‘Llegó el día’ uno no puede evitar unir lazos:

«Ahora siento que llegó el día, que tengo ganas de vivir, de atravesar los muros y ruinas que aunque pase el tiempo están ahí, y florecer como un hombre nuevo sin miedo a las tragedias por venir.»

¿Cómo se vivían aquellas últimas grabaciones? ¿Qué ambiente reinaba entre los músicos? Manglis recuerda con nostalgia como eran aquellos últimos días: “Las sesiones de grabación con Triana fueron bastante agradables y positivas. Jesús me dejaba que grabara mis guitarras encima de las bases y a mi libre inspiración, creo que fue bastante acertada mi colaboración en el tema ‘Desnuda la mañana’ del disco «Llego el Día». Eran grandes artistas y grandes personas, mucho más que amigos éramos una familia. Los tres años de gira con Triana los llevaré siempre grabados en mi corazón, por la gran calidad humana y artística que Jesús, Eduardo y Tele tenían conmigo, ya que compartí como uno más habitaciones de hotel, comidas y viajes. Éramos cuatro, nunca vi diferencia, por eso les estaré eternamente agradecido. Jesús de la Rosa era todo nobleza y bondad, un grandísimo compañero.”

 

Triana da sus últimos coletazos en directo, concretamente con los conciertos que ofrecen por Cataluña, los cuales esconden más de una historia. Jesús empezaba a plantearse un camino por sí solo y entre esos planes se encontraba apadrinar al grupo de rock catalán Patria. Todo vino por un concurso que montó una discoteca de Granollers. El ganador sería compensado con una curiosa cantidad económica y, además, tendría la posibilidad de tocar con Triana en el concierto que se celebraría en el pabellón de la misma ciudad. Paralelamente, Patria llegó a las finales del programa de TVE, “Gente joven”. La misma semana que tocaban con Triana en Granollers emitieron en TVE el programa con la actuación. Grabaron un jueves, actuaron el sábado de esa misma semana con Triana y el domingo emitieron el programa donde tocaron una canción propia y versionaron, ‘Recuerdos de una noche’. Esa misma noche, Jesús de la Rosa se pone en contacto con Agustín Bueno Bautista, guitarra y componente de Patria: “Justo después de emitirse el programa Jesús llamó al entonces único teléfono que teníamos, el de la casa de mis padres. Precisamente allí estábamos viendo el programa. La llamada fue muy emocionante. A Jesús le gustó mucho la versión y nos habló con muchísimo cariño. Quería mantener el contacto con Patria para colaborar con el grupo, supongo que siendo teloneros o algo así. Por esas fechas estábamos negociando ya con Ariola. No olvidaré jamás la amabilidad de Jesús en esa llamada y el cariño con el que escuchó nuestro trabajo. Ariola se interesó por nosotros. Nos habíamos movido mucho y ya en Cataluña empezábamos a sonar. No éramos conocidos pero empezábamos a ser contratados. Te llamaban más que lo que llamabas tú, y eso era bueno. A raíz de los conciertos con Triana y, sobre todo, después de la conversación con Jesús tras aparecer en TVE, entablamos una buena relación con él. Le habíamos gustado y quería seguir colaborando con Patria, echarnos una mano una vez se materializara el compromiso de Ariola. Es increíble que alguien así te quiera ayudar. No dejó de decir en el poco tiempo que coincidimos, que le gustaba lo que hacíamos. El problema es que no tuvimos tiempo de seguir trabajando porque pasó la desgracia del accidente.”

Finalmente, Patria tocaría ya no solo en el concierto de Granollers, sino en los tres restantes que realizó Triana por Cataluña, compartiendo alojamiento, viaje, equipo e incluso componentes, pues Agustín Bueno llegó a tocar la guitarra con ellos en algún que otro show de esa gira. Él mismo lo recuerda: “A  nosotros nos dio el subidón al poder tocar con Triana en un mano a mano, porque entonces Triana era el no va más. Recuerdo que Tele tuvo problemas con su batería y tuvimos que dejarle parte de la nuestra. Teníamos equipo propio pero, evidentemente, para esa ocasión alquilamos uno más potente porque no queríamos quedarnos muy atrás de Triana, que evidentemente tenía un equipazo de sonido. Nosotros probamos y sonó genial, pero subieron ellos y aquello sonaba de maravilla. Tan bien sonaban que fuimos al técnico de la mesa para que nos subiera porque pensábamos que íbamos a quedar atrás en sonido. Compartimos camerino, cenábamos juntos, tocábamos para calentar motores antes del concierto… ¡Fue increíble! Fueron unos compañeros geniales, no parecían de otra galaxia, al menos con nosotros, y sin embargo estábamos con el mejor grupo del momento. En las pruebas de sonido nos mezclamos un poco pero ellos tenían a un guitarrista muy bueno [Manglis]. Era un grupo que cumplía muchísimo sobre el escenario, tenían mucho nivel. Con ellos me subí en alguna ocasión y era emocionante, pero una vez te subes a tocar, y más con Triana, estás por la música. Ese momento lo disfruté al máximo sin pararme a pensar demasiado. Es luego cuando te das cuenta del regalo que fueron todos esos momentos.”

La gira continúa y el 12 de Octubre de 1983 se detiene en el velódromo de Anoeta de San Sebastián para participar en la celebración de un festival benéfico por las víctimas de una riada que ese mismo verano había asolado el País Vasco. Triana comparte cartel con Derribos Arias, Alaska y Dinarama, Nacha Pop, Mecano, Orquesta Mondragón y Joan Manuel Serrat. Cada componente viaja por separado en sus coches particulares para, tras el concierto regresar a Villaviciosa de Odón. O así es como debería de haber sido… Manglis hace un ejercicio de memoria para relatar este capítulo de la historia de Jesús.

“Me acuerdo como si hubiera sido ayer. Fuimos a San Sebastián, al Velódromo Anoeta. Tocamos esa noche junto a varios grupos, después nos fuimos a tomar algo con los músicos de la Mondragón, Javier Gurruchaga incluido, y me acuerdo que Jesús se tomó una copa y se fue al hotel, porque quería salir temprano de vuelta para Madrid, ya que tenía ganas de ver a su hija recién nacida, Jimena de la Rosa, que tenia veinte días. Nos quedamos Tele, Eduardo, yo y el manager. A la mañana siguiente, nos levantamos un poco tarde y Jesús dijo que se marchaba a Madrid en su coche junto con un amigo del grupo [Javier Osma]. En este viaje íbamos: Jesús y este amigo en el coche de Jesús, Eduardo con el manager en el coche de Eduardo y Tele y yo en el coche de Tele. Jesús tuvo el accidente sobre las 18:00 horas, y cuando nosotros pasamos por el lugar dos horas más tarde no había ni rastro del coche, nada de nada, nos enteramos cuando llegamos a casa de Tele en Villaviciosa de Odón, su mujer Janet nos dijo que Jesús había tenido un accidente y que estaba en un hospital de Burgos. Horas más tarde, sobre las cuatro de la mañana, nos dieron la mala noticia de que había fallecido.”

En aquel último concierto sonaron ‘En el lago’, ‘Recuerdos de una noche’ y ‘Tu frialdad’, hasta un total de nueve canciones. La última vez que se escucha en directo a Jesús es con ‘Abre la puerta’, canción que cerró el recital. Al atardecer del día siguiente, la carretera arrebataba la vida de Jesús con tan sólo 35 años. El Citroën BX con matrícula M-4643-FJ que conducía colisionó contra una furgoneta proveniente de Santander. Su acompañante y amigo, Javier Osma, resultaba herido pero la voz de Triana fue ingresado en la UVI de la residencia sanitaria General Yagüe con carácter urgente, y aunque entró por su propio pie, el peso de los teclados que llevaba en la parte de atrás del automóvil le había provocado heridas fatales. Tras varias intervenciones quirúrgicas, los médicos no pudieron hacer nada más por salvar su vida. Jesús de la Rosa Luque sería enterrado días más tarde en el cementerio de Villaviciosa de Odón. Se desvanecía el poeta de la calle Feria, pero no su recuerdo y figura, siempre recordada por amigos, familiares y seguidores.

“Tengo un recuerdo imborrable en mi mente de Jesús de la Rosa, tuve unas sensaciones únicas, con ese halo de misterio y magia que llevaba Jesús. Perdí al amigo, al poeta, al músico y medio corazón se me quedó roto. Su calidad como persona era de otros mundos. Era grande como humano y como artista.” confiesa Eduardo Rodríguez. Luis Cobo “Manglis” también expresa sus sentimientos hacia el músico: “Jesús ‘El Grande’, como le decíamos cariñosamente, era una gran persona, y con un carisma sin precedentes como artista. El haber tenido la suerte de compartir tres años de la historia del grupo y de haber tocado la guitarra en los temas de Jesús, me han y me seguirán llenando de orgullo mientras viva, y siempre les estaré eternamente agradecido.”

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