20 protagonistas de 2016

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2016 se va y en EFE EME seleccionamos 20 protagonistas de los últimos 365 días. No todos músicos, no todos por razones obvias pero sí por méritos propios: algunos son evidentes e indiscutibles los motivos por los que deben figurar aquí, pero también indagamos en caminos paralelos a los habituales en nuestro diario musical, acercándonos a otras realidades sonoras (porque pobre de aquel que se quede solo con una), incluso a “la realidad”, podríamos decir. Una selección bastante singular en la que pensamos en libros, radio, televisión, discográficas, festivales, regresos, giras, discos, muertes, productores, acontecimientos sorprendentes… El listado es alfabético: no se trata de una competición.

 

Texto: EFE EME.

 

 

BOB DYLAN
Durante años el nombre de Dylan estaba en las ternas para el Nobel de Literatura, pero cuando ya dábamos por imposible que se lo concedieran, de manera sorpresiva saltó la noticia: en la edición de 2016, Bob Dylan, a sus 75 años se llevaba el galardón. Lo que nadie esperaba fueron las reacciones, ese océano de artículos y opiniones encontradas en medios de comunicación: para unos resultaba vergonzoso que el premio literario más deseado (prestigioso, a estas alturas, ya sería otro “cantar”) recayera en un “cantante”, en un compositor de “canciones”. Enfrente estaban quienes lo defendían, razonaban y justificaban, como hizo Eduardo Izquierdo en el artículo “El Nobel que Dylan dignifica”. Al final el debate ha servido para mostrar la importancia de la canción, que aunque nacida para ser cantada, tiene su propio valor “literario”, como sucede con los libretos teatrales. Mientras todo esto sucedía, Dylan, como si oyera llover, como si el asunto no fuera con él: tardó días en agradecer el premio, y más adelante anunció que no iría a recogerlo. En su lugar acudió Patti Smith. En cualquier caso resulta llamativo que Dylan, a tantos años de iniciar una carrera que fue polémica desde el principio, continúe generando tales discusiones y, sobre todo, siga yendo tan a su aire. Ah, antes había vuelto a recrear el cancionero de estándares de Sinatra. No hay dos como él.

 

 

BRUCE SPRINGSTEEN
Que Bruce Springsteen se animara a redactar sus memorias era noticia de primer orden. Pero, además, “Born to run” está muy bien escrito y resulta revelador de su vida y pensamiento. El tomo se lanzó como si de un disco se tratara, simultáneamente en diversos idiomas, algo bastante inédito en el mundo editorial, solo habitual en los lanzamientos de Harry Potter. Además, en paralelo, y a modo de banda sonora, llegaba el recopilatorio “Chapter and verse”, una panorámica sonora de su carrera que incluía temas de los grupos en los que militó antes de comenzar su carrera solista. Para redonder la edición del libro, la excelente traducción española corría a cargo de Ignacio Julià (compañero en “Cuadernos Efe Eme”), que aprovechó el “momento Springsteen” para poner al día y reeditar su libro “Promesas rotas”, complemento ideal a las memorias springstinianas.

 

 

BUNBURY
Cuidar la obra y cuidar a los seguidores, esa parece ser la máxima que guía la discografía de Bunbury. Cuando el grueso de los artistas españoles resultan de lo más timoratos con los discos, midiéndolos como si detrás de cada lanzamiento hubiera una estrategia militar (que no se sabe bien para qué sirve dadas las escasas ventas), Enrique Bunbury mantiene no solo un envidiable ritmo con las nuevas creaciones, sino que siempre tiene el detalle de dejar testimonio sonoro de sus giras en disco (ojo, que ya lo hacía cuando era un voluntarioso sherpa ascendiendo la escena internacional), incluso, si se tercia, en libro. Este año ha celebrado una intensa gira, el “Mutaciones tour”, rodando en paseo triunfal entre América y España (llenando plazas de toros y fascinando con su salvaje actuación en el madrileño Teatro Real, como contó Juanjo Ordás), un desfile trasoceánico que ya de por sí es otro hito para un artista español, por lo que merecería ser destacado en esta selección. Pero aún hay más: también ha lanzado el vídeo libro de José Girl “Cápsulas mutantes”, y antes, en noviembre, sorprendió con los dos fascinantes primeros volúmenes de “Archivos”: una catarata de temas recuperados de aquí y de allá presentados con mimo y cuidado extremo: en unos está el gran compositor, arreglista y productor; en otros el intérprete siempre dispuesto a colaborar con sus compañeros. Bunbury sí sabe cómo hay que hacerlo.

 

 

091
Siete discos de estudio y el directo “Último concierto” recogen la historia de los granadinos 091 de 1982 a 1996, año de su disolución. Pero el grupo de culto siguió creciendo en su ausencia, y recibieron ofertas para volver a juntarse en varias ocasiones, hasta que aceptaron la última: regresar en 2016 y ofrecer una gira para celebrar el 20 aniversario de su despedida. El escepticismo de José Ignacio Lapido y los suyos seguía sobrevolando, incapaces de creer que la segunda vuelta fuera a lograr el reconocimiento que el grupo merecía, pero funcionó. Un año de intensa gira por toda España, con tres paradas agotando la sala Joy Eslava en Madrid y muchos otros recintos les han dado la razón. Han reescrito su historia, y antes de volver a separar sus caminos, han tenido a bien recoger uno de sus directos en el disco “Maniobra de resurrección”, editado por Warner. Sin duda, uno de los regresos más memorables del rock español, y uno de los protagonistas indiscutibles de este 2016.

 

 

DANI MARTÍN
Aunque hace 16 años (que se dice pronto) que comenzó a grabar, Dani Martín todavía tiene que seguir pidiendo perdón por el éxito de su carrera. Y es que, en un caso parecido al de Tequila, Duncan Dhu o Pereza, el que su trayectoria se viera favorecida desde el principio de El Canto del Loco por el público adolescente y femenino ha supuesto que muchos (¡qué hombretones somos!) lo desprecien y ni se molesten en escuchar (o lo hagan libres de prejuicios) discos tan perfectos como el de este año, “La montaña rusa”. Pero a él le debemos dos acontecimientos bien singulares acaecidos en el pop rock español durante 2016: el primero, en septiembre, coincidiendo con el lanzamiento del álbum, promocionándolo un viernes por la tarde recorriendo las calles del centro de Madrid subido a un autobús y tocando en directo con su banda. Y qué quieren que les digamos, todo lo que sea llevar la música a la calle, nos parece perfecto. Por si no hubiera suficiente, en Nochebuena se marcó un tanto con un fabuloso especial con invitados —Marc Ros (de Sidonie), Iván Ferreiro, Leiva, Juancho (de Sidecars), Raphael, Ana Belén, Serrat y Sabina— en la anquilosada TVE, tocando en directo, con humor y guión y realización perfectos.

 

 

DAVID BOWIE
La muerte de las estrellas del pop ya es algo corriente. El periodista asume que todo es posible. Así que si una mañana se despierta con la noticia de que ha muerto David Bowie (de 69 años), que tres días antes ha editado un nuevo disco, se rehace en instantes, apura un café y se pone a teclear. Y tecleamos hasta doce artículos para analizar su repercusión, su carrera, su legado. Pero lo bien cierto es que si muere Bowie ya nada puede asombrarnos: el hombre que atravesó décadas subido al carro de la innovación y la sorpresa parecía inmortal. Pero como si de un guión escrito por él mismo se tratara, el último acto de su gran representación creativa fue magistral: guarda silencio durante años, regresa en 2013, renuncia a los escenarios y la promoción, por sorpresa anuncia disco nuevo, sigue en silencio, lanza un viernes una obra maestra (eso es “Blackstar”) y el lunes se muere. El mundo cae conmocionado, herido. Fue el primer gran muerto de un año que ha estado marcado por su ausencia. Sin embargo, a él le seguirían Prince y Leonard Cohen, fue el aviso de que todos somos mortales, y que la muerte —cuestión de edad— ronda a los iconos del pop.

 

 

EL GUSTO ES NUESTRO. 20 AÑOS
“La verdad está ahí fuera”, decían en “Expediente X”, y es cierto. Hay que dejarse de exquisiteces y mirar al exterior y a unos metros de nuestros ombligos para tratar de comprender la realidad de la música popular. De ese modo es posible que descubramos sonidos que merecen la pena o, como es el caso, nos percatemos de que en verano giró por nuestro país un espectáculo que reunía a dos de los mejores compositores de todos los tiempos y a dos cantantes imprescindibles (cada uno en lo suyo): Joan Manuel Serrat, Víctor Manuel, Miguel Ríos (que parece más activo que antes de “retirarse”) y Ana Belén. Sí, era la gira que celebraba el 20 aniversario de esa reunión a cuatro que fue “El gusto es nuestro”. Show planteado como entretenimiento musical nostálgico e intergeneracional con un cancionero imbatible, fue, al tiempo, uno de los espectáculos más sólidos que se han visto este año en nuestros escenarios, con la ayuda de músicos tan rotundos como, entre otros, Ricardo Miralles, Osvi Grecco, Kitflus, José Nortes o Vicente Climent. Todo lo “mainstream” que se quiera, pero imprescindible si la música popular quiere seguir teniendo gancho y alcanzar a toda clase de públicos. Los medios musicales, por supuesto, fuimos ajenos, que para algo vivimos en nuestras exquisitas burbujas impermeables.

 

 

IVÁN FERREIRO
Quienes lo conocen de cerca aseguran que Iván Ferreiro si no es un hiperactivo, poco le falta. Siempre inquieto y desprejuiciado, no para de maquinar colaboraciones, canciones, discos, conciertos o estrategias tan sorprendentes como la del lanzamiento de “Casa”, su álbum de este año (seleccionado como el segundo mejor del año por la redacción de EFE EME), que en la versión en CD se presentaba contenido en una caja de cartón personalizada a mano por el propio Ferreiro, firmada y con un detalle gráfico. Una ingeniosa forma de darle valor a la obra grabada, de mostrar la importancia de comprar discos y de testimoniar que el CD no ha muerto y es un magnífico soporte discográfico. Solo hay que cuidarlo. Ojalá cunda el ejemplo.

 

 

LEIVA
Esa misma hiperactividad que le atribuimos a Ferreiro la comparte su amigo Leiva, muy lejos del pecado capital bajo el que militó en su vida musical pasada. De pereza, nada: en 2016 no ha parado un minuto. No solo ha escrito canciones con Iván Ferreiro (‘Farsante’), con Loquillo (‘El mundo que conocimos’, en su disco “Viento del Este”) o para Dani Martín (‘Madrid, Madrid, Madrid’), también ha colaborado con este último en el especial navideño de TVE y ha coproducido “11”, el disco del músico argentino Abel Pintos. Pero la gran sorpresa nos la llevamos a finales de verano, cuando contó a Efe Eme que se estaba encargando de producir el nuevo disco de Joaquín Sabina, sustituyendo a los mandos a los escuderos del jienense, Pancho Varona y Antonio García de Diego. Además de todo eso, ha tenido tiempo para cuidar lo propio y publicar una nueva colección de canciones el pasado agosto, “Monstruos”, un trabajo plagado de hits épicos con el que ha conseguido el Disco de Oro y el aplauso de crítica y público. También le ha dado tiempo a presentarlo en una decena de ciudades, y rematar la jugada en un recinto espectacular: el Palacio de Deportes de Madrid, donde actúaa el viernes 30 de diciembre ante 15.000 personas. Efectivamente, está en todas partes. Porque quien quiere, puede.

 

 

LEMURIA MUSIC
En 2016 el sello Lemuria ha celebrado su quinto aniversario a la vez que su responsable cumplía 25. Sí, Pablo Lacárcel comenzó a rastrear los archivos más ignotos del pop español a la tierna edad de 20 años. Y en cinco ha logrado convertir su discográfica en un referente de buen hacer en el siempre sufrido mercado de las reediciones locales, acumulando ya 58 referencias. Pero en este año, especial para el sello, ha sumado un nuevo inédito (y los que quedan por venir) de Germán Coppini, una exquisita integral de Carlos Berlanga, otra de Los Auténticos y el único disco de estudio que registraron los misteriosos Los Vegetales. Por si no hubiera suficiente, no solo se limita a las reediciones y este año ha publicado los nuevos de Aerolíneas Federales (“No todo es lo que parece”; con concierto oculto de Los Nikis en DVD), Trogloditas (“Fuerte, flojo y… en directo”) y el regreso de los inmensos Pistones (“Directo. 35 aniversario”).

 

 

LEONARD COHEN
En octubre, a los 82 años, Leonard Cohen presentó nuevo disco, el portentoso “You want it darker”, una obra tranquila, oscura y sencilla aunque engalanada con arreglos orquestales. Era el mejor Cohen posible, uno inimaginable a estas alturas. Pero, tres semanas después del lanzamiento, saltaba la noticia: Cohen había muerto. Se completaba la desgarradora trilogía fúnebre que nos ha deparado 2016, tres figuras capitales del pop, de tres generaciones distintas, mitos intergeneracionales y transversales morían en un mismo año. Lo nunca visto (pero mejor avisar: anticipo de lo que vendrá). Con Cohen perdíamos a una de las figuras más emblemátias y carísmaticas de la canción de autor anglosajona, el que mejor dominaba la palabra, el maestro del fraseo cadencioso y la figura melódica preciosista, al gran caballero y poeta de la triste figura.

 

 

LOS RÁPIDOS Y LOS BURROS
El Último de la Fila es una de las formaciones más amadas (seguramente también de las más odiadas, que estas cosas pasan; y más ahora, cuando tenemos las redes sociales como amplificador de nuestras fobias) de la historia del pop español. Tiraron la toalla cuando debían y dejaron un excelente recuerdo. Más desconocidas son las formaciones anteriores en las que militó Manolo García: primero Los Rápidos y luego Los Burros, aquí ya con la suma de Quimi Portet (incorporado a la última alineación de Los Rápidos) y banco de pruebas de El Último. Este año celebraron aquellos maravillosos años lanzando la boxset “Historia de una banda”, donde recuperaban los temas antiguos de ambas formaciones y varios directos de El Último de la Fila. Además, en febrero de 2016, y solo en Madrid y Barcelona, García y Portet se subieron al escenario para recrear los temas de ambas formaciones con sus viejos compañeros. De paso, porque parecía inevitable, dejaron caer algún regalo de El Último de la Fila. Así vivimos su gira de regreso en Efe Eme, en esta crónica de Arancha Moreno. Tras estos conciertos, Los Rápidos y Los Burros se fueron por donde habían regresado, porque no hay que aferrarse a la nostalgia. Lo importante es vivir el presente.

 

 

MANOLO TENA Y “A MI MANERA”
A finales del 2015, Manolo Tena regresó al candelero —que no candelabro— con el disco “Casualidades”, su retorno musical tras un periplo personal marcado por la adicción que le mantuvo alejado de los estudios y escenarios. En febrero de este año, saltaba a la televisión y formaba parte de “A mi manera”, programa de La Sexta coordinado por Carlos Narea donde siete músicos compartían una semana de convivencia en la que reflexionaban sobre sus carreras (de día) y se versionaban los unos a los otros tocando en directo (de noche). El formato, aunque resultó polémico estaba lejos de los temidos realities, devolvía la música al «prime time» y sirvió, sobre todo, para redescubrir el apabullante talento de Tena, llevándose a su terreno canciones de Marta Sánchez, Mikel Erentxun, Sole Giménez, David DeMaría, Antonio Carmona y Nacho García Vega. Pero justo cuando Manolo volvía a gozar del aplauso y el reconocimiento, todo se truncó: falleció el 4 de abril en Madrid, víctima de un cáncer de hígado. Al menos, como revela Carlos Narea en una jugosa entrevista en el número 10 de Cuadernos Efe Eme (que puedes comprar aquí), Manolo “se fue contento, sintió que se le había reconocido algo que hasta entonces no se le reconoció del todo”.

 

 

PEDRO GUERRA
Dos discos es lo que, simultáneamente, editó Pedro Guerra el 22 abril. Ambos con dos conceptos diferentes, pero unidos por su interés de seguir siempre su propio camino, ajeno a corrientes. El primero fue “Arde Estocolmo”, magnética nueva colección de canciones propias en la que, una vez, ratifica su posición privilegiada como compositor e intérprete. El otro álbum fue “14 de ciento volando de 14”, en el que se atrevió a musicar catorce sonetos de “Ciento volado de catorce”, el libro de poesía que editó Sabina hace más de una década. Letras de canciones que estaban ahí, en el libro, y que Pedro puso en pie en una serie de dúos y tríos vocales tan imposibles como espléndidos, que impulsaron el disco hasta convertirlo en el proyecto más hermoso que hemos visto en 2016: Víctor Manuel /Ana Belén, Bunbury/Estrella/Soleá Morente, Jorge Drexler/Sílvia Pérez Cruz, Fito Cabrales/Amparo Sánchez (Amparanoia), Pedro Guerra/Miguel Poveda/Joaquín Sabina, Pablo Milanés/Julieta Venegas, Dolo/Dani Martín/Nach, Silvio Rodríguez/Luis Eduardo Aute/Xoel López, Miguel Ríos/Leiva, Sole Giménez/Ismael Serrano, Iván Ferreiro/La Shica, Serrat/Clara Montes, Marina Rossell/Juan Carlos Baglietto y Rozalén/Paco Cifuentes. Además, le dio tiempo a escribir «Hurgando en la caja negra», un libro de poesía publicado por Ediciones Frida.

 

 

PRINCE
La suya, a los 57 años, fue la segunda muerte en el año, tras la de David Bowie, que provocó que los cimientos del pop crujieran por inesperado movimiento sísmico. Aunque llevaba años manteniendo un cierto perfil bajo e instalado en sus particulares guerras de guerrillas (contra las discográficas, la organización de conciertos, las descargas, Youtube…), Prince más que un príncipe era un Dios. Altivo, arrogante, hermético, enigmático y consciente de su genialidad, iba completamente por libre, parecía que nada le importaba más que seguir grabando, tocando en directo (pocas semanas antes de su muerte había suspendido una gira europea por los atentados de París) y editando discos que ya solo eran recibidos cual maná por los más devotos de su arte. En ellos, y desde hacía más de una década, Prince seguía investigando en el que siempre fue su camino: el soul más innovador. Esperemos que todos los que lloraron “lágrimas púrpuras” por todo el planeta (o negras, como escribió en su precioso obituario Luis Lapuente) no lo olviden y estén ya en la tarea de descubrir su fastuosa obra completa. Con Cohen completa la triada de “gigantescos muertos del año”.

 

 

RADIO GLADYS PALMERA
Hace diez años la radio online iba a ser la panacea libertaria que nos permitiría escuchar los mejores y más fascinantes programas radiofónicos en directo, o cuando nos viniera en gana. La realidad se muestra, tanto tiempo después, bastante más hostil: muchas emisoras online han cerrado y las que se mantienen o malviven o directamente han renunciado a obtener ingresos (en internet el dinero escasea). Por si no hubiera suficiente, enganchados a tantos impulsos como generan las redes sociales, casi nadie tiene tiempo o interés por escuchar programas online, como si buscarlos y hacer clic costara en exceso. Pese a todo, ahí está Radio Gladys Palmera, la emisora creada y dirigida por la experta en música caribeña Alejandra Fierro, que se mantiene en la red con una cuidada programación “de autor” (también “sesiones” musicales) encabezada por el imprescindible “El mapa secreto”, de Diego A. Manrique, de periodicidad quincenal. Visiten y disfruten de Radio Gladys Palmera, y difundan su programación.

 

 

RICKY FALKNER
Otro personaje incombustible de este 2016 ha sido el músico y productor Ricky Falkner. Mientras crece de forma muy interesante con su proyecto, Egon Soda (uno de los mejores discos de 2015, para Efe Eme), este año figura en los créditos de otros tantos grandes álbumes que se han facturado en el 2016. Suyas son las producciones de “Me mata si me necesitas” de Quique González, el mejor disco nacional del año para Efe Eme, y de “Casa” de Iván Ferreiro, que obtiene la medalla de plata de nuestra redacción. Pero no son los únicos discos laureados de este año: también está detrás de la producción de “El peor grupo del mundo”, de Sidonie, y “El poeta Halley”, de Love of Lesbian. La lista es larga, y los aciertos del barcelonés se van acumulando bajo su inconfundible barba grisácea.

 

 

ROCKTIEMBRE
El festival “Rocktiembre” se celebró en 1978, en la plaza de toros de Vistalegre de Madrid, reuniendo a bandas del rock urbano como Mad, Topo, Cucharada, Coz, Leño y Teddy Bautista, y se hizo famoso por dos razones: las hostias que se atizó parte del público intentando entrar en la plaza por la patilla y porque todo aquello fue recogido en la película “Nos va la marcha”, que también dio lugar a un disco en directo. 38 años después, también en septiembre, pero en la plaza de toros de Las Ventas, se rememoró el festival con la presencia de Barón Rojo, Asfalto, Ñu, Burning y dos de los supervivientes de la primera edición: Topo y Coz. Un disco con DVD testimonia esta nueva edición, que venía a ser una suerte de reivindicación de una generación perdida, o bisagra entre décadas, del rock español. Y está muy bien que se reivindiquen escenas y se pongan los focos sobre ellas, que aquí hay sitio para todos, y aunque hay festivales mucho más mediáticos y a la última, no todos han de ser iguales o intercambiables sus carteles.

 

 

SANTIAGO AUSERÓN
Santiago Auserón se escurre como una anguila y no hay quien lo atrape. Transformado desde hace unos años en francotirador de la escena pop española, no ceja en idear proyectos, y cuando lo ubicas en un sitio, no dudes de que en breve estará en otro. Posicionado en ese lugar privilegiado que da el ser plenamente libre y el importarle exactamente nada la competición, lo que hagan sus compañeros o las tendencias, hace lo que se le antoja. Así, este año ha puesto en pie un proyecto, bajo su nombre, en el que paseaba lo más granado de su repertorio de todos los tiempos por distintas ciudades en compañía de orquestas sinfónicas de cada localidad. Un capricho de quien estuvo en la vanguardia y ahora se refugia en el otro extremo, en el clasicismo formal. Pero, como si nada fuera con él, su álter ego Juan Perro se descolgaba a principios de diciembre con “El viaje” (pese a la fecha de lanzamiento ha entrado en nuestra lista de lo mejor del año, aunque todavía no hemos podido reseñarlo en condiciones), un disco en el que buscaba un polo bien opuesto al sinfónico, un rincón creativo minimalista en el que presentaba nuevos temas con la única compañía de su guitarra. ¿Contradictorio? No, Santiago Auserón. Y todo el respeto que le ofrezcamos es poco: sin él la música española sería bastante más mediocre, y aburrida.

 

 

THE ROLLING STONES
La última vez que los Rolling Stones editaron un disco de estudio fue en 2005 (“A bigger bang”), solo en 2013 incluyeron dos nuevas canciones en el recopilatorio “Grrr!”, así que dábamos por supuesto que las posibilidades de que el grupo de directo por excelencia volviera a grabar eran menos que escasas. Sin embargo, al directo “Havana moon” (con su concierto en Cuba), le siguió, el 2 de diciembre, el lanzamiento de “Blue & lonesome”, que tras una portada bien tristona y poco imaginativa escondía un repertorio correoso de versiones de clásicos del blues, como regresando a los orígenes: ¿tal vez buscando reformatear el disco duro interno? Así que no, no se trata de canciones nuevas de su autoría, pero al menos todavía queda un hilo de esperanza de que se atrevan a completar una decena de temas propios y los publiquen cualquier día. Con los Stones todo es posible.

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