Rockola, Discos. 30 de abril de 2010

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«Vibrante, heterogéno y guitarrero, las doce canciones que conforman “Solo Rot” son doce temas que encajarán a la perfección entre los clásicos que suele abordar en directo. Sí, el grueso de “Solo Rot” no desentonará junto a sus joyas solistas ni junto al repertorio de Los Rodríguez y Tequila»

Ariel Rot
“Solo Rot”

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Que quede claro: El nuevo disco de Ariel Rot es un disco de rock. Mejor olvidarse de ese equivocado single que ha sido ‘Papi dame la mano’ y centrarse en un trabajo que, desde ya, se sitúa entre lo mejor de la trayectoria solista de Rot, a la altura del hasta ahora insuperable “Cenizas en el aire”. Con tal comparación, sus seguidores podrán hacerse una idea de la inspiración que rodea a cada una de sus canciones. Para los ajenos al trabajo solista de Ariel, decir que este es uno de esos álbumes que quedarán grabados con letras doradas en su discografía.

Vibrante, heterogéno y guitarrero, las doce canciones que conforman “Solo Rot” son doce temas que encajarán a la perfección entre los clásicos que suele abordar en directo. Sí, el grueso de “Solo Rot” no desentonará junto a sus joyas solistas ni junto al repertorio de Los Rodríguez y Tequila. ¿Exagerado? En absoluto. Pulsad play y ya veréis qué arranque. ‘Una vida equivocada’ es puro Rolling Stones, igual que ‘Problemas’ (¡su ‘Starfucker’ particular!).

Claro, que también hay pop, de ese que engancha con fuerza, del que suele firmar el músico (‘Dulce mirada’, tan ligera como certera). Pero Ariel siempre deja hueco en sus discos a otros géneros menos explotados en su carrera, siempre deja espacio para ejercicios musicales bien resueltos. Esta vez llegamos al jazz vocal con ‘Dandy’, a Nueva Orleans de la mano de ‘Nena me enseñaste a amar’ y al blues sucio con el que es el mejor tema de los doce, ‘Manos expertas’, la joya de la corona.

Como complemento a la edición en CD (también se ha editado en vinilo) se incluye un DVD con cuatro temas en acústico que son una delicia. Bonus que redondea un trabajo del que Rot debe sentirse francamente orgulloso.
JUANJO ORDÁS.



Pat Metheny
«Orchestrion»

WARNER

Pat Metheny se ha ingeniado un buen sistema para mantener de una forma muy competitiva su eterna pasión por la música electroacústica y contemporánea, sin tener que espantar por ello a sus numerosos fans del jazz. La orquesta con la que toca en esta singular obra no es de carne y hueso, sino formada por una decena larga de instrumentos mecanizados, fabricados para él por unos cuantos ingenieros (eso sí, todas estas marimbas, vibráfono, batería, percusión, campanillas, frascos de cristal y hasta piano son capaces de acompañar sus improvisaciones en tiempo real gracias a un ocurrente entramado de “interfaces”). Probablemente nadie que no hubiera visto el EPK o la impactante foto que muestra la edición del álbum no se habría dado cuenta más allá de la música.

Y aquí está su mérito: ser capaz, a pesar del formato, de grabar un trabajo tan repleto de momentos de excelente calado emocional que tanto honor hacen a su nombre. Él reconoce que la idea no es muy original y que las vanguardias del siglo XX ya pasaron muchas veces por aquí, pero insiste en que nadie le había sacado antes un partido tan óptimo puesto que es ahora cuando el jazz goza de una avanzadísima personalidad en términos de tímbrica y dinámica.

Probablemente lo más parecido que ha hecho al Pat Metheny Group sin el Pat Metheny Group. Una brillante genialidad.
GERNOT DUDDA.



Bigott
«This is the Beginning of a Beautiful Friendship»

GRABACIONES EN EL MAR

Bigott es el seudónimo bajo el que se esconde el creador aragonés Borja Laudo. He utilizado la palabra creador y no músico conscientemente, porque hay artistas que trascienden los estilos musicales conocidos, definidos y aceptados por todos para dar forma a un universo propio, un estilo propio, difícil de clasificar. Para unos, estos artistas son unos bichos raros, unos chiflados o unos marcianos. Para otros, unos genios. Bigott es uno de “esos” creadores y «This is the Beginning of a Beatiful Friendship», su cuarto disco en cuatro años es la prueba palpable, definitiva, de ello. Bigott domina, o mejor domestica, hasta que comen en su mano, los lenguajes del pop, el folk y la psicodelia. Tipos como Bigott necesitan de alguien que sepa canalizar todo su torrente creativo. En este caso ha sido el productor Paco Loco quien ha esculpido las breves joyas del aragonés (las once canciones del disco apenas suman media hora de duración) con excelente pulcritud.

En «This is the beginning of a beatiuful friendship» encontramos pop de bella factura como ‘Cool single wedding’, aires a Elvis en ‘Horse is black’, una posible deuda sonora a los Modern Lovers en ‘Pachanga’, ambientes tropicales en ‘Honolulu’ y otros temas de primer nivel como ‘Dead mum wlaking’. Con su voz grave, que unas veces puede recordar a Lou Reed y otras a Jonnhy Cash, Bigott también tiene capacidad de reírse de sí mismo en ‘I’m a little retard’, una composición en la que bromea sobre su “particular” personalidad.

«Fin» (Grabaciones en el Mar), su LP de 2009, fue una revelación, «This is the Beginning of a Beatiful Friendship», es la confirmación de que Bigott es uno de los artistas más iconoclastas de la escena musical española.
ÀLEX ORÓ.



Los Marcianos
«Esto va en serio»

A NEW LABEL

Hay ocasiones en las que reseñar un disco sin ningún atractivo externo es sumamente gratificante. No hay que estar atento a una fecha de salida, a una exploración en las invenciones de una nueva colección de canciones en las que hay que analizar cada detalle, sino simplemente enchufar el CD y dejarlo correr a la par que tu asombro. No tienen nada especial las canciones de Los Marcianos, pero son tan cercanas, tan cómodas que uno apenas empieza a registrar sensaciones cuando ya se ha acabado el CD. Son sólo siete.

Te dices, “bueno, ya estamos de nuevo con el pop guitarrero”, pero de golpe te das cuenta de que esa viene a ser la esencia, cuatro amigos haciendo canciones bonitas, con la ayuda de Javier Abreu o sus paisanos The Blows. Como bonita es la que da título al disco y que combina guitarras que trotan con alegría y una historia de amor adolescente. Es una música ubicua, que se puede adaptar a cualquier espacio, de la radiofórmula, al pub de barrio o al iPod del chaval que quiere descubrir nuevas voces.

Quedan seis. En la segunda se dedican a rocanrolear, pero añaden andamios electrónicos, tanto a su favor que repiten en ‘Por la baranda’. Con ‘La chica de la falda escocesa’ se alían al revival de la nueva ola, cosmopolitas, recuperando léxico que se había perdido para el pop. Por ello resultan enternecedores. Y en ‘Desordenada habitación’ llegan a un estribillo que tiene la fuerza de un himno. una canción purísima. Demuestran personalidad, y esta se recrea en la balada acústica que es ‘Canción Z’ o la armónica de ‘Es horrible estar sin ti’, tan dylaniana, tan aire y sol, que se olvida uno de la electricidad del principio.

Y eso es definitivo, un disco que promete más de lo que suena. Y suena mucho.
CÉSAR PRIETO.



Magnética
“Maida vale”

ARTILUGIO RECORDS

¡La banda que podrás escuchar junto a tu hermana adolescente! ¡Por fin un nuevo vínculo músico-fraternal! No es broma, Magnética son un trío cuya instrumentalización puede atraer a rockeros y alternativos y cuyas letras sentimentales pueden llegar a las quinceañeras sin mucho esfuerzo. Nada malo, son ligeros pero cuidadosos, hay matices en las canciones, lo cual es fundamental para dotar de peso a una propuesta tan abierta. Y suenan muy bien, pero que nadie espere música para mayores de edad, no es esa la idea.

En ocasiones suenan como una versión descafeinada del indie español (‘Enérgica’) y es ahí donde menos interesantes resultan. Sin embargo, cuando las canciones dejan salir un poco más de fuerza la cosa se pone prometedora (‘Pez de plomo’, ‘Insignificante’). No van a redefinir el rock and roll, ni tan siquiera el pop, pero son agradables y si en el futuro excavan un poco más podrían llegar a dar con una interesante fórmula para todos los públicos, pero eso depende de ellos.
JUANJO ORDÁS.



La Amenaza Amarilla
“…desde Corea del Norte”

FLOR Y NATA

En España hay dos escuelas de pop esenciales, y hablo de escuelas en el sentido artístico, una obra que emerge como referencia y marca unas claves de actuación. Así sucede con Los Secretos y así sucede con Los Nikis. De estos últimos, y de los primeros, es imposible un remedo, así que hay grupos que toman el legado como acicate y otros como mera imitación. En línea intermedia está La Amenaza Amarilla, cordobeses que incluso adaptan el nombre de una canción de los de Algete. De entre los grupos con estos caracteres les falta la locura de F.A.N.T.A. y la inteligencia de Airbag, pero algunas canciones resultan.

Quizás tengan dos pegas: un limitado repertorio estético y una cierta impericia en las letras cuando es un estilo que frente a la uniformidad de los instrumentos ha de destacar por un manejo especial del lenguaje; como decían Terry IV, se trata simplemente de “cuatro acordes y fantasía”. Y les falla levemente la fantasía. Les salva, en cambio, que son a veces ingeniosos, en muchas ocasiones adictivos, siempre saltarines, los tres valores de lo que proclaman.

Vamos a ello: ‘Los surfistas nazis deben morir’ los conectan al mundo de la Troma, clásico comienzo, el homenaje a Joey Ramone en ‘Joey se fue’ resulta estimulante, sinceramente radiante. ‘No quiero recordar’ resulta más concisa y variada en la letra, ‘Junto a ti“ desgrana una energía radiante. Estas cuatro formarían un EP más que decente.

Y para el final nos dejamos lo más sorprendente, un ‘Contra la pared’ que remite tanto a Paralísis Permanente –escuchen la primera frase– como a Kaka de Luxe en ‘Pero me aburro’. Son detalles luminosos, sí, que le llevan, aunque en mitad de la tabla, a jugar en primera división.
CÉSAR PRIETO.



Anterior entrega de Rockola.

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