La Música de El Mundano: Mi primer día en CBS

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el-mundano-05-09-09Una sección de ADRIAN VOGEL.

San Juan de Aznalfarache (Sevilla), abril de 1995. Llegaba al Hotel Alcora en el Aljarafe para asistir a la convención mundial de Polygram, entonces propiedad del gigante holandés Philips (los franceses de Vivendi son los actuales dueños y ahora se llaman Universal). Era más que una simple presencia. Tenía que pasar el visto bueno de la jerarquía de la multinacional.

Unas semanas antes la persuasión de Ele Juárez, Presidente de la compañía española, había obrado milagros. Tuvo que intervenir personalmente tras ver que los “headhunters” no acababan de cazarme. Me sentía moralmente obligado a Edel, quienes me habían comprado Compadres. Y los continuos cambios de empresa del amigo Ele –cada dos o tres años– no me inspiraban confianza.

Entonces blíndate– me espetó Juárez ante mis dudas, en nuestra penúltima reunión. La definitiva.

Toma, llama a este abogado. Es el mío. Y Polygram se hace cargo de la minuta– añadió a continuación.

Estaba asombrado y seducido. Se había cobrado la pieza. No supe si aplaudirle o levantarme y darle un abrazo. Me pareció una jugada sencillamente genial.

En cuanto pude llamé a  John Echevarria, quien me aconsejó en la venta de Compadres y ahora no lo tenía tan claro. Desde luego el método era inusual. Y eso era exactamente lo que me gustaba. Posteriormente viendo el contrato, a John se le despejaron todas las dudas. Ambos recordamos –porque además lo hemos comentado no hace tanto– cómo lo revisó en la cama de mi casa. Y el blindaje resultó providencial, porque a los pocos meses Ele Juárez se fue a PRISA (o Sogecable o como se llamase el tinglado cinematográfico que estaban montando).

Aunque todo estaba “signed, sealed & delivered” no las tenía todas conmigo. Encontrarme con Alain Levy [en la foto], 18 años después, era algo que me incomodaba. Y podía ser un problema difícil de resolver. Tampoco sabía hasta qué punto estaría dispuesto Ele a jugársela por mí. De entrada, no conocía la raíz del problema. Y me debatía entre contárselo o no.

Alain Levy era el nuevo líder de Polygram. Estaba revolucionando la compañía de arriba abajo. La renovación era total: artistas, personal y sellos. Su objetivo era convertir a la compañía en la número uno. Y se apoyaba en muchos ex CBS (que Sony adquiriese a la hasta entonces primera discográfica le facilitó la labor).

¿Se acordaría Levy? Mejor dejar que las cosas discurriesen y fluyesen. Y no preocupar a Juárez. No decir nada hasta que surgiese, si surgía. Aunque Alain Levy tenía una cabeza prodigiosa. Era brillante. Estaba donde estaba por sus capacidades.

Una vez registrado me dirijo a los ascensores. Se abren las puertas del que está justo delante de mí. Y ahí dentro, enfrente, está Alain Levy. Acompañado de quien luego descubriría era su mano derecha, David Munns, y detrás una figura que me es muy conocida. ¡Russell Simmons! Mr. Hip Hop. El magnate del Rap. A quien había ayudado en sus principios. Cuando él y su socio Rick Rubin empezaban Def Jam y les metí en CBS USA a través de CBS Records International, la división donde trabajaba en Nueva York.

My man! My man! Bro’ what are you doing here!– aúlla desde el fondo del ascensor, abriéndose paso y apartando a Levy y Munns.

Le explico que vengo a ver precisamente a este señor –por A. Levy– porque igual entro en la compañía como Director General de Polydor en España. Y al preguntarle cómo él por Sevilla, me contesta que por lo mismo. Que bajaban juntos porque termina de cerrar el acuerdo Def Jam/Polygram, que se había hartado de CBS, porque ya no era la misma gente y que el rollo estaba en Poly. Con Levy presente en nuestra conversación, todos mis temores se disiparon.

Madrid, mayo de 1977. Pintaban bastos en “Para Vosotros Jóvenes” de RNE. Estaba de Productor del programa (sustituyendo a Jorge de Antón, quien a su vez había reemplazado a Gonzalo García Pelayo). Las señales que mandaba de la dirección eran claras: se querían cargar el programa. La última “genialidad” fue romper el espíritu de equipo. Nos asignaron un día de programa a cada uno. Así que llamé a Aurelio González para ver si la oferta de CBS seguía en pie. Como así fue. Y montó rápidamente una reunión con Tomás Muñoz. Acordamos que empezase el 15 de junio, que coincidía con las primeras elecciones democráticas en España en más de 40 años. Me hablaron de la nueva división, Epic, que se estaba creando y cómo se necesitaba un Label Manager (Jefe de Producto) para llevar A&M Records (Supertramp, Frampton, Quincy Jones, Carpenters, Joan Armatrading, etc. y posteriormente The Police, Bryan Adams, Joe Jackson…).

A principios de junio me convocaron a las oficinas (Castellana, 93) para presentarme a la gente. Incluyendo al que sería mi jefe, el Director de Epic. Creo que fue entonces cuando conocí a Christophe Magny, quien llevaba Internacional. Si no fue ese día, sería un par de semanas después, ya metidos en faena, en el día a día. Esa misma jornada en una reunión, en el despacho de Tomás Muñoz, me hablan de que se está montando una reunión de marketing de Europa, en las oficinas centrales europeas (entonces en París). Y dado que A&M iba a ser el asunto primordial se decide que vaya yo en representación de la compañía española.

­–¿Y cuándo es? Tengo que dejar arreglado lo de la radio– pregunto.

El 15 de junio, y se vuelve el 16 por la tarde.

¿El 15 de junio? No, no puede ser. Es el día de las elecciones generales. Llevamos mucho tiempo esperando este momento. No me lo puedo perder. Además desde este mismo año ya soy mayor de edad. He cumplido 21 años y ya puedo votar. Por primera vez. Y voy a votar– argumento con vehemencia.

Pues se vota a primera hora. En cuanto abran el colegio electoral y de ahí al aeropuerto– sentencia un Muñoz sonriente.

Y así se hizo. Mi llegada a la reunión de París, a la hora de comer, fue acogida con simpatía. Era el nuevo de España, que ese día se graduaba democráticamente. Todo eran preguntas. Alain Levy, quien era el Director de Marketing de CBS para Europa, me pidió un pronóstico.

­–UCD, PSOE, PCE y AP

¿Y tu a quien votaste?- me pregunta Levy.

Al Partido Comunista.

Ya de vuelta en Madrid, el 17, ocupo por primera vez mi despacho ¡con vistas al Bernabéu! Porque mi primer día de trabajo en CBS, bueno, en Epic, fue en París. Y el segundo también. Además Levy había anunciado una convención de A&M en Los Ängeles a principios de julio, a la que estábamos invitados. A&M se tiraba al barro y quería dar buena impresión ante sus nuevos distribuidores europeos (quienes se habían dejado una pasta en adelantos para conseguir la licencia de los californianos). Vamos, que todo pintaba de maravilla. Aquello parecía una vida animada (en las primeras semanas viajes a París, Barcelona y Los Ángeles).

Mientras rumiaba todo esto y me disponía a elaborar un reporte de lo tratado en París, suena el interfono. Era el “Sr. Muñoz” que quería verme.

¿Pero cómo le dice a Levy que ha votado comunista?– es su bienvenida.

Porque es lo que voté. Me preguntó y le contesté.

Pero el voto es secreto y no hay obligación de decirlo. Además ese Levy es un facha– me reprende Muñoz con cara de póker.

¿Levy? Un judío, ¿fascista? No me pega. Y francés además. No creo.

Bueno, quizás no sea el término. Pero es conservador, muy conservador y me ha llamado para preguntarme por qué contrato comunistas.

Yo no soy comunista. He votado comunista. Parece lo mismo, pero es distinto. Y uno de marketing tendría que distinguir el matiz. Además debería felicitarme porque le acerté el pronóstico electoral.

Sí. También me lo dijo. Y es lo que he aprovechado como defensa. Porque no le hacía ninguna gracia tenerte en la compañía– me confiesa Tomás Muñoz, al que ya le ha cambiado la expresión y me mira con cariño y solidaridad. Y se sincera.

Recomiendo ver el “Cara a Cara” de Antonio San José con TM donde explica algunas claves, que complementan muy bien esta historia.


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